Historias de Fantasmas en alta mar

En general, los escenarios naturales de la mayoría de las historias de terror son viejas mansiones embrujadas o castillos medievales. Pareciera ser que por regla general, los fantasmas tienden a aparecerce en la seguridad de la tierra firme. Sin embargo, muchas son las historias que giran en torno a espectros que aparecen en embarcaciones a cientos de millas de un asentamiento costero. Su base se encuentra la mayor parte de las veces en la vieja creencia de que los marinos muertos a bordo de su barco pueden regresar a él desde el otro mundo.

No hace falta remitirse a los tiempos míticos del Holandes Errante para encontrar historias de esta naturaleza. Basta con leer algunas de las que trascendieron a principios del XX:

El fantasma cortéz

Cuentan que corría el año 1914, cuando uno de los suboficiales de la corbeta estadounidense Monongahela, un dicharachero irlandés pelirrojo y tuerto a quien sus compañeros conocían como “el viejo Pay”, reunió a sus amigos y les dijo:

Me temo, muchachos, que se acerca mi hora. Pero no os sintáis tristes ni me echéis de menos cuando haya partido, pues tan bien se me ha tratado en este barco que creo que volveré a él al menos una vez. Oh, sí. Buscadme entonces en mi viejo camarote, el número dos.

Como el viejo Pay siempre había sido muy aficionado a narrar historias truculentas de naufragios, aparecidos y monstruos marinos, sus compañeros no se tomaron demasiado en serio sus palabras. Además, aunque era ya mayor, parecía estar todavía en buena forma. Por eso sobrecogió a todos sobremanera encontrarlo a la mañana siguiente inerte y pálido sobre su camastro.

Durante los siguientes viajes, el camarote del viejo Pay permaneció vacío, hasta que al fin fue ocupado por un nuevo suboficial. Una noche sus gritos alarmaron al resto de la tripulación, que al acudir a ver qué ocurría se lo encontraron sentado en el pasillo que conducía a su cuarto, balbuceando algo acerca de un cadáver tuerto y pelirrojo que yacía encima de su cama.

Al entrar en el camarote, los marineros no vieron a nadie sobre el camastro, pero pudieron comprobar que este se encontraba empapado y lleno de algas. Nadie dudo de que el viejo Pay acababa de cumplir su promesa.

Un Accidente fatal

Si, según se dice a veces, el espíritu de quien fallece de forma violenta queda ligado al lugar de su muerte, atrapado en una eterna repetición del momento fatal, en el mar no podía suceder menos.

Eso dicen que sucedió, por ejemplo, a los tripulantes del Mohawk, velero que se hundió en State Island por un lamentable error humano: tras fondear, nadie se acordó de dar la orden de arriar el foque ni el palo mayor. El mar estaba en calma, pero, al poco de bajar los marinos a descansar, se originó un fuerte vendaval que escoró el barco hasta mandarlo a pique, ahogándose toda la tripulación.

El navío fue reflotado por una empresa y vendido al gobierno. Sus nuevos tripulantes aseguraron que todas las tardes veían aparecer un marinero fantasmal que corría hacia el foque con la desesperación marcada en rostro.

Misterios Develados: La Cara de Marte

En 1976, la misión Viking 1 de la NASA tenía la tarea de captar fotografías de la superficie de Marte para determinar cuál era el sitio idóneo para el aterrizaje de su nave hermana, la Viking 2. Sin embargo, al llegar a la región conocida como Cydonia, poblada por abundantes mesetas, captó una extraña forma que se elevaba sobre la superficie, y que llamó poderosamente la atención del científico Tobias Owen. Éste señaló que el efecto de luces y sombras se asemejaba a una “cara” esculpida sobre la superficie marciana.

Los científicos enviaron a los medios de comunicación una nota de prensa comentando las fotografías y señalando la curiosa instantánea. El comunicado rezaba: “[…] la foto muestra accidentes geológicos en forma de mesetas, algo erosionados. La descomunal saliente de roca del centro, que parece un rostro humano, está formada de sombras que dan la impresión de ojos, nariz y boca. Esta formación tiene 1.5 kilómetros de ancho y los rayos del sol inciden con un ángulo de 20 grados, aproximadamente…[…]”.

Dichas palabras suscitaron un desmedido interés en la prensa que deformó la información para adecuarla a sus intereses. La sociedad creería, durante un tiempo, que se trataba de restos de una antigua civilización marciana…

Caras de Marte: ¿Conspiración?

Lo que para los expertos era una simple coincidencia de luces y sombras, para otros se asemejaba a una esfinge egipcia. Si los trabajadores de la NASA quería llamar la atención sobre el planeta rojo, sin duda, lo consiguieron. Pronto se sucedieron los grupos de estudios de sucesos paranormales que afirmaron que la agencia quería ocultar las verdaderas evidencias de la existencia de una posible civilización en Marte. Lo que sí es cierto, es que cualquier científico desearía que esta “cara” hubiera sido real, independientemente, de las supuestas conspiraciones que muchos inventaron.

Nuevas expediciones a Marte.

Varias han sido las siguientes expediciones que han recorrido el planeta rojo en busca de nuevas pistas sobre la “cara”. Todas las imágenes captadas demuestran que dicho rostro es fruto de la imaginación humana. Pero para demostrar que lo importante en el conocimiento científico son los datos empíricos, fue enviado el Observador Global de Marte, -Mars Global Surveyor (MGS)-, en septiembre de 1997, a Cydonia para tomar nuevas fotografías. No obstante, es una región bastante complicada debido a las condiciones atmosféricas y se procuró buscar el momento más propicio para despejar toda duda.

Se consiguió una instantánea diez veces más clara que las tomadas por Vikingo. Por supuesto, no había ninguna explicación extraterrestre, era una formación geológica de origen natural. Aunque para los responsables del proyecto sí dejó una cosa clara: la geografía de Marte es muy similar a la terrestre, con unos paisajes realmente espectaculares, de los que difícilmente se olvidan.

Es evidente que hay que retirar “la cara de Marte” del catálogo de misterios de la ciencia.