Método de tratamientos de efluentes

La mayoría de las personas cuando se habla de cloacas, piensa en caños de diverso tamaño que conducen las aguas negras a algún lugar que siempre se mantiene “en las sombras” sea que se vuelque a una zanja, o a un río o el mar directamente.

Los países más adelantados desde hace cuarenta años han venido perfeccionando la recuperación hídrica de los ríos y mares costeros de la contaminación operada en siglos.

Hoy ningún municipio, ciudad importante y nación debería planificar conductos cloacales que no posean plantas de tratamiento de efluentes al final de sus recorridos. Tan importante es el tratamiento de efluentes como el brindar aguas corrientes potables a las poblaciones. Además, gracias a estas probadas tecnologías se convierte a un recurso finito en uno ampliamente renovable, con lo que paulatinamente en todo el mundo habrá agua segura para toda especie y para regar convenientemente los cultivos, a tal punto que muchas enfermedades de origen hídrico, como así también las hambrunas serán cosas del pasado.

Cuando un producto de desecho se incorpora al agua, el líquido resultante recibe el nombre de agua efluente. Su origen puede ser doméstico o industrial.

La composición es muy variable, dependiendo del tipo de industria, de la gestión de su consumo de agua y del grado de tratamiento que los vertidos reciben antes de su descarga.

La composición de las aguas efluentes se analiza con diversas mediciones físicas, químicas y biológicas. Las mediciones más comunes incluyen la determinación del contenido en sólidos, la demanda bioquímica de oxígeno (DBO), la demanda química de oxígeno (DQO), y el p. H. .

Los residuos sólidos comprenden los disueltos y en suspensión. Los sólidos en suspensión se dividen a su vez en depositables y no depositables, dependiendo del número de miligramos de sólido que se depositan a partir de 1 litro de agua efluente en una hora. Todos estos sólidos pueden dividirse en volátiles y fijos, siendo los volátiles, por lo general, productos orgánicos y los fijos materia inorgánica o mineral. Continuar leyendo «Método de tratamientos de efluentes»

Fraudes: La niña fantasma de Wem

Una de las mejores fotos de fantasmas de la historia fue la tomada el 19 de noviembre de 1995 durante el incendio del Ayuntamiento de Wem, en Shropshire, Inglaterra.

Segun expertos en fotografía ésta imágen y su negativo habría pasado todas las pruebas de veracidad y representaba una fiel prueba de la existencia de fenómenos sobrenaturales o casuales. En la imágen se puede ver una niña asomada en la puerta del edificio en llamas. La foto habría sido tomada por Tony O’Rahilly, desde la calle y con una cámara equipada con un teleobjetivo de 200 milímetros. O’Rahilly habría asegurado no ver absolutamente nada en el momento de realizar la toma y llevarse una gran sorpresa al revelar el rollo. La Imágen en cuestión fue entregada a la Asociación para el Estudio de los Fenómenos Extraños (ASSAP), junto con el negativo y Vernon Harrison, quien en ese momento era el presidente de la Real Sociedad Fotográfica, concluyó que el negativo no había sido manipulado.

Los expertos en fenómenos paranormales adjudicaron la aparición a una niña llamada Jane Churm, quien a la edad de 14 años habría sido la autora accidental de otro gran incendio ocurrido en Wem el 3 de marzo de 1677 y que destruyó gran parte de la localidad.

El fraude de Tony O’Rahilly

Algunos años más tarde los expertos del Museo Nacional de Medios descubrieron en la cara de la niña unas líneas horizontales que no existen en el resto de la imagen, lo cual indicaba que la imágen era posiblemente un fraude. Sin embargo no había pruebas contundentes para asegurarlo.

Recientemente, Brian Lear, de Shrewsbury, observó casualmente la imágen de una postal de la calle de Wem del año 1922 y el rostro de la niña que aparece en ella le resultó familiar. Afortunadamente Lear, es muy fisonomísta y despues de mucho pensar recordó que el rostro era el de la niña que se ve en el incendio de 1995. Basta con observar ambas imágenes para comprender que O’Rahilly nos jugó a todos una mala pasada.

Tony O’Rahilly habría realizado un truco muy sencillo consistente en superponer la fotografía real del incendio con el recorte de la postal y realizar posteriormente una nueva toma al conjunto.