Los calores de la Tierra

Uno de los temas más interesantes que nos rodean es el aún misterioso calor interno de la Tierra. No solo es misterioso aún para el común de los mortales sino también para los famosos hombres sabios.

Les diré porqué:

Primero, si sabemos que la Tierra tiene una corteza sólida, con zonas quebradas (fallas) que permiten las derivas continentales y los terremotos y algunas otras cositas conexas. Luego está el manto, algo líquido y otras pastoso, o sea, de dos regiones constituido, luego tenemos el núcleo, que también se constituye en dos zonas, la más externa fluida (por la mayor presencia de azufre, entre el hierro y el níquel y sólida la interior, estos constituyen el dínamo de la Tierra, generando el magnetismo.

Las fuentes de calor (geotermia) son varias:

  1. Es el calor remanente de la acreción planetaria, el calor de formación del planeta, hace 4.500 millones de años.
  2. El calor de acción de frenado del dínamo terráqueo, en especial debido a la acción Lunar, sobre no solo los mares, sino también sobre el manto sólido y el líquido.
  3. El calor latente de cristalización en especial en el límite entre las zonas del núcleo.
  4. Calor radiogénico, por la fisión de la disgregación lenta de los isótopos del Uranio238 y 235, del Torio 232 y del potasio 40, se calcula que esto sucede mayormente en la corteza y el manto (50% del total del calor).
  5. Calor por contracción gravitacional, bastante mal considerada, pese a que no sería nada despreciable porque esta acción se realiza sobre todos los átomos que constituyen la Tierra, que no es poca cosa, pues somos un planeta de gran densidad (rocoso –metalífero) aparte de que muchos de los constituyentes son muy sensibles al aumento de temperatura bajo presión como los elementos fluidos y los que tienen tensión de vapor. No hay datos sobre ello o solo se les marca un 3% del calor total. Ni siquiera se tiene en cuenta que la Tierra capta todos los años material espacial (meteoritos y micro –meteoritos) que aumentan el peso terráqueo y por ende la presión gravitatoria y por consiguiente la temperatura.

El balance es ligeramente negativo, la Tierra se ha ido enfriando y con el tiempo lo comprobaremos con glaciaciones cada vez más largas, «ayudados» por un Sol también un poquito «cansado» por la edad.

Ante la falta de datos en este último renglón, leo en mi libro akáshico que el calor gravitacional alcanza un 13% del total, por lo tanto, por esto no doy porcentajes a los tres primeros calores enunciados.

Por : Manlio E. Wydler