Tormenta Solar en 2011?

En su estado más enojado, el sol puede emitir las mareas de la radiación electromagnética y la materia cargada conocidas como eyecciones de masa coronal o CMEs, emitiendo Burts electromagnéticas que podrían perturbar los satélites y otras tecnologías.

El próximo año será un año importante para el clima espacial, porque el sol se retira de un canal de baja actividad y se adentra en un período tan esperado y posiblemente destructivos de la turbulencia.

Muchas personas se sorprenderán al saber que el sol, en lugar de quemar con coherencia impecable, pasa por momentos de calma y la tempestad.

Sin embargo, dos siglos de observación de manchas solares – manchas oscuras, relativamente fresco en el rostro solar vinculados a poderosas fuerzas magnéticas – han puesto de manifiesto que nuestra estrella sigue un ciclo de aproximadamente 11 años de la conducta.

El último ciclo se inició en 1996 y por razones que no están claras ha llevado más tiempo de lo esperado hasta el final.

Ahora, sin embargo, hay señales cada vez más que el sol se está sacudiendo de su letargo y la creación hacia el «máximo solar», o el clímax del ciclo, dicen los expertos.

«La última predicción de mira a mitad de camino alrededor de 2013 como la fase máxima del ciclo solar», dijo Joe Kunches del Espacio de la NASA del Centro de Predicción del Clima.

Pero hay un largo período de alta actividad, «más como una temporada, con una duración de dos años y medio», uno y otro lado del pico, advirtió.

En su estado más enojado, el sol puede hacer brotar las mareas de la radiación electromagnética y la materia cargada conocidas como eyecciones de masa coronal o CMEs.

Esta onda de choque puede tardar varios días en llegar a la Tierra. Cuando llega, se comprime el campo magnético del planeta de protección, liberación de energía visible en las latitudes altas como las auroras brillantes – la famosa Northern Lights y luces del sur.

Sin embargo, las CME no son sólo eventos bonita. Continuar leyendo «Tormenta Solar en 2011?»

La historia de Oliver : El Simio Humano

Desde el nacimiento mismo de la teoría de la evolución y la selección natural promovida por Charles Darwin en el año 1859 a través de su Obra maestra «El origen de las especies…» la ciencia ha buscado el eslabón perdido; Esa pieza que nos conduce sin contradicciones a la verdad sobre nuetsros orígenes. En el camino, le han concedido ese honor a muchos fósiles de diferentes épocas, en su mayoría de simios, aunque siempre en vano.

Uno de los casos más curiosos es sin duda el de un chimpancé llamado Oliver. En el año 1960, éste simio había sido arrancado de su hábitad natural en el Congo Belga, siendo todavía muy joven, y adquirido posteriormente junto a otros dos simios por una pareja de artistas cirquenses de apellido Burger. Oliver pasó sus primeros años en la estancia que Frank y Janet Berger poseían en la pequeña localidad de Blackwood en Nueva Jersey.

Desde muy joven, sus adiestradores comprendieropn que Oliver no era un simio normal, ya que poseía cualidades inusuales entre los simios que ellos habían conocido. En principio Oliver poseía características físicas que diferían bastante de los otros simios. Caminaba erguido durante mucho tiempo, su cara era más plana, con una apariencia casi humana, poseía menos pelo, su hocico era menos pronunciado y sus orejas eran puntiagudas. Además de éstas cualidades poco usuales, el comportamiento de Oliver era distinto al del resto de los monos del lugar, incluso que cualquier otro animal que la pareja de cuidadores hubiera conocido antes.

Oliver era capaz de recibir órdenes complejas y ejecutarlas y prefería la compañía humana a la animal. Mientras vivió bajo la custodia de Frank y Janet Burger, Oliver daba con frecuencia de comer a los perros y realizaba otras tareas domésticas. Al finalizar, se relajaba tomándose una taza de café. Por las noches, se sentaba a ver la televisión, frecuentemente en compañía de uno de sus dos cuidadores. A veces, llegaba incluso a preparar un par de copas para Frank y para sí mismo. Además, nunca buscaba la compañía de otros chimpancés y cuando se veía obligado a separarse de sus amigos humanos, lloraba. Algunos científicos se hicieron eco de éste fenómeno y por un momento creyeron estar ante la presencia del primer «Humancé» (Un hipotético híbrido entre humano y chimpancé).

A finales de los setenta, el diario Los Angeles Times dedicó un artículo a Oliver anunciándolo como “un eslabón perdido” o una nueva subespecie de chimpancé.

Cuando Oliver alcanzó la madurez sexual, sólo le interesaban las hembras humanas y comenzó a demostrarselo a su dueña, fue tal vez por ese motivo que en el año 1975 la pareja decidió venderlo a un abodago de Manhattan, Michael Miller, quien estaba obsesionado con el chimpancé. A partir de ese día, Oliver comenzó a pasar de un dueño a otro y a deambular de un parque temático a otro hasta que finalmente nadie supo más de él.

Durante su estadía con Miller, fue visitado por científicos de gran reputación entre los que se encontraban: George Schaller, de la Sociedad para la Conservación de la Vida Salvaje y uno de los biólogos más conocidos del mundo, y Clifford Jolly, reputado antropólogo de la Universidad de Nueva York.

Oliver: El Simio Humano

Todos los medios de comunicación competían por contemplar «al presunto eslabón perdido». Para entonces, los científicos ya habían informado sobre las pruebas que le habían practicado a Oliver: Miller hizo caso de lo que quería escuchar e ignoró el resto. En esos momentos, ejecutivos de la Nippon Television Network, un poderoso canal de Japón, le ofrecieron una pequeña cantidad de dinero y financiar los estudios científicos adicionales. Entre ellos, pruebas genéticas, a cambio de retransmitir en exclusiva el resultado de las mismas. A Miller le pareció la oportunidad perfecta para determinar la verdadera naturaleza de Oliver y conseguir, de esa manera, algo de dinero. Continuar leyendo «La historia de Oliver : El Simio Humano»