La misteriosa desaparicion de Percy H. Fawcett

Es el año de 1925.  Los rotativos del mundo entero, con grandes titulares, anuncian la desaparición de la expedición organizada por el Coronel Percy Harrison Fawcett en la misteriosa región de Matto Grosso, en el corazón del Brasil en busca de «LA CIUDAD PERDIDA».

El Coronel Fawcett, oficial retirado del Ejército Británico, antiguo luchador de la India, explorador de las fronteras de Bolivia y Brasil, experto en recorrer toda clase de selvas y terrenos, había escrito su última carta a su esposa desde el lugar llamado «Puerto del Caballo Muerto». En ella decía: «Si no volvemos, no deseo que organicen partidas de salvamento…Es demasiado arriesgado. Si yo, con toda mi experiencia, fracaso, no queda mucha esperanza en el triunfo de los otros. Esa es una de las razones de por qué no digo exactamente hacia donde vamos… Ya sea que pasemos y que volvamos a salir de la selva, que dejemos nuestros huesos para pudrirse en ella, una cosa es indudable: la respuesta al enigma a la antigua Suramérica… y quizás el del mundo prehistórico… será encontrada cuando se hayan localizado esas antiguas ciudades y queden abiertas a la investigación científica. PORQUE LAS CIUDADES EXISTEN…DE ESO ESTOY SEGURO!…»

Estas fueron sus últimas palabras. Desde entonces no se supo más de él ni de su hijo Jack ni de Raleigh Rimmel, el amigo de éste que era el tercer miembro de la expedición.

Después de luchar con muchas dificultades para organizar su partida, un buen día, con todo el equipo listo, salen de Río de Janeiro en febrero de 1925 persiguiendo una quimera que para él era una realidad…LA CIUDAD ZETA, llamada así por la última letra del alfabeto, la ciudad perdida en la selva, donde estaba «el fuego que nunca se apaga». Fawcett buscaba una especie de «Ciudad Perdida», que estaba seguro que existía. Lo curioso es que nunca se encontraron sus restos y el misterio de lo ocurrido llega hasta nuestros días sin que nadie pueda tener el menor indicio de lo que ocurrió, y ello a pesar de que se hicieron varias expediciones en su búsqueda.

La ciudad que él buscaba existía, pero en otra dimensión. ¿Habra Fawcett también encontrado una abertura por azar? él dejó dicho que no lo buscaran porque sabía que al pasar por la abertura dimensional su búsqueda iba a ser inútil. Él no quiso involucrar a los porteadores en esa aventura. Además, no los necesitaba para pasar por la abertura dimensional. Continuar leyendo «La misteriosa desaparicion de Percy H. Fawcett»

La leyenda del vampiro de Istria

Antes de que Bram Stoker realizara su obra maestra «Drácula», un vampiro croata llamado Jure Grando ya sembraba el terror entre los aldeanos de Istria, hasta el punto de que sus andanzas le valieron el título de primer muerto viviente de Europa.

El legado de este vampiro sigue hoy vivo como atracción turística en Kringa, la semidesierta localidad croata donde vivió, murió, se levantó de la tumba y fue de nuevo muerto por sus habitantes.

En el camposanto del pueblo, ninguna tumba lleva su nombre y nadie sabe dar pista de ella. «Esa tumba jamás existió», aseguró con lúgubre fastidio a Efe una mujer en el cementerio local.

«Los vecinos probablemente derribaron y cubrieron la tumba por miedo a que Grando volviera como vampiro para maltratarlos», explicó con una misteriosa sonrisa Igor Rajko, empleado del museo dedicado al vampiro. «Hay sepulcros sin nombre», añadió enigmático.

Uno de ellos, un imponente sepulcro anónimo, resistió todos los intentos de ser fotografiado o filmado por la reportera: entre todos los archivos, sólo estos bloqueaban continuamente el ordenador en un curioso fallo técnico. O algo más.

La leyenda cuenta que Grando fue un campesino que murió en 1656 y se transformó en un maléfico ser que se levantaba de su tumba.

El vampiro abusaba sexualmente de su propia viuda, quien describió con horror como el cadáver de su esposo se le aparecía con una sonrisa espantosa, la boca sangrienta y haciendo un ruido horripilante esforzándose por respirar.

Para poner fin al maleficio, el párroco asaltó al vampiro con un crucifijo demandando que dejara de aterrorizarlos.

Aunque las lágrimas salieron a los ojos del espectro, Grando siguió aterrorizando a la aldea hasta el punto de que un grupo de lugareños lo atraparon y trataron de perforar su corazón con estacas de espino.

La historia cuenta que ni siquiera el mas conocido remedio contra los vampiros surtió efecto y que en las noches siguientes Grando se vengó de sus agresores: tocaba a las puertas de los que le habían atacado y en cada casa alguna persona moría después de grandes sufrimientos como si alguien le hubiera chupado la sangre.

No fue hasta 1672 cuando, en un nuevo intento de poner fin a la maldición, nueve audaces aldeanos y el párroco acordaron degollar a la criatura maléfica mientras descansaba en la tumba.

El más valiente entre ellos, un tal Stipan Milasic, logró tras una batalla feroz cortarle la cabeza mientras el vampiro saltaba y chillaba horriblemente. De la herida salió tanta sangre que cubrió a los presentes. Cuando rebosó de la tumba, el monstruo finalmente se rindió.

Desde entonces la paz volvió a Kringa. La misma paz inalterada que ahora perturban solo los turistas interesados en el vampiro.

Novedades en la Tabla Periódica de los Elementos

Las tablas de los elementos, van teniendo agregados, a medida que la experimentación física –química avanza.

Es así que ha visto agrandarse la familia de los transuranianos, por diferentes síntesis (artificialmente) desde hace unas seis décadas: 93. Neptunio, Np, nombrado para recordar al planeta Neptuno, 94. Plutonio, Pu, nombrado para recordar el planeta enano Plutón, 95. Americio, Am, nombrado en honor de América del Norte, 96. Curio, Cm, nombrado en honor de Pierre y Marie Curie, 97. Berkelio, Bk, denominación asignada en honor de la Universidad de Berkeley, 98. Californio, Cf, nombrado en honor del estado de California, donde se ubica la Universidad, 99. Einsteinio, Es, nombrado en honor del físico Albert Einstein, 100. Fermio, Fm, nombrado en honor de Enrico Fermi, 101. Mendelevio, Md, denominado en honor a químico ruso Dmitry Mendeleyev que fue el que dio forma a la tabla periódica, 102. Nobelio, por el creador del premio Nóbel, 103. Lawrencio, Lr, nombrada así en honor de Ernest O. Lawrence, 104. Rutherfordio, Rf, nombrado en honor de Ernest Rutherford, 105. Dubnio, Db, 106. Seaborgio, Sg, nombrado en honor a Glenn T. Seaborg, 107. Bohrium, Bh, en honor del físico Niel Bohr, 108. Hassio, Hs, en honor de la ciudad de Hesse, 109. Meitnerio, Mt, nombrado así en honor de Lise Meitner, 110 (Uun) Darmstadtio, Ds nombrado en honor a la ciudad de Darmstadt, Alemania, 111. (Uuu) Roentgenio, Rg nombrado así en honor a la físico alemán Wilhelm Conrad Röntgen, 112 (Uub) Copernicum y los 113 (Uut) 114 (Uuq), 115 (Uup) 116 (Uuh), 118 (Uuo), que esperan su designación.

Además, como ya es común para muchos, que los elementos se presentan en la naturaleza como isótopos, con ciertas variaciones en sus constituyentes, por lo que, por ejemplo el peso atómico del carbón, como existen tres isótopos, cada uno con pesos atómicos distintos (C-12, C-13 y C-14) y estos se encuentran en concentraciones variables en distintos lugares. Como resultado, la tabla periódica actualmente contiene pesos atómicos promediales de esos distintos pesos isotópicos.

Ahora, la Unión Internacional de Químicas Pura y Aplicadas ha decidido mostrar –por ahora-el peso atómico de diez elementos como un rango en vez de un peso promedial único. Mientras que la nueva tabla será más precisa, muchos académicos admiten que será más complicada de enseñar a los estudiantes y que los profesores deberán elegir un solo valor del intervalo mientras hacen cálculos de química.

por Manlio E. Wydler

Mendeléiev, Dmitri Ivánovich (1834-1907): Químico ruso conocido sobre todo por haber elaborado la tabla periódica de los elementos químicos. Esta tabla expone una periodicidad (una cadencia regular) de las propiedades de los elementos cuando están dispuestos según la masa atómica.

Mendeléiev nació en Tobolsk (Siberia), estudió química en la Universidad de San Petersburgo y en 1859 fue enviado a estudiar a la Universidad de Heidelberg. Allí conoció al químico italiano Stanislao Cannizzaro, cuyos planteamientos sobre la masa atómica determinaron su opinión. Mendeléiev regresó a San Petersburgo y fue profesor de química en el Instituto Técnico en 1863 y profesor de química general en la Universidad de San Petersburgo en 1866. Escribió los dos volúmenes de Principios de química (1868-1870), uno de los primeros libros de texto sobre química, que se convirtió en un clásico.