La GEO 600 podría demostrar que vivimos en un holograma

Detecta un extraño sonido que podría ratificar esta teoría…

El detector de ondas gravitacionales GEO 600, de Hanóver, en Alemania, registró un extraño ruido de fondo que ha traído de cabeza a los investigadores que en él trabajan.

El actual director del Fermilab de Estados Unidos, el físico Carl Hogan, ha propuesto una sorprendente explicación para dicho ruido: proviene de los confines del universo, del rincón en que éste pasa de ser un suave continuo espacio-temporal, a ser un borde granulado. De ser cierta esta teoría, dicho ruido sería la primera prueba empírica de que vivimos en un universo holográfico, asegura Hogan.

Nuevas pruebas han de ser aún realizadas con el GEO 600 para confirmar que el misterioso ruido no procede de fuentes más obvias.

Un Gigantesco holograma cósmico

Un extraño ruido detectado por el GEO600 trajo de cabeza a los investigadores que trabajan en él, hasta que un físico llamado Craig Hogan, director del Fermi National Accelerator Laboratory (Fermilab), de Estados Unidos, afirmó que el GEO600 se había tropezado con el límite fundamental del espacio-tiempo, es decir, el punto en el que el espacio-tiempo deja de comportarse como el suave continuo descrito por Einstein para disolverse en “granos” (más o menos de la misma forma que una imagen fotográfica puede verse granulada cuanto más de cerca la observamos).

Según Hogan, “parece como si el GEO600 hubiese sido golpeado por las microscópicas convulsiones cuánticas del espacio-tiempo”. El físico afirma que si esto es cierto, entonces se habría encontrado la evidencia necesaria para afirmar que vivimos en un gigantesco holograma cósmico. Continuar leyendo «La GEO 600 podría demostrar que vivimos en un holograma»

Misteriosa lápida lleva inscripta una fecha futura

Una misteriosa lápida lleva inscripta la fecha 12 de diciembre de 2012 indicando el fallecimiento de un hombre enterrado allí. Medios de comunicación y turistas se han acercado para observarla.

El nombre del fallecido es Josef Kral y según indica la tumba, y segun las inscripciones de la lápida, habría nacido en el año 1956 y tendría que haber muerto precisamente «mañana».

Las autoridades locales de momento no tienen suficiente información sobre este ciudadano y se muestran cautos sobre el asunto, mientras que otros ya empiezan a pensar que se trata de una desagradable broma.

La lápida, ubicada en la ciudad checa de Jihlava lleva escrito una fecha de fallecimiento que todavía no pasó. Esto atrajo a personas de todo el mundo que se acercan a visitar el cementerio a diario.