La verdad sobre las sirenas de Animal Planet

El video que se hizo tan popular en las redes sociales no era verdadero. Las imágenes registran a una supuesta extraña criatura posada sobre una roca al fondo de un acantilado que parecen sirenas reales. Luego de algunos gritos de impresión y asombro de los testigos, el extraño ser se voltea por una fracción de segundo antes de lanzarse al agua. En ese momento puede observarse que tiene rostro, brazos y una larga cola parecida a la de un pez, como la de las mitológicas sirenas.

Sin embargo, se trata en realidad de imágenes que son parte de un falso documental puesto al aire el pasado fin de semana en Estados Unidos por el canal Animal Planet. La producción era la segunda parte de un especial de televisión emitido en 2012 que se llamó «Sirena: el cuerpo hallado» (Mermaid: the body found).

Dicho programa, de dos horas de duración, fue descrito por sus realizadores como «ciencia ficción basada en hechos reales y teoría científica». Sin embargo, su narración audiovisual resultó tan convincente para los telespectadores que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica recibió una avalancha de llamadas de personas exigiendo saber la verdad sobre la existencia de esas míticas criaturas marinas. La presión fue tal que debieron emitir una declaración pública para señalar que las sirenas no existen.

Ahora, la segunda parte tuvo en estos pocos días el mismo efecto. Miles de personas creyeron que su información era real, pese a que fue presentado como una producción enteramente de ficción y de corte de «entretenimiento».

Antes de la emisión, los productores explicaron que esta vez quisieron usar teorías basadas en la evolución y varios ejemplos reales de la naturaleza como un trampolín para tejer «una historia imaginaria» sobre un mito contemporáneo.

Sin embargo, y pese a esas aclaraciones, los cuestionamientos cayeron sobre Animal Planet por poner este documental falso en una programación tradicionalmente centrada en la naturaleza y la ciencia, y no en el mito y la fantasía. Así que no eran sirenas reales.