Una mujer viaja por Europa buscando rarezas en Google Maps

¿Has visto alguna vez algo extraño en Google Maps y has deseado viajar hasta ese recóndito lugar para ver exactamente lo que hay allí? Pues no hace falta gastar un dineral para quitarte la duda: se lo puedes pedir a Diane y ella irá por ti.

Diane Rabreau es una mujer francesa que se dedica justo a eso: a recibir peticiones de todo el mundo que tenga dudas sobre lo que ve en Google Maps. Puede ser un árbol que parece que está flotando en la nada, un techado abandonado en medio del campo, o una isla que solo aparece en el modo satélite del servicio.

Diane no solo va a ese punto. También escribe una entrada en su página web en la que explica cómo ha sido su viaje y graba un vídeo para que el que ha hecho la petición pueda desde una perspectiva de primera persona lo que se encuentra en el lugar ‘misterioso’.

Por ejemplo, alguien le preguntó por un extraño triángulo que se puede ver al norte de la isla de Sicilia. “¿Es el campo de beisbol más grande de Europa?” era la duda de esta persona. Diane, ni corta ni perezosa se dirigió hacia allá y documentó su viaje.

Sobre el terreno, Diane descubrió que el lugar no tenía nada que ver con un campo para practicar deporte. Se trataba de una mina que pertenece a una cementera. Los propios mineros le dijeron que eran consientes de que desde el cielo su centro de trabajo podía parecer otra cosa diferente, pero que la forma triangular se debía a elementos prácticos -así es más fácil extraer piedras- que a otra cosa. Continuar leyendo «Una mujer viaja por Europa buscando rarezas en Google Maps»

Las bacterias están aprendiendo a resistir a los desinfectantes

Uno de los métodos más habituales para desinfectar es utilizar cloro. Generalmente en forma de clorina, tal y como ocurre en piscinas o en el suministro de agua potable. Principalmente porque funciona muy bien. O al menos hasta ahora, ya que un equipo de investigación ha encontrado bacterias capaces de resistir a la clorina.

El modo en que funciona este desinfectante es bastante sencillo. Las proteínas, para poder funcionar correctamente, necesitan tener una forma determinada. No sólo importa la secuencia concreta de aminoácidos, también el plegado tridimensional.

Esta forma se ve afectada por muchos factores. Esto es lo que aprovechamos para desinfectar, ya que la clorina cambia la configuración de las proteínas y hace que colapsen. De esta manera impide su función, y si las proteínas no funcionan la célula se muere. Bien sean bacterias, algas, o células animales o vegetales.

De hecho, la clorina es tan efectiva que es un mecanismo habitual del sistema inmune. La gran mayoría de los animales somos capaces de generar clorina como mecanismo para defendernos de infecciones.

Pero a todo se adapta la naturaleza. Durante un experimento relacionado con el sistema inmune, los responsables del artículo se encontraron con que una cepa de una bacteria intestinal, Escherichia coli, era capaz de impedir que la clorina colapsase sus proteínas. Continuar leyendo «Las bacterias están aprendiendo a resistir a los desinfectantes»