La leyenda del vampiro de Istria

Antes de que Bram Stoker realizara su obra maestra «Drácula», un vampiro croata llamado Jure Grando ya sembraba el terror entre los aldeanos de Istria, hasta el punto de que sus andanzas le valieron el título de primer muerto viviente de Europa.

El legado de este vampiro sigue hoy vivo como atracción turística en Kringa, la semidesierta localidad croata donde vivió, murió, se levantó de la tumba y fue de nuevo muerto por sus habitantes.

En el camposanto del pueblo, ninguna tumba lleva su nombre y nadie sabe dar pista de ella. «Esa tumba jamás existió», aseguró con lúgubre fastidio a Efe una mujer en el cementerio local.

«Los vecinos probablemente derribaron y cubrieron la tumba por miedo a que Grando volviera como vampiro para maltratarlos», explicó con una misteriosa sonrisa Igor Rajko, empleado del museo dedicado al vampiro. «Hay sepulcros sin nombre», añadió enigmático.

Uno de ellos, un imponente sepulcro anónimo, resistió todos los intentos de ser fotografiado o filmado por la reportera: entre todos los archivos, sólo estos bloqueaban continuamente el ordenador en un curioso fallo técnico. O algo más.

La leyenda cuenta que Grando fue un campesino que murió en 1656 y se transformó en un maléfico ser que se levantaba de su tumba.

El vampiro abusaba sexualmente de su propia viuda, quien describió con horror como el cadáver de su esposo se le aparecía con una sonrisa espantosa, la boca sangrienta y haciendo un ruido horripilante esforzándose por respirar.

Para poner fin al maleficio, el párroco asaltó al vampiro con un crucifijo demandando que dejara de aterrorizarlos.

Aunque las lágrimas salieron a los ojos del espectro, Grando siguió aterrorizando a la aldea hasta el punto de que un grupo de lugareños lo atraparon y trataron de perforar su corazón con estacas de espino.

La historia cuenta que ni siquiera el mas conocido remedio contra los vampiros surtió efecto y que en las noches siguientes Grando se vengó de sus agresores: tocaba a las puertas de los que le habían atacado y en cada casa alguna persona moría después de grandes sufrimientos como si alguien le hubiera chupado la sangre.

No fue hasta 1672 cuando, en un nuevo intento de poner fin a la maldición, nueve audaces aldeanos y el párroco acordaron degollar a la criatura maléfica mientras descansaba en la tumba.

El más valiente entre ellos, un tal Stipan Milasic, logró tras una batalla feroz cortarle la cabeza mientras el vampiro saltaba y chillaba horriblemente. De la herida salió tanta sangre que cubrió a los presentes. Cuando rebosó de la tumba, el monstruo finalmente se rindió.

Desde entonces la paz volvió a Kringa. La misma paz inalterada que ahora perturban solo los turistas interesados en el vampiro.

Mi adorada Súcubo

Cuando apenas tenía diez años, me atacaron las populares “paperas”, con mucha fiebre y con terroríficas visiones, del tiempo de Jesús, de los momentos finales de la Tierra y del sabor naciente de la sensualidad.

Las primeras noches, mis encuentros amorosos, de los que yo no sabía absolutamente nada, se realizaban, apenas me dormía en un hermoso jardín, pletórico de fuentes , en las que nadaba con mi partenaire, muy similar a “Campanita”, alada compañía del mítico Peter Pan, que por supuesto yo personalizaba en estos ensueños eróticos.

Recuerdo a mi madre, al hacer las camas, horrorizada le pedía explicaciones a mi padre por las manchas de semen y algo de sangre en las sábanas de su pequeño hijo mayor.

Recuerdo la fascinación que esos pequeños pechos ejercían sobre mí. Tanto que despertaba muy cansado, pero muy cansado todos los días.

Durante más de tres años, todas las noches me abordaba y me exprimía literalmente, varias veces entre extraordinarios placeres. Hasta que tuve mi primera novia.

Terribles cosas me pasaron a los trece años. Miedo a relacionarme, miedo a la relación sexual, hasta impotencia.

Terminé ingresando a un seminario, para saber que me había pasado y para eliminar las terribles culpas que me atormentaban. Allí, parecía que esta súcubo no podía ingresar facilmente, recuperé mi potencia pero perdí mi fe en dios. Después de muchos años, hoy solo se que vivimos muchas vidas, que reencarnamos y que estos entes, son casi almas que no logran aún enderezar sus vidas dentro del albur del espacio-tiempo.

Los íncubos (espíritus que se materializan y actúan como hombres) y las súcubas ( que son preferentemente féminas, muy sexies) están imbuidos de una carga sexual muy grande, despiden olores nauseabundos, producen infecciones del tracto urinario y sexual, con desprendimientos de geles pútridos y verdosos; muchas veces los súcubos (hembras) colectan semen y luego, transformados en incubos ( machos), penetran a las mujeres, teniendo estas abortos o fetos anormales y con características híbridas entre humanos y animales. Los íncubos, pocas veces son agradables, solo enhiestan penes enormes, ya que saben la preferencia femenina por estos y los efectos logrados por las excitaciones de estos por inúmeros orgasmos, que van minando la resistencia de cualquier mujer hasta la pérdida total de su personalidad.

Las mujeres más buscadas por estos entes son las ya madres y de una edad entre 31 y 42 años. El apoderamiento carnal se efectúa generalmente en el baño higiénico.

Lo mejor en todos estos casos es recurrir a los ritos exorcistas, de cualquier religión, realizados por personas dotadas para estos menesteres, crean en lo que crean.

Muchas veces los resultados son espectaculares. Por algo se los digo!

Corazón de vampiro se vende por Ebay

Es muy común encontrar en Ebay ofertas de artículo muy extraños, como los fantasmas embotellados que ya mostramos en otro artículo de éste blog. Recientemente un usuario de dicho sitio, publicó para su venta un corazón de vampiro del año 1912. Según el vendedor, el corazón es 100% original y perteneció a un Vampiro que fue asesinado en el Alamo; Estados Unidos, hace aproximadamente 100 años, después de haber sido capturado.

Fuente: Curiosidades