El caballero negro, un satélite artificial de miles de años

Nuestro planeta ha contado con la presencia de su satélite natural desde mucho antes de que el mismo tuviera la capacidad de albergar vida. Pero no fue sino hasta 1957 cuando la Unión Soviética lanzó el Sputnik I que nuestro planeta empezó a llenarse de satélites artificiales que han sido utilizados para infinidad de aplicaciones, especialmente en telecomunicaciones. Hoy hay tantos satélites en el cielo, la mayoría inservibles, que la basura espacial se está convirtiendo en un verdadero problema para la humanidad.

Pero existe la creencia de que el Sputnik no fué el primer satélite artificial en la órbita terrestre. Algunos dicen, que hay un satélite, llamado el «Caballero negro» (Black knight) que lleva miles de años observándonos y recogiendo datos. El nombre de caballero negro viene de la época medieval, cuando los caballeros negros eran aquellos que actuaban sin que los demás tuvieran claro qué tipo de alianza tenían o a quien le rendían cuentas, de la misma forma, no se sabe a ciencia cierta para que está ahí ese satélite y quién hace uso de él. Pero lo cierto, es que se encuentran muchos defensores de ésta misteriosa teoría.

El caballero negro; Extrañas señales del cielo

En 1899, el genio y excéntrico Nikola Tesla, construyó en su laboratorio en Colorado Springs el primer gran receptor/transmisor de Ondas de radio. Meses después de estar investigando, Tesla anunció que en medio del ruido eléctrico que estaba recibiendo había una señal demasiado periódica y regular como para ser natural. Tesla estaba convencido que esa señal era un intento de comunicación por parte de una raza extraterrestre y pensó inicialmente que la señal se originaba en Marte. Pero luego de rastrear la señal por meses, se dio cuenta que era imposible que proviniera de Marte y su lugar de origen tenía que ser algún lugar en la órbita de la tierra. Continuar leyendo «El caballero negro, un satélite artificial de miles de años»

Ooparts: Una computadora portátil en la Antigua Grecia.

Esto es lo que se encontró Adam Pash cuando estaba en Getty Villa, un museo dedicado a las antiguas culturas de Roma, Grecia y Etruria, situado en Malibú.

La llamativa escultura sugiere una niña ofreciendo a su madre una «misteriosa caja» que en nuestra época, bien podría asimilarse a una computadora portátil, más conocidas como «nootebook» o «laptop».

La más llamativo de la imágen no es que ésta misteriosa caja se abra exactamente igual que una PC portátil, ya que posiblemente se trate de una caja de cosméticos o algún otro objeto de la época, sino los pequeños orificios laterales que parecen puertos USB o puertos PS2.

Algo es completamente seguro, los Griegos y los Romanos no eran adictos al Facebook ni al Twitter, por razones completamente obvias… La pergunta sería, que Red Social habrá existido en aquellas épocas.

Ooparts… Serendipias… O simple imaginación contemporánea? – Seguramente la arqueología moderna pueda explicar ésta escultura, pero no he podido conseguir más información al respecto!

Los enigmáticos tubos del Monte Baigong

En la orilla de uno de los dos Lagos de los Amantes (uno de agua dulce y otro de agua salada), ubicado en la falda del monte Baigong y a 40 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Delingha, China, se levanta una pirámide de unos 50 metros de altura, conectada mediante varios tubos metálicos al lago salado.

En la parte frontal de la pirámide, hay tres cuevas con entradas de forma triangular. De las tres entradas, la del medio es la más grande y la única accesible, puesto que las dos de los laterales, los huecos de entrada son mas pequeños y están derrumbados. La cueva central tiene aproximadamente seis metros de profundidad y dentro de ella hay un tubo de aproximadamente 40 centímetros de diámetro que se adentra en el interior de la pirámide, siendo visible únicamente la parte superior de este.

En la entrada de la cueva hay una docena de tubos de distintos diámetros (de 10 a 40 centímetros) que se dirigen hacia el interior del monte. Todos los tubos son rojos parduscos, del mismo color que las de rocas circundantes. Continuar leyendo «Los enigmáticos tubos del Monte Baigong»