La inquilina fantasma del Km16 – Rosario, Sta. Fe – Argentina

En el km 16 de la autopista entre Santa Fe y Rosario, existen rumores de que los empleados del puesto de peajes no quieren trabajar más en el turno nocturno, ya que numerosos relatos de apariciones y ruidos misteriosos cobran vida entre los empleados del lugar y otras personas que han tenido la oportunidad de ser testigos de éste fenómeno.

Incluso ver un fantasma con silueta de una mujer, del cual existe una foto que data del año 2015. Lo cierto es que el fantasma, no parece ser huésped de un Alquiler Temporario en Rosario, sinó más bien un residente fijo de las cercanías del peaje del Km 16.

El escepticismo de los encargados del sindicato, negaron rotundamente todos éstos dichos. «Si tuviéramos una queja de esta naturaleza, pedirían al empleado que vio tales cosas a realizarse un examen psicológico.»

Sin embargo, varios empleados afirman estar asustados con los fenómenos sobrenaturales que suceden en el km16. Uno de ellos, dialogando en la Inmobiliaria Rosario relató que las puertas se abren y se cierran solas, se escuchan ruidos de cadenas arrastrándose y que con frecuencia, aparece, al costado de la ruta, la figura de una mujer vestida de blanco. El escalofriánte relato incluso ha sido captado por un celular.

A pesar de los desmentidos oficiales, el Secretario Adjunto del Sindicato de Trabajadores de Concesiones Viales y Afines ( SUTRACOVI ), Gabriel Bernardo, informó hoy la situación en un portal de noticias de la ciudad de San Lorenzo.

«Tenemos peticiones de varios empleados que no quieren operar en el turno de noche porque están estresados ​​y asustados por los acontecimientos . Dicen que hay un fantasma que frecuenta la ruta.»

Lo mas extraño sobre el caso, es que unos días mas tarde el mismo empleado que dio a conocer estos sucesos con el portal de noticias lo negó todo y que “no sabe como esa información llego a manos del canal de noticia”. tampoco pudo explicar la extraña fotografía que circula en los medios de comunicación».

Un alma se cambia de un cuerpo a otro

Un espíritu o espectro pasando de un cuerpo a otro mientras dos personas se cruzaban en el camino de un centro comercial, fué captado por una cámara de seguridad.

En la secuencia extraída de Yahoo paranormal. Se ve como una especie de «alma», deja un cuerpo desplazandoce hacia un lado e incorporándose a otro.

La acción no demora más de varios segundos pero se logran apreciar leves movimientos entre los cuerpos.

Algunos expertos en el tema paranormal, afirman que cuando las personas mueren, su espíritu vaga en busca de la luz que lo conduzca a la paz eterna.

Además, agregan que los seres que andan vagando, prefieren captar las energías positivas de las personas. Cuando los desgastan salen del cuerpo en busca de otras energías que los alimenten.

Ver el video del espíritu

La espeluznante historia del Faro de Eilean Mor

Lo acontecido en la isla de Eilean Mor no es una leyenda, sinó una de las historias más espeluznantes ocurrida en las remotas costas escocesas. Si acudiésemos a un adivino o consultásemos el horóscopo, nos diría que continuemos leyendo éste relato de misterio para descubrir una increíble historia.

Tal vez estés cansado de leer cuentos de personas desaparecidas, tragedias no resueltas que quedan pendientes. O de buscar en algunos sitios de tarot respuestas a algunos de los misterios más grandes del universo, pero ésta historia es distinta y nos traslada a las islas remotas de las costas de Escocia donde en Diciembre de 1900, ocurrió algo que todavía sigue sin resolver.

La noche del 26 de Diciembre de 1900, un pequeño barco se adentró en las Islas Flannan de las Hébridas, rumbo a una isla enana: Eilean Mor. A día de hoy, este trozo de tierra peculiar suspendida en el océano llama la atención solamente por un aspecto, por su faro.

Las únicas personas que habitan Eilean Mor son los guardianes del faro. Aunque es cierto que en la actualidad los faros están automatizados y la tecnología sustituye a la mano de obra humana, hasta no hace mucho, en este isla solía haber tres fareros, tres personas que trabajaban durante varias semanas seguidas, para ser sustituidos después por un equipo nuevo.

Eso es lo que se pretendía hacer esa noche del 26 de Diciembre de 1900, sustituir a Thomas Marshall, el segundo ayudante, a James Ducat, el guardián principal, y a William McArthur, el tercer asistente. En aquella ocasión, esos tres hombres serían devueltos a sus casa para dejar en la isla a un sólo hombre, Joseph Moore.

Sin embargo, aquella fue una noche muy larga. Cuando el capitán del barco James Harvey, llegó a tierra junto con Joseph, hicieron sonar la bocina de llegada y además, lanzaron una bengala. No recibieron respuesta. Esto no era normal, así que no dudaron en vestirse con los impermeables y hacer frente a una larga caminata para llegar al faro.

No encontraron nada, pues no había ni rastro de los tres guardianes del faro. La mesa estaba aún dispuesta para una cena que nunca terminaron, y los relojes, absolutamente todos, se habían detenido. Algo raro había ocurrido.
Llamaron por radio a comandancia y a seguridad civil para anunciar de la desaparición de los 3 hombres. La persona destinada a llevar a cabo las investigaciones fue Robert Muirhead, policía, responsable de la junta de reclutamiento de vigilantes de faros y además, amigo de aquellos tres hombres.

Lo primero que hizo Muirhead fue leer el registro de actividad del faro, es decir, las notas que los guardianes dejaban reflejado a modo de diario personal, donde se registraba todo aquello peculiar que sucedía en el mar o la isla. La última entrada fue del 12 de Diciembre, ahí donde Thomas Marshall, el segundo ayudante, escribió: “tenemos vientos severos, nunca antes había visto algo así. Es terrible. William McArthur, el tercer asistente, no para de llorar”.

Aquello fue realmente extraño, puesto que todos los que conocían a William McArthur sabían que era un navegante muy experimentado, y un hombre aficionado al whisky, ¿por qué lloraría por una tormenta y unos vientos fuertes?

Nadie pudo obtener ninguna pista. Lo único que tenían era un faro solitario, relojes detenidos a la hora de la cena, una silla volcada y lámparas de petróleo consumidas. Ni rastro de los tres guardianes. Sólo esperaron que el mar trajera sus cuerpos en los próximos días, porque probablemente hubieran muerto en la tormenta o en los vientos. Nadie podía desaparecer porque sí, y menos aún, tres hombres.

Sin embargo, el mar no trajo nunca ningún cuerpo. Nunca se supo nada, pero los siguientes guardianes que ocuparon el faro de Eilean Mor, siempre tuvieron clara una cosa: que los tres hombrTres sombras oscuras aparecían y desaparecían. Tres corrientes frías que erizaban la piel en noches de tormenta, tres presencias silenciosas que hacían imposible poder pasar más de un día en Eilean Mor, llegando a tal punto, que muchos se sintieron aliviados cuando el faro quedó mecanizado por un ordenador.

Nadie fue nunca capaz de enfrentarse a esas tres supuestas sombras y preguntarles qué había ocurrido allí, cuál había sido el final. Todavía es un misterio.