Descubren un lagarto prehistórico atrapado en ámbar

Científicos mexicanos examinan el fósil completo de un lagarto que ha permanecido enterrado en un trozo de ámbar de unos 23 millones de años. El fósil fue descubierto en el estado de Chiapas, México y la criatura fue identificada preliminarmente como representante de una nueva especie del género Anolis.

Aunque éste no es el primer descubrimiento de éste tipo, es particularmente importante porque a diferencia de otros lagartos prehistóricos, éste está muy bien conservado; Motivo que haría especial el hallazgo. Tiene sus tejidos blandos y toda su piel bien conservada. Un mismo espécimen de la misma especie, también conservado en Ambar, habría sido encontrado en la República Dominicana pero poco se podía determinar con él ya que su estado de conservación dejaba mucho que desear.

Los expertos tiene la espectativa de estudiarlo para comprender más sobre el propio ejemplar y sobre la época en la que vivió.

Las criaturas quedan preservadas en ámbar cuando son atrapadas por la savia de los árboles que luego se solidifica, atrapándolas por millones de años. La mayor parte de los hallazgos de esta naturaleza son de los insectos, la muestra más antigua que se ha encontrado es de una especie de ácaro que vivió hace 230 millones de años.

Nuevas Teorías : Los Dinosaurios Vivian en el Agua!

Segun un grupo de científicos y su equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, afirma que los dinosaurios eran demasiado grandes como para vivir en la tierra.

El profesor Brian J. Ford, dijo que las criaturas prehistóricas «no eran» como los paleontólogos las han descripto desde hace décadas. El cree que sus colas eran demasiado grandes e incómodas para poder cazar o meverse con agilidad en la tierra, incluso sostiene que no podrían haber consumido suficiente alimento para sostener sus necesidades energéticas.

En cambio, si los dinosaurios vivieron en el agua, como afirma su hipótesis, el medio ambiente hubiera aportado mayor comodidad a las características ampliamente conocidas de éstos milenarios pobladores de la tierra.

Un paisaje de aguas poco profundas, habría sido el escenario más perfecto para ésta teoría.

Dijo en un programa de Radio! – «Imagínese que el paisaje era el agua – de repente todo tiene sentido!. Esa enorme cola es boyante, flotando en el agua. Se convierte en una ayuda de natación.» «De repente, su ambiente es favorable para él.»

Y agregó: «las teorías anteriores han sugerido que podría haber nadado, o vivían en los pantanos.» – «Mi opinión es diferente. Yo sostengo que debe haber evolucionado en aguas poco profundas.

Pero la teoría de profesor Ford aún no ha ganado credibilidad con sus colegas científicos. Un experto del Museo de Historia Natural afirma que una teoría similar había sido discutida y menospreciada hace unos 100 años. Paul Barrett, dijo: «Las cosas han cambiado bastante. No creo que estemos en condiciones de re-escribir los libros de texto por el momento.»

Titanoboa: La historia de la serpiente Titánica

La sangre caliente de otros animales de la selva debió enfriarse drásticamente cuando veían deslizarse a estas enormes serpientes, 58 millones de años antes de que unos paleontólogos las descubrieran y las bautizaran Titanoboa. Habitaron los tórridos paisajes selváticos colombianos del Paleoceno y hace pocos días revivieron en el canal Smithsoniano, que ha presentado un fascinante documental dedicado a sus costumbres y entorno.

El año pasado, el Museo de Historia Natural del Instituto Smithsoniano ya había construido una monumental réplica del animal prehistórico.

También hace un año, otro equipo técnico canadiense, esta vez con intenciones más artísticas que científicas, había creado una versión electromecánica de 10 metros de largo.

Titanoboa; El Monstruo de la laguna

La historia contemporánea de estas serpientes titánicas de la familia de las boas comenzó en 2002, cuando el entonces estudiante de Geología, Fabiany Herrera, visitó Cerrejón, la mina de carbón al aire libre más grande del mundo, ubicada en el departamento de La Guajira, al norte de Colombia. «Acababa de bajar del autobús, encontré una roca, la levanté y vi una hoja fósil», contó. Esa hoja correspondía a una planta que remitía a una antigua selva tropical del Paleoceno.

El hallazgo de Herrera dio paso a otro mayor. En 2004, el estudiante Edwin Cadena tropezó con los restos de lo que creyó eran cocodrilos prehistóricos. En esta región del norte de Colombia solían hallarse fósiles de tortugas, y eso buscaba Cadena. Pero encontró otra cosa.

Esos vestigios óseos eran parte de un monstruo enorme. Su tamaño promedio fue establecido por Carlos Jaramillo, paleontólogo del Instituto Smithsoniano de Investigaciones Tropicales. Su equipo reunió los restos de varias decenas de Titanoboas que habitaron la zona. «Es la serpiente más grande que ha existido, vivía en lagos y mataba a sus víctimas estrangulándolas y comiéndolas enteras», explicó. De hecho, entre los restos hallados había esqueletos de tortugas gigantes (Cerrejonemys) y de cocodrilos (Cerrejonisuchus), acaso presas del enorme ofidio. Continuar leyendo «Titanoboa: La historia de la serpiente Titánica»