Los sapos que desafian las teorías de Darwin

Cambios físicos observados en los sapos gigantes de caña, que han invadido parte de Australia en las últimas décadas, desafían la teoría evolutiva de Darwin, según un estudio difundido hoy por la emisora australiana ABC. Muchos de estos batracios (bufo marinus) han desarrollado patas más largas desde que fueron introducidos desde Venezuela y Centroamérica en el estado de Queensland durante la década de 1930 para controlar a la población de escarabajo de caña.

Esta característica, detectada en la avanzadilla de sapos que se han propagado hasta Kununurra (Australia Occidental) y Sídney, les permite recorrer con mayor velocidad distancias más largas que sus generaciones antecesoras. Según biólogos de la Universidad de Sídeny, el proceso difiere de la teoría de la selección natural de Charles Darwin ya que los cambios evolutivos no están vinculados a la supervivencia o la reproducción sino a la necesidad de dispersarse con mayor rapidez.

“Es un concepto radical. Es el primer mecanismo realmente nuevo en cambios evolutivos en 150 años”, dijo el director del equipo, Rick Shine a la radio australiana. Shine y su equipo desarrollaron un modelo matemático para explicar el proceso de “selección espacial”, que sería el resultado de la acumulación de genes “buenos” para el desplazamiento, indicó el biólogo.

El estudio revela que las nuevas generaciones de sapos de caña se reproducen con menor eficiencia que sus antepasados, sufren artritis en la columna y son más vulnerables a los depredadores porque su veneno es menos efectivo. “El proceso funciona incluso aunque no conlleve ventajas para la supervivencia o la reproducción”, indicó Shine que añadió que el proceso de “selección espacial” ocurre en paralelo a la selección natural.

“La selección espacial no reemplaza a la selección natural (…) solo funciona si no se opone a la selección natural”, dijo Shine.

“Si hubiera grandes desventajas para la supervivencia por estar al frente de la invasión, esta sencillamente no ocurriría porque la selección natural acabaría con estos sapos”, añadió. Un estudio anterior realizado por Shine detectó que más de un diez por ciento de estos sapos gigantes padecen artritis aguda en la columna por culpa de la bacteria “ochrobactrum anthropi” que se encuentra en la tierra común.

El batracio también se encuentra en Hawai (Estados Unidos), Filipinas, Papúa Nueva Guinea y otras islas del Pacífico.

Creación de las nuevas especies

En este artículo enfocaremos nuestra visión en dos lugares bastantes distintos: Uno sobre la tierra y otro en el agua.

Las aves de las islas Galápagos (América) y los peces del Lago Victoria y los cercanos (en África.)

En la ilustración se notan algunos de los cambios que una sola especie, produce gradualmente con los años, adaptándose al entorno donde nace. Esto es muy notable en animales complejos y de generaciones de rápida sucesión, anuales al menos.

Esta observación genial, en el lugar apropiado, (las islas Galápagos se encuentran en el Océano Pacífico, a 1000 kilómetros de las costas de la República del Ecuador) fue el elemento principal que inspiró en Charles Darwin su extraordinaria teoría. (Variaciones en los pinzones de Darwin, aves del tipo de los gorriones comunes).

No es dable observar esta particularidad en especies que poseen grandes lugares físicos para su desarrollo y con hábitat similares, además con menores tasas de reproducción.

Por ejemplo, también es extraordinaria la evolución que en un hábitat acotado, como en un lago, donde también puede hacerse la evolución. Una sola especie de pez, al ir ocupando un nicho diferente del hábitat, va en sucesivas generaciones, acumulando tantas diferencias que en algunos años pueden dar variedades de la especie y en algunos siglos, reales especies diferentes, que en ciertas condiciones han permitido la existencia viable de modificaciones genéticas de tal grado que interrumpen la inter-fertilidad.

En los Lagos Malawi, Tanganica y Victoria, existen unos peces cíclidos, de agua dulce, tropicales y de hermosos colores. El antepasado común en los tres lagos, era un habitante del fondo, que para poder colonizar todos los lagos ha creado diferencias en el tamaño de sus cuerpos, de su forma de incubación, del mayor tamaño de sus huevos, el menor cantidad de puestas, etc.,

Estrategias que les han permitido estar presentes en todos los nichos posibles.

Se repite el hecho en los tres lagos, pero es menos notable esta evolución en el Lago Victoria de más cercana creación. Lo que demuestra lo rápido que el medio externo influye en la mayor reproducción del acerbo alélico, natural heredado o fruto de diversas modificaciones y mutaciones, pero de cualquier forma, un cierto tiempo parece ser estrictamente necesario.

Existe un pez “espinoso”, que habita el mar originalmente, pero que ha colonizado las aguas dulces, transformándose en otra especie, con pérdida de placas óseas, aumentado su tamaño y cambiando sus hábitos alimenticios. Se lo ha estudiado tanto que se ha identificado un alelo en los genes, como responsable de estos cambios.

Como vemos, la creación de nuevas especies, en ciertas condiciones, pueden operarse bastante rápidamente, demostrando la plasticidad de lo viviente para acomodarse a un mundo cambiante y pletórico de violentos encontronazos.

Fruto de esta capacidad radiativa ha dado el mundo que nos rodea ¡y a nosotros mismos!