Musarañas : Una teoría china sobre la Evolución

La China está completando muchos lugares vacíos de los estamentos de la Evolución. Hace lustros descubrieron marsupiales que se alimentaban de huevos y crías de dinosaurios y que acompañaron en otro sitio del mundo a los cocodrilos galopeadores (de Brasil) en la tarea de exterminio, ya que los dinosaurios vieron disminuir por estos motivos su descendencia hasta desaparecer. (Poco a poco se encontrarán también las especies que al mutar se encargaron de estas tareas de exterminio).

Los Chinos encontraron a esta pequeña musaraña que viene a completar otro capítulo en la historia que termina en nosotros.

Hoy, son de porte pequeño, terrestres y algunas subacuáticas, Son los mamíferos más activos que existen. Cazan su alimento tanto de día como de noche. Muchas de las especies, en especial las europeas comen su propio peso en insectos diariamente, pueden llegar a morir si pasan más de cuatro horas sin comer. Su alimento se basa en invertebrados aunque pueden llegar a cazar y comer pequeños vertebrados tales como ratones de campo lagartijas e incluso (siendo casos excepcionales) de ratas.

Se defienden de sus depredadores mediante unas glándulas odoríferas, que las convierten en un plato poco atractivo, aunque son depredadas por las aves que tienen un sentido del olfato débil, como las lechuzas o las aves rapaces. Algunas especies de musaraña tienen saliva venenosa.

Hoy en día las hay mamíferos propiamente dichos y también marsupiales . Continuar leyendo «Musarañas : Una teoría china sobre la Evolución»

La evolución : De los piés a la cabeza!

No fué el cerebro, ni las manos, ni la columna, ni la pelvis, las que nos hizo humanos, sino los pies, así dejamos de ser cuadrumanos.

Es probable que el antecedente más alejado entre el género Homo fuera el llamado Toumai (7 millones de años) parecido a un chimpancé, pero que caminaba generalmente erguido y su pie comenzaba a tener el metatarso del pulgar algo más extendido, o sea tenía una apariencia menos cuadrimana. Los huesos encontrados son tan pocos que aún no hay seguridad en ello.

El siguiente eslabón, también africano, es el Orrión tugeniensis, datado de hace 6 millones de años, con muy pocos datos certeros.

Ardipithecus ramidis, con 5,8 millones de años, de caminar erguido y de pie casi humano, al igual que el Ardipithecus ramidus, cuyo metatarsiano (huesos datados en 4,4 millones de años) hueso correspondiente al pie encontrado en el yacimiento etíope del valle de Afar demuestra que el ser al cual pertenece probablemente se desplazaba con sus miembros inferiores como un homínido neto.

Australophitecus ananensis (4 millones de años), como su sucesor el A. aferensis (3,5 millones de años), ya poseen los pies muy parecidos a nosotros, aunque por el tipo de pelvis, en especial el primero todavía pasarían mucho tiempo en los árboles.

Australopithecus africanus (de 3 a 2 millones de años), muy similar al anterior, pero del sud de África, de marcha totalmente erguida, pero pasaba todavía mucho tiempo sobre los árboles. Tien los incisivos juntos y los caninos chicos como nosotros. Los pies ya son como los nuestros.

Homo habilis (1,8 millones de años) y Homo antecesor (800.000 de años) en lo referente al bipedismo y sus pies son iguales a nosotros.

Lo que significa que el camino evolutivo que lleva hacia nosotros, se desarrolló rápidamente en lo referente a los pies y más tardíamente en lo referente a las manos, la columna, la pelvis y, por supuesto la complejidad del cerebro.

Esta búsqueda se me ocurrió al ver un documental en la que toda una tribu presentaba una anomalía, era un defecto que aparecía puntualmente en ese lugar por efecto de una intensa consanguinidad.

Los que tenían pie de simio, caminaban con extrema dificultad. Continuar leyendo «La evolución : De los piés a la cabeza!»

La teoría de Darwin, en Jaque

Una de las ideas principales que sustenta toda la teoría de Darwin, es que a lo largo de los años solo han sobrevivido las especies más fuertes. Sin embargo, una reciente publicación de la revista Nature, cuestiona éste principio.

Un grupo de investigadores ingleses de las Universidades de Exeter y Bath, en conjunto con especialistas de la San Diego de los Estados Unidos, demostraron en éste trabajo que la biodiversidad puede evolucionar donde previamente se creía imposible.

El trabajo representa un nuevo enfoque al estudio de la evolución que eventualmente puede conducir a una mejor comprensión de la diversidad de bacterias que causan enfermedades humanas.

Hasta el momento, se cree fielmente que en cualquier hábitat determinado debe surgir una especie más fuerte que con el tiempo dominará para excluir a todas los demás. Este es el conocido principio de la supervivencia del más fuerte. Los ecólogos se refieren a menudo a la idea del «principio de exclusión competitiva» que predice que los entornos complejos son necesarios para apoyar a las poblaciones complejas y diversas.

Robert Beardmore, quien ejerce la profesión de profesor e investigador en la Universidad de Exeter, dice: «Los microbiólogos han puesto a prueba este principio mediante la construcción de ambientes muy simples en laboratorio para ver qué pasa después de que cientos de generaciones de evolución bacteriana, cerca de 3.000 años en términos humanos. Se pensaba que sólo el genoma de las bacterias más aptas permanecería, pero ese no fue el resultado. Los experimentos generaron una gran cantidad de diversidad genética inesperada».

Esta biodiversidad en un tubo de ensayo fue objeto de controversia cuando se observó por primera vez y fue explicado con afirmaciones de que la falta de tiempo había impedido ver surgir a una bacteria claramente ganadora. La nueva investigación muestra, sin embargo, que en los experimentos no se encontraron anomalías.

El profesor Laurence Hurst, de la Universidad de Bath, dijo: «La clave para el nuevo entendimiento es la comprensión de que la cantidad de energía que los organismos obtienen de su alimento depende de la cantidad de alimentos que tienen. Dadles comida abundante y la usarán ineficientemente. Cuando combinamos esto con la idea de que los organismos con diferentes estrategias de utilización de los alimentos también se ven afectados de diferentes maneras por las mutaciones genéticas, entonces descubrimos un nuevo principio, una en el que tanto ser fuerte como no serlo coexisten de forma indefinida».

El doctor Ivan Gudelj, también de la Universidad de Exeter, dijo: «Los fuertes usan bien el alimento pero no son resistentes a las mutaciones, mientras que los menos eficientes, los consumidores no aptos o menos fuertes, son mantenidos por su resistencia a la mutación Si hay una baja tasa de mutación la regla de la supervivencia funciona, pero si no es así, mucha de la diversidad puede mantenerse»

En cuanto a los experimentos enigmáticos sobre las bacterias, los investigadores concluyen que su tasa de mutación parece ser lo suficientemente alta para que organismos fuertes y menos en forma puedan manternerse.