Como se une el pensamiento a los descubrimientos

Hace una década concluí con una idea de Cosmogonía, que mostraba ciclos de nacimiento, evolución, regresión y vuelta a empezar. Esto infinitamente entre singularidades, una de ellas, un monstruoso agujero negro, como límite del caos. Además, los agujeros negros locales como fuente de conexión entre universos, donde finalizarían emanando materia-energía en formas diversas y viceverza.

Para no repetir, en Asusta2 o en el Periódico Domine Cultural, puede leerse sobre mi versión de los multiversos y así llegar a introducirnos al tema cuya referencia hago al principio en el título.

La foto que ven aquí arriba es una representación artística del agujero negro más grande medido con precisión hasta la fecha. Es el corazón de la galaxia vecina conocida como M 87 y tiene la masa de 6600 millones de soles. A pesar de su impresionante tamaño, es la mejor oportunidad que la humanidad ha tenido hasta la fecha de “ver” uno de estos extraños fenómenos.

El tamaño de este agujero negro es casi imposible de comprender. Incluso entre los agujeros negros super gigantes, este supera a todos con un tamaño 2000 veces mayor al que se encuentra en el centro de la Vía Láctea. Los investigadores creen que los agujeros negros super gigantes se vuelven más grandes cada vez que dos galaxias se unen, haciendo que agujeros negros de ambas choquen y se combinen. En este caso el agujero M 87 podría ser el resultado de cientos de uniones, una tras otra que eventualmente fueron creando a este gigante. Los movimientos de torbellino de la galaxia M 87 sugieren que una unión ocurrió hace relativamente poco. No debemos olvidar que los agujeros negros no dejan de crecer a medida que pasa el tiempo, pues al aumentar su volumen, aumentan su atracción y más estrellas caen bajo la misma, lo que hace que toda la galaxia finalmente pueda caer dentro de él. Sólo necesita tiempo y estrellas cercanas para mantener su actividad.

La monstruosidad de estos tamaños podría hacer de todas las estrellas de la galaxia terminasen siendo literalmente vecinas.

Este super agujero es tan enorme, que la nueva generación de telescopios podría ser capaz de ver su silueta al mirarla contra el brillo de la galaxia M 87, dando inicio a una nueva era de observaciones en la cuenta de los agujeros negros.

En mi Cosmogonía, la aceleración en la inflación tiene el límite en que la materia alcanza la velocidad de la luz,( al que nombré como Wydler II) lo que conformaría un esferoide con características de agujero negro, ocasionado por la materia con masa infinita por la velocidad. (El límite Wydler I se daría al caer la temperatura a menos de 0,8 grados Kelvin en el universo actual, donde los fotones se transforman en electrones, no irradiantes de luz, se produciría por esos tiempos un oscurecimiento de lo que por aquí existe.)

Para estos momentos, la materia en expansión, a su vez, mucha estaría ya configurando agujeros negros, portales a otros universos en donde lo “tragado” emergería.

O sea, una parte del espacio-tiempo se fugaría por los agujeros negros a universos paralelos y otra parte, convertida en takiones fugaría hacia un Bing- Crunch, portal a un nuevo Big- Bang, generador de otro espacio-tiempo: universo, con , además aportes de portales ( agujeros negros de otros universos, emergentes en el considerado, como vimos más arriba). Lo expresado sería la última consecuencia de la Teoría del CAOS, de Renée Thom, para los casos de la Cosmogonía en el límite.

Agujeros negros de otro(s) universo(s), entregarían material al nuestro, conformando “verdaderas semillas” de formación de las galaxias, expresándose de este modo la memoria sempiterna de conformación universal al infinito.

por Manlio E. Wydler

El canibalismo estelar

Muy cerca de la Cruz del Sur, que nos marca la dirección del Polo Sur, hay un punto de luz débil, en la constelación del Centauro.

Claudio Tolomeo en su catálogo de estrellas la nombró hace 2 mil años. Recordemos que el veía a todos los cuerpos celestes a “ojo desnudo”.Sin embargo su dimensión es mucho mayor que una estrella y en el 1830 el astrónomo inglés John William Herschel, con su telescopio descubrió por primera vez su verdadera naturaleza, siendo el primer cúmulo globular reconocido. Pese a ello, aun hoy persiste su nombre de estrella.

Con el Hubble y el Gémini (del sur de Chile), se ha descubierto que este cúmulo está constituido por unas diez millones de estrellas, de una uniformidad algo similar en antigüedad y un movimiento estelar en conjunto que las diferencia del resto de la vecindad.

Por descomposición de su luz, se sabe de una notable metalicidad, que denota su vejez. En realidad, se notan dos metalicidades, que presuponen que fueron originadas durante al menos dos brotaciones estelares distintas.

Como sabemos, se llama metalicidad de las estrellas a los elementos traza, distintos al Hidrógeno sean o no metales.

Al ver en detalle la velocidad de rotación de las estrellas de este cúmulo estelar se notó una aceleración cerca de su centro. Denota esto que posee un agujero negro medianamente grande (no es estelar), lo que se explica por su origen de galaxia pequeña.

En fin, esta constelación que sirve, entre otros para múltiples usos de cartografía estelar, de navegación, etc. muestra que lejanos son en realidad sus componentes, solo una virtual “unidad” ( pensemos que el trío estelar Centauro son las estrellas más próximas a nosotros, en tanto este cúmulo está a 17.000 años luz.)

Omega del Centauro es una pequeña galaxia fagocitada por la Vía Láctea, como en “poco tiempo” lo será la Nube de Magallanes.

El canibalismo estelar es norma entre galaxias vecinas, (la más grande incluye a la más chica) donde la gravedad se impone más allá de la inflación de nuestro Universo.

Una escurridiza presencia

Una gran mayoría de estrellas se presentan formando dúos o tríos, con planetas en complicadas órbitas, como las estrellas más cercanas, que son Próxima, Alfa y Beta, del Centauro, las dos últimas semejantes al Sol en tanto que la primera es mucho más chica y menos potente en su luminosidad.

Nuestro Sol, parece casi una excepción, aunque muchos astrónomos sospechan que existiría una compañera del astro rey.

Los últimos planetas y micro-planetas se fueron descubriendo por afectaciones de las órbitas por la masa de–en ese entonces- incógnitos planetas.

Hoy sabemos que los cometas son elementos de la nube de Oort, con órbitas que los acercan desde esos lejanos confines hasta la cercanía del Sol. Se pensó que estas órbitas podrían deberse a la influencia de algo masivo(Tal que se habló primero de un planeta X).

Sabemos hoy que existen enanas rojo-negras (en extinción de sus vidas), y marrones, (estrellas fallidas que por falta de suficiente masa no encendieron sus fuegos nucleares, generando calor solo por gravitación). Son algunas veces más grandes que Júpiter.

Orbitando a un millón de kilómetros del Sol, sería difícil verla para nosotros con tantos cuerpos que existen en estos lugares y que por ende permitirían un cierto ocultamiento. El trabajo astronómico realizando innumeras fotos –en forma automática- para notar particularidades de movimientos, intensidades, variaciones varias, etc., generalmente son seguidos ahora por especiales computadoras.

Sería probable esta existencia, aunque difícilmente detectable por todavía algunos años. Las perturbaciones cometarias se explicarían muy bien, deberá estar por detrás de la Nube de Oort, en el plano de la eclíptica, ser enana marrón-negra y estar a más o menos un año luz de distancia. Más, sería muy probable que una buena parte de esta distante nube, en parte la encontramos porque por su gran cercanía al Sol, esta compañera no pudo contar con ella, para aumentar su tamaño y constituir sus propios planetas y satélites, salvo capturar y expulsar a algunos futuros cometas.

Esta “compañera” del Sol, por sus andanadas desde los confines, de la materia más alejada del sistema, sería uno de los modificadores de la constitución planetaria y satelital, e incluso del reloj biológico de nuestra propia Tierra.

Los cometas en diversas épocas han modificado los paisajes terrestres, han llenado nuestros océanos y han hecho aportes minerales, de prebióticos y de algunas influencias genéticas originadas en otros planetas, desde otros soles, en otras épocas y ciclos.

Incluso, podrían los cometas conocidos haber oficiado de “cuasi” planetas en órbita de Némesis y por razones gravitacionales y astronómicas serían expulsados hasta nosotros.

Desde hace mucho esta “estrella” ya tiene nombre: Némesis, la diosa griega de la venganza, por su posible afectación de los –para nosotros- peligrosos cometas.