El código secreto de la Biblia.

En 1994, una prestigiosa revista científica dedicada a la Estadística publicó un artículo titulado: «Secuencias equidistantes en el libro del Génesis». Sus tres autores son: El Físico Doron Witztum, EL matemático Eliyahu Rips y el informático Yoav Rosenberg.

El «código secreto de la Biblia» también conocido como el código de la Torá, consiste en grupos de palabras y frases que se supone que tienen un significado y que algunos creen que están colocadas intencionadamente de forma «cifrada» u oculta en el texto de la Biblia.

El código fue descubierto en la versión hebrea del Antiguo Testamento (Torah) y fue publicado por el periodista Michael Drosnin, en su libro «El Código Secreto de la Biblia», que no tardó en convertirse en Best Sellers. Según quienes investigan a fondo estos códigos secretos, la versión más antigua de la Biblia sería el único ejemplar en el que aparecen las profesías, ya que el hecho de creer que se pueden hallar en cualquira de las miles de versiones impresas en diferentes lenguas, implicaría creer que en sus traducciones se han tenido en cuenta éstos códigos con minucioso detalle y por consiguiente restaría misticismo a la situación.

El método empleado para descubrir el código es muy conocido y consiste en eliminar los espacios entre las palabras del libro, y así convertir el texto en un único extracto de 304.805 caracteres. Esta secuencia es ingresada a una computadora que se encarga de explorar esta larga tira de letras en busca de palabras y frases que se le ingresan al programa.

Comienza con la primera letra y lee todo el texto de corrido, luego saltando de a una letra, luego de a dos, y así sucesivamente hasta terminar. Seguidamente, rehace el mismo proceso comenzando desde la segunda letra, y luego desde las demás hasta terminar. Esto se denomina ELS (Equidistant Letter Sequences) que significa «secuencias de letras equidistantes», que luego se reordena para presentarlo como matriz o crucigrama.

El código predice hechos que sucedieron mucho tiempo después de que fuera escrita la Biblia. Se indican nombres completos, fechas, lugares y otras características sobresalientes de cada uno de los sucesos.

Algunos de los vaticinios del Código secreto del Torá son los siguientes:

«Shakespeare» – «llevó a escena» – «Macbeth» – «Hamlet»
«Hitler» – «hombre malvado» – «nazi y enemigo» – «matanza»
«Edison» – «electricidad» – «bombilla»
«Newton», «gravedad»; entre muchos otros hechos históricos relevantes.

En efecto, éstas supuestas predicciones escritas hace varios siglos llaman poderosamente la atención. Sin embargo, parece haber una explicación mucho más simple que la de conferirle a las escrituras sagradas semejante atribución.

La Bliblia como una inagotable fuente de Mitos y supersticiones.

En la Edad Media, algunos teólogos judíos sugerían que, como el Antiguo Testamento era la encarnación de la palabra de Dios, la disposición de aquel texto guardaba una directa relación con las cosas del mundo. Esta doctrina fue el fundamento de una serie de disciplinas conocidas como Kabbalah (de donde deriva la palabra castellana “cábala”), que consistían en el examen de textos bíblicos para comprender la trama del Universo, o modificarlos a fin de influir sobre la realidad. Según la leyenda, ciertos cabalistas llegaron a obrar milagros (como la creación de un hombre artificial, el mítico Golem) gracias a su luminosa comprensión de la palabra sagrada. Ese es, pues, el origen de la tradición según la cual Dios insertó enseñanzas codificadas a través de la transcripciones de sus mensajeros.

Explicación racional sobre el Código de la Biblia.

La principal objeción contra el código de Biblia publicado por Michael Drosnin, consiste en que un modelo similar puede ser encontrado en otros libros aparte de la Biblia. Aunque la probabilidad de hallar una secuencia en un lugar aleatorio que responda a una palabra con significado sea baja, hay tantos puntos de partida y distancias posibles que es de esperar que tales palabras aparezcan. En respuesta a un desafío explícito de Drosnin, que afirmó que sólo la Biblia podría contener secuencias, el matemático australiano Brendan McKay encontró muchas secuencias similares en Moby Dick que contenían frases relacionadas con acontecimientos modernos. Otros estudiosos, como el físico estadounidense Dave Thomas, encontraron más ejemplos en otros textos. Además, Drosnin había usado con ventaja la flexibilidad de la lengua hebrea, mezclando libremente hebreo clásico (sin vocales, donde las letras Y y W son estrictamente consonantes) con hebreo moderno (donde Y y W suelen indicar las vocales I y U), así como las variaciones en el uso de K y T, encontrando el significado deseado. Cinco años despues de que el código fuera publicado en la revista Statical Science, Vol 9 Nº 3, un grupo de matemáticos, entre ellos Brendan McKay, publican en la misma revista que diera origen a éste misterio, un razonamiento a partir del cual siempre es posible obtener códigos que parecen premonitorios, independientemente del libro que se emplee para hacerlo.