La profesía de un terremoto en Roma

Una profecía del año 1979 vaticina un terremoto en Roma para el 11 de mayo de 2011

Raffaele Bendandi fué un pseudocientífico nacido en Faenza, Italia en el año 1883. Desde joven se sintió atraído por la ciencia, aunque de manera autodidácta, ya que jamás cursó estudios formales. Aun así Raffaele pudo fabricar sus propios telescopios y sismógrafos desde una edad muy temprana.

Luego del trágico sismo de Messina del 28 de diciembre de 1908 en el que murieron 80.000 personas, Bendandi sintió fasinación con el estudio de los terremotos y estudiando las fechas de los terremotos pasados y tomando como parámetros la relación de los cuerpos celestes del sistema solar, creó una teoría para predecir los movimientos telúricos futuros.

Aunque su teoría nunca fue explicada en detalle debido a las críticas de la comunidad científica de la época la predicción de un terremoto en el año 1924 hizo que se consagrara como un gran profeta de los sismos.

Un año antes (1923), y convencido de que su teoría era acertada, registró ante notario una predicción que anunciaba un temblor en la región de Marche el 2 de enero de 1924. El terremoto, efectivamente, sucedió en la villa de Senigallia, aunque dos días después. A pesar de esto, el diario Il Corriere della Sera anunció su éxito en primera página llamándolo «Aquel que prevé los terremotos». Su fama llegó a ser internacional.

Desde ese momento intentó vaticinar nuevos terremotos los cuales no sucedieron en su totalidad, motivo por el cual las autoridades italianas le prohibieron la publicación de sus teorías ya que generaba terror entre los habitantes de los lugares en donde los supuestos «sismos» podrían ocurrir. Aun así, sus predicciones se publicaron en otros lugares del mundo.

Cuando murió, su cuerpo fue hallado en su casa, rodeado de muchas de sus predicciones destruidas, seguramente debido a un arrepentimiento del propio Bendandi. No obstante unas pocas se conservaron, entre ellas una que anuncia un temblor devastador para el próximo 11 de mayo de 2011 en Roma.

Aunque la mayoría de las predicciones de Bendandi no se cumplieron, se cree en efecto Bendandi se anticipó al terremoto de 1914 en Marsica, al terremoto del 21 de diciembre de 1923 en América Central y al del 4 de enero de 1924 en la península balcánica. Según algunos medios de la época, también predijo con exactitud el terremoto de Friuli en 1976, de 6,5 grados en la Escala Richter.

El terremoto de Japón y las profecías de Parravicini

Una impresionante psicografía de Benjamín Solari Parravicini que data de año 1939 parece haber pronosticado el terremoto que sacudió a Japón.

En el dibujo, publicado en la página 123 del libro «Profecías inéditas y finales de BSP», de Pedro Romaniuk (Ed. Larín, 2007) aparecen figuras que posicionan geográficamente el epicentro de un suceso de gran magnitud en Japón junto a una frase:

«Ruido de ruidos ensordecerán las alturas. La bomba F».

Las especulaciones sobre el gráfico llevan a pensar que «la bomba F» podría hacer alusión tanto a una fusión nuclear, como la que se sospecha que se desencadenó en los reactores de la central nuclear Fukushima, o también al nombre de la ciudad en cuestión donde se encuentran los reactores. También podría tratarse del término Fujita que los japoneses emplean para medir la magnitud de una catástrofe.

Las predicciones de Parravicini, el «nostradamus argentino» se han ido cumpliendo a lo largo del tiempo con relativa certeza y numerosos libros se han publicado acerca de sus más de mil dibujos premonitorios.

Entre sus profecías, Parravicini anunció la guerra de los seis días entre Israel y sus vecinos, la asención de Franco al poder en España, la carrera espacial entre USA y Rusia y hasta la crisis económica argentina del 2001, asegurando que se trataría de un experimento que luego se llevaría a cabo en el mundo entero.

Las profecias de Julio Verne

Julio Gabriel Verne, (08/02/1828 – 24/03/1905) – Es considerado el padre de la ciencia ficción y un gran visionario, ya que describió en sus novelas, mundos futuros y aparatos increibles que supieron cobrar vida incluso muchos años después. Aunque algunos, pensaran en el pasado, que sus ideas eran propias de una imaginación portentosa, otros nos sorprenderíamos en el futuro, de ver sus inventos y sus predicciones hechas realidad en nuestro presente. Estas características lo postulan como uno de los profetas con más aciertos en la historia de la humanidad.

Pero, fue Julio Verne realmente un profeta o su gran genialidad estuvo ligada a una serie de casualidades afortunadas. Verne logró anticiparse con más de un siglo de antelación a numerosas situaciones como el primer viaje a la luna, o la invención del fax.

Adivinó, entre otras cosas que las grandes ciudades del futuro estarían iluminadas por luces eléctricas de gran potencia. Profetizó la llegada del hombre a la Luna un siglo antes de que el Apolo 11 la hiciera realidad. Predijo la existencia de un tren metropolitano que, con diferentes líneas, recorrería la capital francesa en el siglo XX. En 1863, adelantó la existencia, a finales de nuestra centuria, de un equivalente al actual correo electrónico. Habló de un sistema de comunicación a distancia automático y secreto.

El Nautilus, creado en 1870, con el que el Capitán Nemo navegaba bajo los mares del mundo en 20.000 leguas de viaje submarino, parece ser el prototipo del primer submarino atómico construido por los Estados Unidos en el año 1955. Y en relación a los viajes lunares, estimó la longitud y el diametro de su bala de cañon en cifras casi idénticas a la cápsula norteamericana. También fijó la velocidad de «escape» en unos 11.000m/s, con poco error a la velocidad verdadera. Para Julio Verne la ubicación de su «cañon sideral» en el momento del disparo debía estar en algún país que se extienda entre los 28 grados al norte y los 28 grados al sur del Ecuador. El paralelo 28 de latitud norte cruza el continente americano un poco más abajo de Cabo Kennedy. El sitio de lanzamiento para la ficción de Julio Verne estaba a menos de 140 millas del lugar real donde se hizo el lanzamiento del Apollo II»

Acerto al anticipar el vuelo experimental de los perros en la investigación astronáutica; y que sean precisamente tres los viajeros del espacio que él se inventa, lo mismo que ocurriría un siglo después con los tripulantes del «Apollo», y que sus tres protagonistas caigan a la Tierra en un punto del Océano Pacífico casi exacto al que fue escenario del amerizaje de Amstrong, Aldrin y Collin.

El estado de ingravidez en el espacio exterior lo imaginó con una certeza y una serie de detalles reales que asombran; y también pensó que sería Estados Unidos quien lograra la gran hazaña. Por eso colocó en su bala a dos norteamericanos y un francés…con poco error ya que dos de los tripulantes del triunfal viaje a la Luna son norteamericanos y uno, Collins, es nacido en Roma. Es decir, no es estadounidense sino latino (siquiera por el lugar de nacimiento). Continuar leyendo «Las profecias de Julio Verne»