La anciana de los Duendes. Estado de México

Todos alguna vez hemos escuchado hablar de esas extrañas criaturas de minúsculo tamaño que nos roban los zapatos en la noche o nos juegan macabras travesuras en la oscuridad.

Existe un caso muy famoso en la localidad de Indeco Santa Clara (Estado de México), el cual nos relata la Sra. Romina Gutiérrez Lerdo, una anciana de 78 años de edad originaria del estado de Coahuila. La mujer afirma haber sido visitada desde su niñez por duendes que en un principio salían del cuarto contiguo a la habitación en la cual dormía, y que posteriormente al cambiarse de domicilio y hasta la actualidad los ve de vez en cuando salir del cuarto de baño ubicado en la segunda planta de su actual residencia. Sé que esto puede sonar a locuras de una anciana que ha perdido lucidez debido a su avanzada edad, pero gracias a algunos conocidos de mis padres logre ponerme en contacto con ella para poder escuchar de la fuente original la famosa historia de los duendes. Estas son las palabras de la Sra. Romina:

“Si, todavía me acuerdo como si hubiera pasado hace una semana, esas cosas no se te olvidan nunca. Fue una época muy difícil para mí, mis papas no entendían lo que me pasaba, me empecé a quedar toda flaca, y no quería comer por el miedo. Me acuerdo que todas las noches me despertaba en la madrugada por que los escuchaba salir del cuarto donde hacían las tortillas, eran como 5 o 6, y se reían, todos se reían, me quitaban las cobijas y se reían, yo me tapaba los ojos para no verlos, pero siempre la curiosidad me ganaba y los abría, estaban bien feos, eran como ancianos pequeños. “

La Sra. Romina me explico que al principio creyó que solo se trataba de un sueño o alguna alucinación suya, pero una noche logro confirmar que eran reales: Continuar leyendo «La anciana de los Duendes. Estado de México»

Extrañas Coincidencias – Milagros, Destino y Casualidades.

Serendipias.

Todos hemos experimentado alguna vez, lo largo de nuestra vida, alguna casualidad o coincidencias que nos han asombrado momentaneamente y al cabo de alunos días hemos olvidado. Estas casualidades reciben el nombre de serendipias, aunque normalmente esta palabra se utiliza más bien para referirse a descubrimientos científicos que acontecen de pronto gracias a una asombrosa casualidad. A continuación un resumen de algunas casualidades históricas que no dejan de asombrarnos.

Perseguido por el destino I.

En 1893, el tejano Henry Ziegland abandona a su novia. El hermano de la joven, indignado, decide vengarse, por lo que va a buscarlo y le dispara. El huidizo novio logra escaparse y la bala queda incrustada en un árbol cercano. Veinte años más tarde, Ziegland quiere cortar el árbol, prueba con un hacha y con una sierra, pero le resulta muy trabajoso y decide utilizar dinamita. Cuando se produce la explosión, la bala sale despedida y lo mata en el acto.

Extraña coincidencia en Bermudas.

Un taxista de las islas Bermudas atropella a un chico que va en una motocicleta. Cuando sale horrorizado del coche descubre estupefacto que es la misma motocicleta con la que había tenido un percance el año anterior, que el chico que la conducía era hermano del que atropelló en esa ocación y que el pasajero que lleva en el taxi es el mismo que llevaba en aquel momento.

Perseguido por el destino II.

Un industrial argentino tiene que viajar desde Buenos Aires a San Carlos de Variloche. Tiene un sueño donde ve que el avión en el que viaja se estrella. Se lo comunica a su mujer y a su socio, y les dice que no quiere viajar en avión. Ambos le trasmiten la misma impresión de incredulidad, pero le dejan a su elección el modo de desplazarse. Decide irse en coche. Cuando está a medio camino escucha por la radio que el avión en el que iba a viajar se ha estrellado. Respira aliviado por su acertada elección, pero el destino no parece compartir su alegría, a pocos kilómetros del lugar, su auto pierde estabilidad y termina colisionando con otros veículos. El hombre fallece inmediatamente.

Un milagroso desenlace.

En 1950, en Beatrice, un poblado del Estado de Nebraska, los miembros de un coro religioso acuden todos los días a las siete y veinte de la tarde al ensayo diario. El día 1 de marzo los quince miembros del coro se retrasan por un motivo u otro. Un fallo en la caldera hace estallar la iglesia a las siete y veinticinco de la tarde. Todos salvan milagrosamente su vida por haberse retrasado.