Un misterio que lleva décadas intrigando a la NASA y la ESA

La ardua tarea de enviar una nave al espacio supone analizar miles y miles de datos y parámetros, utilizando superordenadores para realizar innumerables cálculos con el objetivo de conseguir una precisión exacta. El Universo es una inmensa mesa de billar en la que las bolas se encuentran a distancias enormes moviéndose además a velocidades vertiginosas. En todo este proceso, el más mínimo error puede dar al traste con muchos años de trabajo.

Sin embargo enviar una misión espacial desde la Tierra hasta un planeta del sistema solar no es tan fácil como podríamos pensar. Para alcanzar cuerpos planetarios lejanos necesitamos una carga de combustible demasiado alta y los ingenieros espaciales deben aprovechar las carambolas cósmicas que la gravedad les ofrece.

Sin estas maniobras de asistencia gravitatoria las misiones espaciales a muchos planetas hubieran sido virtualmente imposibles. ¿En qué consisten? Bueno, en este caso, explicarlas es mucho más sencillo que realizarlas puesto que a grandes rasgos tan solo se trata de aprovechar la gravedad de satélites o planetas bien para disminuir la velocidad de una nave espacial o bien para relanzarla hacia su destino.

Se llevan utilizando desde la década de los ’70 cuando los técnicos de la NASA utilizaron por primera vez la gravedad de Venus, curiosamente no para empujar sino para frenar la sonda Mariner 10 en su camino hacia Mercurio.

El ejemplo más alucinante de estas maniobras es sin duda alguna la misión interplanetaria de las Voyager 1 y 2, lanzadas en el año 1977 y que aprovecharon un poco frecuente alineamiento planetario que permitió utilizar el tirón gravitatorio de, no uno, sino dos planetas (primero Júpiter y después Saturno) para conseguir su impresionante viaje hacia las profundidades del Sistema Solar.

La sonda Galileo por su parte, supuso ya la perfección en el manejo de estas maniobras de asistencia gravitatoria puesto que se aprovechó del empuje de varias lunas y planetas para llegar a Júpiter. Incluso llegó a orbitar la Tierra utilizando nuestra propia gravedad para adquirir velocidad antes de emprender su vuelo hacia el gigante gaseoso. Continuar leyendo «Un misterio que lleva décadas intrigando a la NASA y la ESA»

Nuevos Horizontes: Misión a Plutón

Esta era la posición de la sonda «Nuevos horizontes» de La Nasa el 18 de Setiembre del año pasado en su extensísimo viaje a Plutón, al que alcanzará para Julio del 2015.

Partió desde Florida, el día 17 de enero del 2006.

Los objetivos principales de la misión son la caracterización de la geología global y morfología del planeta enano Plutón y sus tres satélites (Caronte, Nix e Hidra), el estudio de la composición superficial de los cuatro cuerpos y la caracterización de la periódica atmósfera de Plutón. Otros objetivos incluyen el estudio de la variabilidad en el tiempo de la superficie y atmósfera de Plutón, obtener imágenes de Plutón y Caronte en alta resolución, buscar satélites y anillos adicionales alrededor de Plutón, y posiblemente caracterizar uno o dos objetos del Cinturón de Kuiper en su viaje al espacio exterior.

e descubrió en 1930, pero está tan lejos que, de momento, tenemos poca información. Es el único que todavía no ha sido visitado por una nave terrestre.

Generalmente, Plutón es el planeta más lejano. Pero su órbita es muy excéntrica y, durante 20 de los 249 años que tarda en hacerla, está más cerca del Sol que Neptuno.

La órbita de Plutón también es la más inclinada, 17º. Por eso no hay peligro de que se encuentre con Neptuno. Cuando las órbitas se cruzan lo hacen cerca de los extremos. En vertical, les separa una distancia enorme.

Hizo la máxima aproximación en septiembre de 1989 y siguió en la órbita de Neptuno hasta marzo de 1999. Ahora se aleja y no volverá a cruzar esta órbita hasta septiembre del 2226. Continuar leyendo «Nuevos Horizontes: Misión a Plutón»

El mensaje secreto del Voyager II

La sonda espacial Voyager II fue lanzada el 20 de agosto de 1977 desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Cabo Cañaveral a bordo de un cohete Titan IIIE. El principal objetivo de ésta sonda era el aproximarse a Júpiter, Saturno y Neptuno para obtener la mayor cantidad de información posible sobre éstos planetas. Entre otros propósitos, se le instaló un disco con saludos en 55 idiomas y música por las dudas de que fuera interceptada por vida extraterrestre inteligente. El disco del Voyager II contiene sonidos e imágenes que retratan la diversidad de la vida y la cultura en la Tierra. El contenido de la grabación fue seleccionado por la NASA y por un comité presidido por Carl Sagan de la Universidad Cornell.

Como parte de una extensión de la misión, la nave Voyager 2 también sobrevoló Urano en 1986 y Neptuno en 1989, aprovechando una rara alineación que se da sólo una vez cada 176 años para realizar un impresionante recorrido por los planetas exteriores. Entre sus muchos descubrimientos, la sonda Voyager 2 descubrió una gran mancha oscura en Neptuno, así como vientos en el planeta de 450 metros/seg (unos 1700 km/h). También detectó géiseres en erupción en el hielo rosado de nitrógeno que forma el casquete polar de la luna de Neptuno Tritón. En colaboración con su socio Voyager 1, también ayudó a descubrir volcanes activos en la luna de Júpiter, Io, así como ondas y estructuras trenzadas en los anillos de hielo de Saturno inducidas por la gravedad de sus lunas cercanas.

Desde hace algún tiempo y luego de que la sonda llegara a recopilar numerosa información de los planetas a los cuales se aproximó, comenzó a transmitir señales que parecen ser una respuesta. Si bien las señales están en un formato de datos desconocidos, algunos de los mejores científicos están trabajando en descifrar la extraña información que envia la sonda. Se tratará de un mensaje Secreto?

Para el experto Hartwig Hausdorf, «la sonda parece haber sido secuestrada y reprogramada». Los ingenieros del Jet Propulsion Laboratory de la NASA están trabajando para resolver las transmisiones de datos de la nave espacial Voyager 2. Fuente