La física demuestra que hay vida después de la muerte

«La muerte, tal como la concebimos, no existe! – sólo es una ilusión». Esta es la principal conclusión a la que ha llegado el médico y director de Advanced Cell Technology, Robert Lanza, defensor de la teoría del biocentrismo, en la que se niega que el tiempo o el espacio sean lineales.

Para la gran mayoría de científicos este tipo de afirmaciones son sólo tonterías o, por lo menos, hipótesis indemostrables. Sin embargo, Lanza parece haber encontrado en el famoso experimento de Young, también llamado de la doble rendija (doble – división), el perfecto aliado para defender su tesis. Si con este se logró demostrar la naturaleza ondulatoria de la luz, Lanza pretende hacer lo mismo con el espacio y el tiempo.

En la obra Biocentrism: How Life and Consciousness are the Keys (BenBella Books), el físico estadounidense parte de la premisa de que la vida crea el universo, y no al revés, la base misma del biocentrismo. A partir de ahí, va deduciendo paso a paso que la mortalidad es una idea falsa, creada por nuestra conciencia.

En primer lugar, sugiere que la conciencia de una persona determina la forma y el tamaño de los objetos en el universo. Para explicarlo, utiliza como ejemplo la manera en que percibimos el mundo que nos rodea: «Una persona ve un cielo azul, y se le dice que el color que están viendo es azul, pero las células cerebrales tienen la capacidad de variar esta percepción, pudiendo ver el cielo de color verde o rojo. En pocas palabras, concluye, «lo que vemos sólo existe gracias a nuestra conciencia»

El multiverso y la teoría de las cuerdas

Este es el motivo por el cual Lanza dice que creemos en la muerte. Al observar el universo desde el punto de vista del biocentrismo, erramos a la hora de concebir el espacio y el tiempo, ya que lo haríamos en función de lo que nos dicta la conciencia. En resumen, el espacio y el tiempo son «meros instrumentos de nuestra mente», de modo que entender la muerte como algo terminal no tendría sentido según sus tesis. Continuar leyendo «La física demuestra que hay vida después de la muerte»

Teoría de los Universos múltiples

Hace décadas, los mejores alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, nos nucleamos en una «sociedad», que llamamos «Los Sabiondos».

Debo reconocer que yo era uno de los últimos, por problemas posiblemente sociales, de muchas otras índoles e inclusos genéticas, en fin era el más lento de todos ellos. No podía leer muy rápido, más, necesitaba digerir todo hasta lo minúsculo. Por lo tanto, concepto no probado y asentado, no era válido en nuestra «enciclopedia».

Como el más nulo, terminaba dando la nota salvadora o apocalíptica. Es así que realicé muchos artículos biológicos y políticos; pero al comprobar lo malo de nuestra política vernácula-con contadas excepciones desde el virreinato-, pasé a escribir solo temas científicos, que en realidad, eran lo que me interesaba.

Hay por Internet muchos temas míos, pero creo que el que más se destaca es mi «Cosmología», que el que le interese podrá facilmente encontrar tipeando mis nombres y apellido, en muchas publicaciones.

Este trabajo de hace décadas, me valió críticas en varios lugares; no estaba «a la altura» de la «ciencia» oficialmente aceptada. Los energúmenos me «defenestraron». Sin embargo, el pensamiento sin trabas, ayudado por el campo akáshico, dieron sus frutos.

Cada teoría nueva se ha ido acercando a mis universos simétricos, pero adversos, el tiempo retrocediente, Los takiones como partículas de estos efectos, en fin, ya casi llegamos a lo que he podido encontrar en el Libro Akáshico:

Para muestra les envío esto que ha sido impreso en «La Flecha»: La idea de múltiples universos es más que una fantástica invención mía. Aparece de manera natural en diversas teorías y merece ser tomada en serio, recién por estas fechas. Nuestro universo podría ser únicamente un islote aislado en el seno de un inmenso «multiverso». Muchos modelos actuales, ya sean admitidos (como la relatividad general) o especulativos (como la teoría de cuerdas), conducen naturalmente a multiversos. Estos universos múltiples no son teorías, sino consecuencias de teorías elaboradas para responder a cuestiones específicas de la física de partículas o de la gravitación. Muchos problemas centrales de la física teórica –complejidad y naturalidad- encuentran así una explicación natural. Esta propuesta revolucionaria no está sin embargo exenta de peligros conceptuales y exige una profunda reflexión epistemológica. (Siempre los derivados filosóficas se niegan a morir).Por Aurélien Barrau (*).

Multiversos

Por Clifford Pickover de la NASA

¿Es nuestro universo en su conjunto una pequeña isla contenida dentro de un meta-mundo infinitamente vasto y diversificado Este hecho podría ser una de las más importantes revoluciones en la historia de las cosmogonías o, por el contrario, solamente una engañosa declaración que refleja nuestra incapacidad de comprensión de la mayoría de las leyes fundamentales de la física. .

La idea en sí misma no es nueva: desde Anaximandro-pasando por M. E. Wydler- hasta David Lewis, los filósofos han considerado a fondo este hecho incierto. Lo que resulta especialmente interesante hoy día es que emerge, casi de manera natural, a partir de algunas de nuestras mejores –aunque a menuda más especulativas- teorías físicas. El multiverso no es un modelo, sino una consecuencia de nuestros modelos. Ofrece una comprensión obvia de la peculiaridad del estado físico de nuestro propio universo. La propuesta es atractiva y creíble, pero requiere de una profunda reconsideración de la física actual . .

A primera vista, el multiverso parece descansar fuera de la ciencia porque no puede ser observado. ¿Cómo –siguiendo la prescripción de Karl Popper- puede una teoría ser refutada si no podemos comprobar sus predicciones? Esta manera de pensar no es en realidad correcta en el caso del multiverso por varias razones. En primer lugar, las predicciones pueden realizarse en el multiverso: éste nos conduce sólo a resultados estadísticos, pero también es cierto que cualquier teoría física de nuestro propio universo se debe tanto a las fluctuaciones cuánticas fundamentales como a la medición de incertidumbres. .

En segundo lugar, nunca ha sido necesario comprobar todas las predicciones de una teoría para considerarla científicamente legítima. La relatividad general, por ejemplo, ha sido verificada con el tiempo en el mundo visible y esto nos permite aplicarla a los agujeros de gusano- nunca vistos-, incluso a pesar de que resulta imposible entrar en ellos para probarla. Por último, el racionalismo crítico de Popper no representa la última palabra en la filosofía de la ciencia; creemos. .

Sociólogos, estudiosos de la estética y epistemólogos han demostrado que existe otro criterio de definición que considerar. La historia nos recuerda que la definición de ciencia sólo puede proceder de la praxis: ningún área en actividad de la creación intelectual puede ser estrictamente delimitada desde fuera- cosa imposible de imaginar, siquiera-. Si los científicos necesitan modificar las fronteras de su propio campo de investigación, sería difícil justificar una fórmula filosófica que los prevenga de hacerlo. Ocurre lo mismo en arte: casi todas las innovaciones artísticas del siglo XX han transgredido la propia definición de arte legada por la estética del siglo XIX. Al igual que la ciencia y los científicos, el arte viene definido desde el interior, por los propios artistas, o los que creen serlo. .

Una posibilidad real.

Por todas estas razones, se debe considerar seriamente la posibilidad de que vivamos en un multiverso- noción necesaria-. Esto podría ayudar a comprender los problemas de la complejidad y de la sencillez. El hecho de que las leyes y consensos de la física parezcan tan afinados como para permitir la existencia de la vida en ingentes cantidades procedentes de valores extremadamente “improbables”- desde nuestro punto de vista-, resulta obvio a partir de la suposición de que nuestro universo es sólo una pequeña parte de un vasto multiverso, en el que las diferentes regiones presentan leyes distintas. Desde esta perspectiva, vivimos en una de las áreas “antrópicamente favorables”. (En cosmología el principio antrópico establece que cualquier teoría válida sobre el universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano.( N. de la R.) Continuar leyendo «Teoría de los Universos múltiples»