Viajes enigmáticos: Teorías sobre la tierra hueca.

A principio de los años ’70 las fotografías que la (ESSA); Administración de Servicios de Ciencia del Medio Ambiente, le proporcionara a los medios de comunicación, revolucionarían la opinión pública, generando controversias en torno a los OVNIS y otros misterios aun no resueltos. Eran fotografías del Polo Norte tomadas por el satélite ESSA-7 el 23 de noviembre de 1968. Una de las fotografías mostraba el Polo Norte cubierto por la acostumbrada capa de nubes; la otra, mostraba la misma zona sin nubes revelando un inmenso y misterioso agujero.

Durante mucho tiempo, muchos ufólogos habían creído que la tierra era hueca, y que el caso OVNI, se podría enmarcar en ésta hipótesis, aludiendo que existe una civilización superior en las profundidades del globo terráqueo.

En 1970, gracias al apoyo de una fotografía en la que aparecía el enorme agujero del Polo Norte, el editor y ufólogo de la revista Flying Saucers, Ray Palmer, pudo por fin asegurar que ésta raza subterránea existía y probablemente se podía llegar hasta ella a través de los agujeros de los polos Norte y Sur.

Cabe destacar que desde 1928 y durante varios años, El almirante Richard E. Byrd, explorador polar, aviador y marino de la armada de EE.UU fue protagonista principal del relevamiento aéreo y terrestre de la Antártida. Algunos años después de su retiro, saldría a la luz un supuesto diario secreto en el que Byrd relataba una aventura, que tuvo lugar durante el año 1934. El impactante descubrimiento de una hendidura en el polo sur, en donde se extiende un maravilloso valle rodeado de vegetación abundante y animales prehistóricos. Lo que se sabe con seguridad es que durante éste año, el aviador sobrevivió desde Marzo a Agosto en medio del hielo del invierno antártico, a casi 200 km. de la base más cercana y con temperaturas que superaban los cincuenta grados bajo cero. [Leer el diario secreto de Byrd].

Las famosas expediciones de Byrd entraron por vez primera en la controversia de la Tierra hueca cuando varios artículos y libros -especialmente Worlds beyond the Poles (Mundos más allá de los Polos), de Amadeo Giannini- pretendieron que Byrd había en realidad volado no por encima del Polo, sino hacia dentro de los grandes agujeros que llevan al interior de la Tierra. Ray Palmer, basándose principalmente en el libro de Giannini, introdujo esta teoría en el número de diciembre de 1959 de su revista y, a raíz de ello, mantuvo una voluminosa correspondencia al respecto.

Según Giannini y Palmer, el vicealmirante Byrd anunció en febrero de 1947, antes de un supuesto viaje de 2.750 km. a través del Polo Norte: «Me gustaría ver la tierra más allá del Polo. Esa área más allá del Polo es el centro del Gran Enigma.» Giannini y Palmer decían también que, durante su supuesto vuelo sobre el Polo Norte en 1947, el vicealmirante Byrd comunicó por radio que veía debajo de él, no nieve, sino áreas de tierra con montañas, bosques, vegetación, lagos y ríos y, entre la maleza, un extraño animal que parecía un mamut. También, siempre según Giannini y Palmer, en enero de 1956, después de dirigir otra expedición a la Antártida, el vicealmirante Byrd había manifestado que su expedición había explorado 3.700 km. más allá del Polo Sur y, además, justo antes de su muerte, Byrd había dicho de la tierra más allá del Polo que era «un continente encantado en el cielo, tierra de misterio permanente». Esa tierra, según otras teorías, era la legendaria Ciudad del Arco Iris, cuna de una fabulosa civilización perdida.

Las teorías científicas sobre la tierra hueca.

Leonard Euler, un genio matemático del siglo XVIII dedujo que la Tierra era hueca, que contenía un sol central y que estaba habitada; y el doctor Edmund Halley, descubridor del cometa Halley y astrónomo real de Inglaterra en el siglo XVIII, también creía que la Tierra era hueca y albergaba en su interior tres plantas. Ninguna de estas teorías estaba sustentada científicamente, pero alternaban con varias obras de ficción sobre el mismo tema, las más importantes de las cuales eran, “Las Aventuras de Arthur Gordon Pym”, de Edgar Allan Poe (1833), y “el Viaje al centro de la Tierra» de Julio Verne (1864).

Muchas novelas de ficción han mantenido vivo el espíritu de que la tierra es hueca y alberga en su interior algún tipo de civilización superior. Es el caso de “Tarzán en las entrañas de la Tierra (1929)”, escrito por Edgar Rice Burroughs o “La sombra más allá del tiempo (1936)” de H.P. Lovecraft. Sin embargo, no había evidencias científicas o pruebas concretas de que realmente la tierra fuera hueca.

Después de que Ray Palmer publicara su controvertida teoría en 1970, los ufólogos y creyentes en la Tierra hueca quedaron a la expectativa. Pero la teoría de Palmer carecía de argumentos convincentes y su mayor prueba venía dada por las fotografías del polo tomadas por la ESSA. Y por las controvertidas expediciones del Almirante Byrd.

El diario Secreto del Almirante Richard E. Byrd.

EL supuesto diario secreto de Byrd, comienza así:

Debo escribir este diario a escondidas y en absoluto secreto. Se refiere a mi vuelo Ártico del 19 de febrero del año 1947. Vendrá un tiempo en el que la racionalidad de los hombres deberá disolverse en la nada y entonces se deberá aceptar la inevitable verdad. Yo no tengo la libertad de divulgar la documentación que sigue, quizás nunca verá la luz, pero debo, de cualquier forma, hacer mi deber y relatarla aquí con la esperanza de que un día todos puedan leerla, en un mundo en el que el egoísmo y la avidez de ciertos hombres ya no podrán suprimir la Verdad… [Leer el diario completo de Byrd]

El enigma de la foto satelital del Polo Norte resuelto.

La fotografía es un mosaico de imágenes de televisión tomadas por el satélite durante 24 horas, que muestran la Tierra desde diversos ángulos. Las imágenes fueron procesadas por una computadora y unidas de modo que formasen una vista total de la Tierra como si el observador se hallase en un punto directamente encima del Polo. Durante esas 24 horas, todos los puntos en las latitudes ecuatoriales y medias recibieron luz solar durante algún periodo de tiempo, y aparecen iluminados en la fotografía compuesta. Pero las regiones cercanas al Polo estaban en ese momento sumidas en la oscuridad permanente del invierno ártico. Por ello hay un área no iluminada en el centro de la foto.

¿Cómo Sabemos que la Tierra es Sólida?

Que la Tierra es sólida no es difícil de demostrar: las últimas medidas de la constante gravitacional G daban un peso para nuestro planeta de 5.972×1021 toneladas métricas; Dado que la densidad media de las rocas de la corteza es de 2.9 gr/cc3 y nunca pasan de 3.3 gr/cm3 es difícil imaginar de dónde sale la masa que falta si la Tierra está compuesta de tan solo una fina corteza. Pero no sólo podemos deducir que la Tierra es sólida a partir de su masa: la sísmica nos ha mostrado que además está compuesta de capas distintas y nos ha dicho a qué profundidad está cada una de ellas.

Fuentes; Fotos y otros enlaces relacionados con el tema: La Tierra Hueca:

Expediciones en busca de Pterodáctilos – Fotos y testimonios.

Nunca es tarde para dejar de asombrarse de lo que ocurre a nuestro alrededor. Es por ese motivo, seguramente, que con frecuencia se organizan expediciones a lo largo y ancho del planeta en busca de explicaciones a los fenómenos que en ocaciones no podemos explicar con facilidad y en algunos casos, no podemos explicar nunca. En ésta oportunidad, un recorrido por las islas vírgenes Africanas cercanas a Nueva Guinéa y namibia… Antes de eso: Una breve muestra de fotos de precedentes americanos…

Pterodáctilos durante la guerra de secesión norteamericana.

Estas fotos fueron realizadas durante la guerra de secesión norteamericana. En ellas se ve a un grupo de soldados junto a un gran animal abatido. La criatura tiene grandes alas y una típica cabeza de pterosaurio con pico y protuberancia en la cabeza que se prolonga hacia la parte posterior.

Apariciones de Pterodáctilos en las islas de Nueva Guinea.

Las expediciones llevadas a cabo a las Islas de Nueva Guinea, dieron como resultado una gran recopilación de historias y testimonios sobre éste misterio. La aparición de bestias voladoras cuya envergadura alar rondaría entre los seis y diez metros. Una criatura sin plumas y con uns alas negras y coriáceas. Cuando se les mostró a los nativos algunas fotos de aves extinguidas y contemporáneas, ellos, reconocieron en las imágenes de pterodáctilos a su bestia desconocida.

Una de las explicaciones en relación a los avistamientos de «supuestos» pterodáctilos en la actualidad es que se trataría de alguna especie de murciélago poco común. Pero la teoría más aceptada, entre los que investigan una serie de apariciones de aves extrañas en las regiones africanas de Nueva Guinéa, sería la del quiróptero llamado cabeza de martillo, cuyo aspecto es el que más se adapta a la de las apariciones

Sin embargo, los detractores de éstas respuestas, explican que los murciélagos no tienen largas colas como la que describen los lugareños de Namibia y Nueva Guinéa. Que afirman haber visto éstas aves de mostruoso tamaño surcando el cielo.

La cigueña de cabeza de ballena, también conocida como picozapato, es otro posible candidato para explicar esa bestia voladora, al menos en Africa. Su gran envergadura, algo por encima de los dos metros y medio, y especialmente la forma de su cabeza, que le confiere un aspecto bastante extraño, hacen de éste animal un buen candidato para responder el misterio, si no se tiene en cuenta que los testigos siempre destacan la ausencia de plumas y las alas membranosas de aspecto coriáceo. Algo muy alejado al aspecto de un ave.

EL Kongamato africano.

En la zona pantanosa de Jiundu, e el noroeste de Zambia, la bestia con aspecto de gran lagarto y con alas de piel se llama Kongamato (dibujo superior), y hay numerosas historias sobre sus apariciones. Exploradores de la mitad del siglo XX como Frank H. Melland o James Stany recogieron varias de ellas. Este último exploró personalmente la zona y registró testimonios como el de un pescador que aseguró haberse encontrado con el animal que habría llegado a inmovilizar su piragua. Cuando Stany le preguntó porque no estaba seguro de que no había sido, por ejemplo, un hipopótamo, el nativo le contestó: Porque se alejó de las aguas volando»

Tambien en el monte Kenia han sido vistas criaturas con características similares a las de un Pterodáctilo, aunque en éste caso con la particularidad de tener una larga cola, lo cual recuerda más al rhamphorhynchus y a su posible pariente vivo, el Ropen de Nueva Guinéa.

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La leyenda de El Dorado.

El Dorado era un lugar mítico en América. Se suponía que tenía grandes reservas de oro y los conquistadores españoles lo buscaron con gran empeño, atraídos por la idea de un lugar con calles pavimentadas de oro, en donde el preciado metal era algo tan común que se despreciaba. Muchos de ellos murieron en el intento por descubrir la ciudad, ya que las largas expediciones transcurrían por la selva y a la dureza del terreno había que unir la falta de provisiones.

Se cree que la leyenda de El Dorado fue difundida por el conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada, que al conocer un relato de la tradición de los aborígenes chibcha, confundió parte del relato con una ciudad oculta llena de riquezas.

Estos aborígenes realizaban un rito, por el cual cubrían a su cacique de piedras preciosas y luego él se sumergía en las aguas del lago. Sobre el lago aparecía una mancha amarilla (del oro y las piedras preciosas), luego los indios arrojaban oro al fondo de la laguna. Este bien podría haber sido un rito iniciático, de coronación, o bien una ofrenda anual al Dios Sol.

Este ritual, conocido como rito del hombre de oro, podría haber sido el origen de la leyenda de El Dorado entre los conquistadores.

El comienzo de la leyenda

Desde Cristóbal Colón en adelante, cada una de las sucesivas expediciones europeas tenían como finalidad el hallazgo del tan ansiado oro. No escaparon a esta fiebre ni siquiera los monarcas de la vieja Europa, los que financiaron la mayoría de las expediciones al Nuevo Mundo con esa finalidad. Los registros históricos demuestran que las coronas de España, Portugal, Francia e Inglaterra dieron especial importancia a aquella clase de expediciones.

Debido al enorme riesgo que significaba por aquellos días esa clase de viajes, es evidente que quienes los realizaban eran aventureros cuya única meta era la de enriquecerse fácilmente, y que no repararían en los medios para conseguirlo. Es de esta forma que comienza la exploración del nuevo continente. En 1530, tan solo 38 años después del descubrimiento de América, las expediciones españolas se adentraron en territorio de la actual Colombia fundando poblaciones y sometiendo a las tribus locales. Gonzalo Jiménez de Quesada y Sebastián de Belalcázar, fundadores de la ciudad de Bogotá, se enteraron de una leyenda local en la que una antigua tribu, probablemente los Chibchas, ungían a su nuevo rey con una ceremonia especial.
Esta ceremonia consistía en revestir al heredero con polvo de oro habiendo revestido su cuerpo previamente con lodo, construir una gran balsa en la que se embarcaba el futuro rey con cuatro de sus principales jefes y una gran cantidad de gonzalo jiménez de Quesadaofrendas en oro en un lago profundo. Cuando el nuevo rey llegaba al centro del lago, arrojaba al fondo del mismo las ofrendas y se bañaba en él, de forma que el polvo de oro que revestía su cuerpo también fuera ofrendado.

Otra leyenda sobre El Dorado está relacionada con el imperio incaico, el más rico y mejor organizado de América del Sur. Cuando llegaron los conquistadores, ocuparon la capital y apresaron al Inca Atahualpa. Dice la leyenda que, cuando algunos súbditos del Inca se enteraron de la caída de su rey, tomaron la mayor parte del tesoro del imperio y lo arrojaron al fondo de un lago.

Algunas Expediciones en busca de El Dorado.

Desde el año 1530, momento en que se creara el mito de semejante lugar, se han realizado numerosas expediciones a través de la majestuosa vegetación del Amazonas para encontrar la maravillosa ciudad inca de Paititi.

Tal es así que Francisco de Orellana y Gonzalo Pizarro partieron de Quito en 1541 hacia el Amazonas en una de las más fatídicas y famosas expediciones para encontrar El Dorado.

Recientemente (2002), una investigación a la selva amazónica del Perú encabezada por el polaco-italiano Jacek Palkiewicz dió a conocer el lugar exácto donde se supone está localizada la mítica ciudad dorada. Los resultados de dicha expedición se pueden leer en el siguiente vínculo : Exploradores internacionales encuentran el Dorado.

El Dorado incaico en la actualidad

Mas realista y mejor documentada aparece la búsqueda de una ciudad Inca más rica que el propio Cuzco. Documentación recientemente hallada en los archivos del Vaticano hacen referencia a una solicitud hecha por los Jesuitas y aceptada por el Papa, de buscar y convertir a la Santa Fe a una ciudad escondida en la selva peruana llamada por los indígenas Paititi. Dicha ciudad habría sido fundada por Inkari, el mítico fundador del imperio Inca.

Muchos investigadores creen en la existencia de dicha ciudad. Muchos de los secretos incas permanecen ocultos, como Machu-Pichu estuvo oculta por siglos. La inaccesibilidad de la región, con una muy densa selva, llena de caudalosos e intransitables ríos, enormes precipicios e insondables pantanos.

Choquencacha es la última ciudad incaica hacia oriente. Es una ciudad que posee grandes ruinas del imperio de los Incas. Más al oriente de esta ciudad, se encontraría Paititi. Adentrándose en la selva, expedicionarios encontraron una serie de extrañas formaciones piramidales, a las que llamaron “pirámides de Paratoari”, pero no pudieron determinar si se trataba o no de formaciones naturales.
Aún hoy, nuevas expediciones arqueológicas continúan hallando ruinas en la selva que rodea al río Madre de Dios, lo que permite continuar alentando la posibilidad de que Paititi, posiblemente El Dorado, exista en algún rincón de la selva peruana. Algunos exploradores, empleando modernas técnicas, han informado que hallaron un lago con extrañas e intrincadas cavernas sumergidas, donde posiblemente se hallen los tesoros escondidos por los Incas. Pero su exploración es muy difícil, por lo que es posible que pasen varios años antes de que se puedan tener noticias acerca de este posible descubrimiento.

De todas formas, los modernos buscadores de El Dorado continúan la incesante búsqueda que lleva ya quinientos años.

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