Historias de supervivencia: El Castillo Colditz.

El castillo Colditz posee una rica y a la vez oscura historia. Construido a principios del siglo XI por el Rey Henry III del Sacro Imperio Romano, el mismo serviría de base a los Emperadores del Primer Reich, incluidos los legendarios Barbarosa y los Señores de la Guerra de Colditz. Posteriormente, y tras haber sufrido infinidad de asedios y ataques, sería reconstruido en el siglo XVI, y siglos después, tras otra refacción, serviría como asilo mental.

Colditz es en si una maravilla única, una recopilación de estilos arquitectónicos distintos en un sólo castillo, ya que, con sus sucesivas reconstrucciones, cada arquitecto usaba el estilo a moda. Es así que en el castillo pueden verse desde torres góticas hasta salas barrocas y capillas renacentistas. [Leer artículo Completo]

Símbolos esotericos: La cruz Esvástica

La esvástica o suástica (en sánscrito: ????????, suastika) es una cruz cuyos brazos están doblados en ángulo recto, bien hacia la derecha ?, bien hacia la izquierda ?. El término proviene del sánscrito swastika, que significa ‘buena suerte’ (literalmente ‘forma bendita’). Geométricamente, sus 20 lados hacen de ella un icoságono irregular.

Se trata de un monograma generado por la conjunción de las letras su astí (en idioma sánscrito su: ‘muy’, astíka: ‘auspicioso’) en caracteres ashoka (anteriores a las letras devanágari, que son las que desde hace varios siglos se utilizan en la escritura del sánscrito). Según algunos autores esto demuestra que el símbolo no fue creado en esta era, sino aproximadamente en el siglo V AC. Aunque los vaisnavas (vishnuitas) dicen que la esvástica está «eternamente dibujada en una de las cuatro manos de Dios«. Otra probabilidad de su significado se trata que cada «cabeza» o «brazo» pueda representar a uno de los cuatros elementos, uniéndolos así en plenitud.

Este símbolo, que ha venido apareciendo repetidamente en la iconografía, el arte y el diseño producidos a lo largo de toda la historia de la humanidad, ha representado conceptos muy diversos. Entre estos se encuentran la suerte, el Brahman, el concepto hindú de samsara (reencarnación) o a S?rya (dios del Sol), por citar solamente los más representativos. En principio la esvástica fue usada como símbolo entre los hindúes. Se menciona por primera vez en los Vedas (las escrituras sagradas del hinduismo), pero su uso se traslada a otras religiones de la India, como el budismo y el jainismo.

Una creencia occidental moderna, probablemente apócrifa, sostiene que sólo la esvástica con brazos doblados hacia la derecha es una marca de buena suerte, mientras que la esvástica de brazos doblados hacia la izquierda representa un augurio nefasto. Incluso algunos occidentales la han nombrado arbitrariamente sauwastika, lo cual desde el punto de vista de la etimología sánscrita es un adefesio. No existen pruebas de esta distinción en la historia del hinduismo de la que proviene el símbolo y, no obstante la versión más corriente es la esvástica dextrógira, los hindúes de la India y Nepal siguen usando el símbolo en sus dos variantes por mor de. Los budistas casi siempre emplean la forma levógira. A principios del siglo XX el Nazismo adoptó la cruz esvástica como emblema y —a raíz de la Segunda Guerra Mundial— en Occidente se identifica mayoritariamente como un símbolo exclusivamente del Tercer Reich, desconociéndose prácticamente su uso pre-nazi. [Fuente: Wikipedia]

Autorretrato de Durero.

Durero fue el primer pintor occidental que se representó a sí mismo en varios autorretratos, a lo largo de su vida. Gracias a ellos, se puede ver la evolución humana del artista. Precisamente la obra suya más antigua que se conserva es un Autorretrato realizado a punta de plata, que es un tipo de grabado en el que no cabe rectificación. Lo hizo en el año 1484, cuando tenía 13 años. Se conserva en el museo Albertina, que se encuentra en el Palacio Imperial de Hofburg (Viena), junto a otras obras del autor como “La liebre”. [Wikipedia]

El autorretrato de Durero en el Alte Pinakothek de Munich.

En 1500, dos años después del Autorretrato del Prado, pinta el Autorretrato que se conserva en la Alte Pinakothek de Munich, de 67 × 49 cm. En este se le ve frontalmente, vestido de pelliza, con largos cabellos y una expresión seria y serena, recordando un “Ecce homo”. Si alguien que lo viese no supiera que lo hizo Durero, pensaría que es Cristo, con los cabellos dorados enmarcando un rostro alargado y sereno, recordando la iconografía de Jesucristo.