Una ciudad en ruinas en la luna.

«Los obeliscos de la luna hablarán un día, y destrozarán la voz del hombre». (Benjamín Solari Parravicini – año 1972).

Alan Davis (Foto izquierda): De él se dijo que era un ingeniero de la NASA, que aquella de noche del 20 de julio de 1969 él fue el primero que vio aquellas imágenes del Apolo XI descendiendo sobre el suelo lunar. Imágenes que según cuentan, le revelaron a Alan Davis un mundo que él nunca hubiera imaginado.

¿Leyenda o verdadero testimonio?

Los registros dicen que Alan Davis fue uno de los mayores cerebros convocados por la Nasa para realizar la entonces descabellada misión de llevar al hombre a la Luna. Davis era un experto ingeniero en telecomunicaciones, posición que le permitió obtener una de las más importantes misiones del Apolo XI: desde un centro de operaciones en la isla La Antigua, sería el primero en recibir las imágenes transmitidas desde el módulo lunar, y desde allí, retransmitirlas a Houston, en los Estados Unidos. Es decir, Davis fue el primer hombre, quien vio casi a tiempo real, el pequeño gran paso para el hombre pero el gran paso de la humanidad que dio Neil Armstrong esa noche. Pero eso no fue lo único que Davis vio.

La Luna de Alan Davis

Esa noche, mientras Davis retransmitía las imágenes que llegaban de la Luna, y que tenían un retardo de diez segundos entre Antigua y Houston, observó los restos de lo que él calificó como una “civilización antigua” en la Luna.

En una de las pocas entrevistas que dio Alan Davis declaró: “Lo que podría ser, es una civilización, mucho antes de que han llegado ellos, que existía en la Luna. Porque había ruinas que no podían ser una cosa de roca… porque había huecos que podían ser ventanas o puertas o lo que sea. No fue un muro solo tenía varios portales.”

Aquellas imágenes nunca dieron la luz, al parecer esos diez segundos de diferencia entre la isla Antigua y la central de la Nasa fueron suficientes para acabar o esconder esas imágenes. Para el periodista español y amigo de Alan Davis, José Ortiz, es imposible que el científico pudiera haber mentido o padecer de alguna alucinación, y exponerse a la burla ya sea de sus colegas o del ruido mediático.

Cabe destacar, que hasta la fecha la Nasa ha negado todo vínculo laboral con este extraño personaje, Esto pese a los testimonios de su esposa Nieves C. Davis, y de otros miembros de la Nasa que han confirmado el cargo de Ingeniero en jefe que tuvo Davis en la Nasa.

Los testimonios de Ken Johnston y Richard Hoagland

Pero este no es el único testimonio, recientemente dos ex trabajadores de la Nasa, el director de la Sección de Conservación de Fotos del Laboratorio, Ken Johnston, y el asesor, Richard Hoagland, denunciaron en una conferencia de prensa que la Nasa posee fotografías que demostrarían la evidencia de vestigios arquitectónicas en la Luna captadas en el Apolo XI.

Según estos ex trabajadores, que participaron de manera directa con la misión lunar, los dos astronautas norteamericanos que por primera vez pisaron la Luna, Neil Armstrong y Edwin E. Aldrin, observaron y captaron imágenes de extrañas estructuras sobre la superficie del satélite terrestre.

Johnston asegura que una vez producido este hecho recibió órdenes directas de eliminar todo rastro de aquellas fotografías, no obstante, él las conservó secretamente evitando así perder tan importante y revelador documentos.

El ex director de la Sección de Conservación de Fotos de la NASA, aseguró además, que las fotos publicadas en la prensa, no son más que fotos tratadas y falsas que han sido editadas para borrar u ocultar las evidencias dejadas por las fotografías originales.

Por su parte, el ex asesor de la NASA en ese entonces, Richard Hoagland, señaló que los astronautas trajeron de allá algunos productos artificiales que hoy forman parte de la tecnología de países como Estados Unidos, Rusia, China, India y Japón, coincidentemente, países que en estos tiempos disputan una nueva carrera espacial para llegar a la Luna.

Para esta página, es imposible que existan o haya existido alguna ciudad y mucho menos una civilización pérdida en nuestro satélite, sin embargo, respetamos las opiniones de aquellos que, basándose en las fotografías que vamos a exponer a continuación, consideran como posible o como un hecho verdadero, estas series de especulaciones.

La ciudad en ruinas de la Luna.

Aquí están algunas de las imágenes más importantes (o por lo menos las más difíciles de explicar) en donde se demostraría irregulares estructuras difícilmente producibles por la naturaleza, es decir, la mayoría de estas imágenes muestran ángulos rectos, considerados solamente producibles por la mano del hombre y sombras rectas y largas, a manera de obeliscos, difícilmente reproducibles en una zona rocosa como lo es la Luna.

Artículo extraído de : Expediente Oculto

Los moais y la isla de pascua

Pascua es una pequeña isla de aproximadamente 80 kilómetros cuadrados, del Océano Pacífico en la Polinesia, ubicada a 3.760 km de la costa de Chile, país al que pertenece desde 1888, y es famosa por las gigantescas efigies de piedra, conocidas también como moai. Su nombre indígena es Rapa-Nui, o también se le conoce como Marakiterani o »los ojos que miran al cielo».

Los moai son figuras de piedra de enormes dimensiones con forma humana cubiertas con algo que parece un sombrero cilíndrico. Las gigantescas cabezas sobresalen del árido suelo, tienen las orejas largas y grandes, y miran hacia el sol como esperando la llegada de algo o alguien, de manera algo altanera.

Fue descubierta la tarde del Domingo de Pascua de 1.722 por el marino holandés Jacob Roggeveen. Ese mismo día, la expedición de Roggeveen partió, no sin antes hostigar a los nativos de la isla, debido a que los indígenas se encargaron de robarles algunas de sus pertenencias, entre ellas muchos… ¡sombreros!.

En 1.770 el español don Felipe G. Ahedo desembarcó en la isla y tomó posesión de ella en nombre del rey de España, llamándola: San Carlos, nombre que después fue olvidado y retomó el de Pascua.
Después, en 1.774, el capitán inglés James Cook visita la isla y halló restos de antiguos e inteligentes pobladores, debido a sus construcciones, caminos pavimentados, instalaciones portuarias y numerosas aldeas que fueron hechas a base de piedra.

En la isla existen diferentes grupos de estatuas:
– Doscientas setenta y seis hacen guardia en las laderas del volcán.
– Trescientas están derribadas sobre los ahus que rodean los altos acantilados de la isla.
– Otras están a lo largo de antiguos caminos.
– 80 quedaron sin terminar.

Los moais forman parte del Parque Nacional de Rapa Nui , desde 1935. Sus impresionantes siluetas se pueden encontrar, en peor o mejor estado, por toda la isla, hasta contar un número casi de 1.000 esculturas, talladas en roca volcánica traídas de las canteras del volcán Rano Raraku . El que se encuentra en mejores condiciones es el Ahu Tahal , que se encuentra en la capital de la isla, Hanga Roa . El Ahu Te Pito Kura posee unas piedras redondas sobre la cabeza hechas en escoria roja de las canteras de Puna Pau . Como ocurre con toda la historia de estos monumentos tampoco se sabe a ciencia cierta el por qué unos llevan este “tocado” y otros no, aunque lo más aceptado es Ahu Vinapu y Akahanga son esculturas que curiosamente se encuentran tumbados… Los moais de la isla de pascua

Desde Hanga Roa se puede visitar Tahai, un centro ceremonial que muestra vestigios de la época de apogeo de la cultura pascuense. El primer grupo de moais es el templo de Aha Vai Uri. Frente a él está la plaza utilizada para reuniones ceremoniales y religiosas. Más al norte verá un moai solitario, el Ke Te Riku.

Siguiendo el camino que lleva a Anakena, llegará a Ahu Akivi: ahu restaurado con siete moais y que poseen decoraciones en la plataforma inclinada de la figura. Podrá visitar también la cueva de Te Pahu, una de las mayores de la isla.

Puede llegar a Vinapu saliendo desde Hanga Roa por la Avenida Atamu Tekena. Encontrará dos templos en ruinas. A dos kilómetros encontrará Hanga Poukura, otro monumento arqueológico derribado. Rano Raraku es uno de los lugares más visitados de la isla, ya que aquí fueron tallados casi todos los moais existentes. Siguiendo los senderos encontrará 397 moais en construcción.

Siguiendo por la costa al norte, llegará a Anakena, la más hermosa playa de la isla. Posee arenas blancas y dos ahu restaurados.

Los Moais más importantes de la Isla de Pascua:

El moai más grande:
Localización: Mina de Rano Raraku, nombrada «El Gigante»
Altura: 21,60 metros
Peso: entre 145-165 toneladas.

El moai más grande una vez erguido:
Localización: Ahu Te Pito Kura, nombrado «Paro»
Altura: 9,80 metros
Peso: 82 toneladas aproximadamente.

El moai más grande caído:
Localización: Ahu Hanga Te Tenga
Altura: 9,94 metros.

El moai parado más pequeño:
Localización: Poike
Altura: 1,13 metros.

Moai estadístico medio:
Altura: 4,05 metros
Ancho de la base: 1,6 metros
Ancho del frente: 1,48 metros
Profundidad a través del cuerpo en el punto mediano: 92 centímetros
Volumen total: 5,96 metros cúbicos
Centro de gravedad: 1,36 metros
Peso total: 12,5 toneladas métricas.

La conspiración de la NASA.

Además de la posible existencia de vida, Marte contiene otros enigmas todavía por desvelar: desde las desapariciones de algunas sondas espaciales en circunstancias extrañas a la presencia de OVNIs, pasando por el descubrimiento de posibles construcciones en su superficie. En mayo de 2008 se formó un gran revuelo cuando la NASA divulgó unas extrañas imágenes de lo que parecían ser cavernas en plena superficie marciana. Las imágenes obtenidas por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter no dejaban lugar a dudas. Eran unos oscuros orificios situados en medio de unas amplias planicies de lava. Los científicos creyeron que se trataba alguna clase de receptáculo cuyo techo se había derrumbado o de un pozo de paredes tan verticales que ni siquiera la luz del Sol iluminaba su interior. Las siete grutas, bautizadas por los astrogeólogos como las «siete hermanas», se ubican en las laderas del volcán Arsia Mons, una de las cumbres más altas de Marte, y representan un verdadero enigma. «Así se trate de bocas de pozos muy profundos o de entradas a espaciosas cavernas, es seguro que conducen al subsuelo marciano», destacó Tim Titus, investigador del Instituto Estadounidense de Geología (USGS).Escritor: José Lesta.
Fuente:Akasico