Ayer lunes 28 de Septiembre, los vecinos de la localidad de Alvear, en Mendoza, quedaron consternados ante un espectáculo poco habitual. Entre las 19:00 y las 19:30 hs. se pudo ver una enorme bola de fuego surcando el cielo mendocino.
Una gran cantidad de personas pudieron ver éste fenómeno, incluso algunos lograron captar imágenes de lo que parece ser un gran meteorito cayendo desde el cielo.
Le preguntamos a un turista que se encontraba de paseo y éste relató el suceso de la siguiente manera: «A eso de las siete de la tarde, observamos una extraña luz que se desplazaba por el cielo en forma transversal, antes de llegar al suelo explotó dejando una formación de nubes que duró varios minutos. Al chocar contra el suelo se produjo una fuerte explosión, hubo un temblor en la zona y se registraron vibraciones de vidrios.
Se presume que puede tratarse de un meteorito, aunque dada la altura en la explotó, resulta casi imposible realizar ésta afirmación, ya que recordemos que cuando un meteoritos entra en contacto con la atmósfera, la fricción con el aire causa que el objeto se caliente, y entonces entra en ignición emitiendo luz y formando una bola de fuego hasta que impacta con la superficie de la tierra. Los meteoritos no explotan en el aire!.
Hasta el momento no se han encontrado restros del cuerpo celeste u objeto en cuestión.
El investigador de Ovnis, Victorio Corradi, aseguró que el supuesto meteorito que impactó en General Alvear es cualquier cosa menos un meteorito. Y también agregó: La zona es un epicentro del fenómeno OVNI que en 1981 denominé «Ventana cósmica», es uno de los lugares más importantes del planeta donde ocurren estos fenómenos.
Malaquías fue un obispo irlandés del siglo XII. Nació en la ciudad de Armagh y fue bautizado con el nombre de Maelmhaedhocuno cuya traducción al latín sería «Malaquías».
Siendo todavía muy jóven, sintió la necesidad de convertirse en sacerdote y se puso bajo la dirección espiritual de un piadoso ermitaño llamado Ismar. El obispo de Armagh, impresionado por la santidad de su vida y de sus intenciones, le concedió el sacerdocio y desde entonces se dedicó a reformar los monasterios y a restablecer en ellos la disciplina.
La intensidad y eficacia de su labor hicieron que a los treinta años accediera al obispado. Unos años más tarde, se convirtió en arzobispo de Armagh y en primado de Irlanda, que era la más alta dignidad eclesiástica del país. Malaquías puso todo su empeño en vigilar las costumbres de su clerecía y en evangelizar las zonas rurales.
Una vez que creyó concluída su tarea, renunció a todos sus cargos y se retiró, por humildad, en la pequeña diócesis de Down.
A San Malaquías se le atribuyen muchos milagros e importantes profesías, como por ejemplo el vaticinio de su propia muerte el 2 de Noviembre de 1148.
En una de sus profesías San Malaquías hace referencia a los sucesos futuros de su tierra natal, Irlanda. En ella predice con gran precisión los sucesos que ocurrirán en Irlanda con cien años de anticipación.
Irlanda caerá en manos de los ingleses y sufrirá persecuciones y calamidades de todo tipo durante «una semana de siglos». Transcurrido este tiempo, será «liberada de sus opresores», quienes sufrirán toda clase de castigos terribles, y entonces Irlanda desempeñará un papel prioritario en la conversión de Inglaterra al catolicismo.
La profesía de los Papas
La intensión de ésta segunda profesía fue la de dar a conocer el número exacto de papas que habrían de sucederse hasta el fin del mundo. Esta profesía está compuesta de «lemas» para cada uno de 112 Papas, desde Celestino II, elegido en 1130, hasta el fin del mundo.
Tras los 111 primeros lemas proféticos atribuidos a San Malaquías, terminando con «de gloria olivae» (que se correspondería con el actual Papa Benedicto XVI), aparece en el «Lignum Vitae» un 112ª lema seguido de una coletilla de tonos apocalípticos:
«La gloria del olivo.
Durante la persecución final de la Santa Iglesia de Roma reinará.
Pedro el Romano, quien alimentará a su rebaño entre muchas tribulaciones; Tras lo cual, la ciudad de las siete colinas [Roma] será destruida y el Juez Terrible juzgará a su pueblo.»
El último texto que la Iglesia Católica declara oficialmente como inspirado por Dios es el Apocalipsis de San Juan. No obstante, numerosos santos católicos como San Malaquías han tenido visiones proféticas después de este escrito. La Iglesia Católica no ha afirmado ni ha apoyado la veracidad de estas profecías, pero no ha expresado ninguna prohibición pública a sus seguidores a la hora de creer en estas revelaciones o no.
La explosión de Tunguska, presumiblemente causada por un cometa, fue una de las mayores catástrofes de la humanidad, e incluso un siglo más tarde la explosión ocurrida en Siberia, todavía atrae a científicos que esperan revelar el misterio.
La Explosión de Tunguska
El 30 de junio de 1908, una poderosa explosión se produjo al este de Siberia haciendo temblar la tierra. La energía liberada fue de aproccimadamente 10 o 15 megatones de TNT. Esto equivale a unas 1.000 bombas atómicas como las arrojadas sobre Hiroshima en Japón por los Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial.
En gran parte de Europa y Asia occidental la noche quedó extrañamente iluminada después de la caída de la bola. Informes procedentes de estos lugares hablan de noches cien veces más luminosas de lo normal, y de unas tonalidades carmesíes en el cielo, semejantes al resplandor de un incendio, hacia el norte. Estas extrañas luces no titilaban ni formaban arcos, como ocurre con las auroras boreales; eran semejantes a las que se produjeron tras la explosión del volcán Krakatoa, que inyectó inmensas nubes de polvo en la atmósfera.
Cuando los asombrados tunguses inspeccionaron cautelosamente el lugar de la explosión, encontraron escenas de terrible devastación. En un circulo de 30 kilómetros, los árboles habían sido derribados como cerillas de madera y el calor intenso producido por la explosión había fundido objetos metálicos.
Hipótesis sobre el suceso de Tunguska
Las explicaciones al respecto entran en el reino de lo extraño, incluida la notable hipótesis según la cual el fenómeno fue causado nada menos que por un aterrizaje de emergencia de una nave espacial movida por energía nuclear, tal vez de origen extraterrestre.
Los científicos plantearon la teoría, que se debía a la luz que pasa por alto las partículas de hielo en la altura, siendo la causa de un cuerpo entrando en la atmósfera desde el espació, la única respueta de semejante impacto y posterior explosión.
El científico soviético Leonid Kulik, que en 1927 dirigió una expedición a la zona y midió los 2.000 kilómetros cuadrados de devastación, con las imágenes grabadas de los árboles caídos, concluyendo que la explosión fue causada por un meteorito que impactó con la tierra.
Durante la década de los 90′ , un grupo de investigadores italianos creían haber descubierto una explicación. Se trataba de un lago Cheko de 50 metros de profundidad, y ubicado solo a 5 millas al noroeste del epicentro de la destrucción. Los estudios realizados y la extraña forma de cono del lago, parecían establecer intuitivamente que el culpable del fenómeno había sido un meteorito. Sin embargo, los instrumentos de medición y las pruebas, fueron insuficientes para que ésta teoría cobrara importancia.
Los científicos rusos desestimarían la teoría del meteorito, porque ni partículas típicas de estos objetos del espacio, ni un cráter, se han encontrado, por lo cual más de un siglo después de la explosión, el misterio del evento todavía está atrayendo las expediciones científicas de todo el mundo.
Una nave extraterrestre en Tunguska
En un giro inesperado, a más de 100 ños del terrible suceso, la agencia rusa Interfax informó ésta semana que un grupo de Científicos rusos aseguran haber descubierto los restos de una nave espacial extraterrestre caída en 1908 en Tunguska. [Fuente]
Los científicos habrían encontrado, además, una roca de 50 kilos que enviaron a la ciudad siberiana de Krasnoyarsk para ser analizada. ¿Habrá sido Tunguska devastada por el impacto de un OVNI?