Misteriosos seres en libros japoneses del siglo XIX

Extrañas pinturas inmortalizadas en libros japoneses de más de dos siglos de antiguedad, podrían representar una nave extraterrestre que llegó flotando hasta las costas niponas.

La pintura en cuestión, realizada en el período Edo, ilustra un suceso extraño que ocurrió el 22 de febrero de 1803 cuando llegó a una playa llamada Hara–yadori, del yogunato de Tokagawa, una extraña embarcación.

Según recoge el investigador Kazuo Tanaka, unos marineros se acercaron a ella y la remolcaron hasta la arena. Se trataba de una nave redonda, de pequeñas dimensiones –apenas 3,3 m de alto por 5,4 m de diámetro– cuya parte superior estaba formada por unos grandes ventanales y cuya parte inferior estaba reforzada por algo que describieron como placas metálicas. En su interior había una serie de signos que resultaban desconocidos. A través de las ventanas los testigos pudieron ver que en su interior se encontraba una mujer de extraños rasgos, con el cabello y las cejas de color rojo y la piel rosada, de unos 20 años de edad, que hablaba una lengua extraña y que sujetaba con fuerza una caja de madera que parecía tener mucho valor para ella, pues no dejaba a nadie que se acercara.

Los libros publicados en japón en 1825 y 1844, titulados «Toen Shosetsu» y «Ume no Chiri», y que son ficciones basadas en el folclore japonés. Los dos libros recogen la misma historia, en el mismo año y en la misma provincia de japón.

Sirenas, dragones y demonios momificados en templos Japoneses

Criptozoología en el folclore japonés

Esta es la historia de sirenas, dragones y otros seres mitológicos que durante el siglo XVIII, XIX y principios del XX fueron exhibidos en ferias ambulantes y circos para el asombro de la muchedumbre que acudía en masa a contemplar a estas momias legendarias.

Su origen se remonta al Japón del siglo XVIII, por allí circulaban unas ferias ambulantes conocidas como “misemono”, que ofrecían espectáculos, artesanía popular o acróbatas y que, en algunos casos, mostraban otros atractivos como la exhibición de supuestas sirenas.

Estas sirenas, o mejor dicho “sirenos”, porque muchas eran de sexo masculino, fueron creadas artesanalmente por los pescadores japoneses, que uniendo una serie de técnicas cosían la parte superior de un mono con la parte inferior de un pez, tras esto venía el proceso de disecado o taxidermia, consiguiendo con el tiempo y la perfección de las técnicas creaciones verdaderamente espectaculares.

Al principio, estas creaciones se hacían para los mencionados misemonos, pero no se tardó en ampliar el negocio para ser vendidas a los marineros que llegaban a Japón y que, en su ignorancia, pensaban que compraban verdaderas reliquias de sirenas reales. De este modo, las reliquias comenzaron a circular por Europa y Estados Unidos del mismo modo que en Japón, exhibiéndose a bombo y platillo en los mejores circos del momento. Continuar leyendo «Sirenas, dragones y demonios momificados en templos Japoneses»