En 1917 el geólogo suizo François de Loys mató a un extraño ser de 1,50 m en la frontera entre Colombia y Venezuela, y trascendió que se trataba de un hombre bestia. Sin embargo, años más tarde el zoólogo Bernard Heuvelmans, quien sentaría las bases de la actual Criptozoología, afirmó que se trataba de un mono-araña, desconocido hasta el momento de su hallazgo.