LAS HADAS

En 1917, en un pequeño poblado de Cottingley, Inglaterra, dos niñas, Frances (10) y Elsie (16) revelaron al mundo un enigma inexplicable: Aseguraban haber fotografiado a unas hadas.

Si bien es cierto, el mito de las hadas han sido parte de la mitología europea, no fue sino con esta noticia cuando el fenómeno cobró gran notoriedad. Importantes revistas y diarios de aquella época cubrieron extensivamente el hecho ocurrido por las niñas de Cottingley, incluso hubieron estudiosos importantes, como el afamado escritor y autor de Sherlock Holmes, Sir Arthur Conan Doyle, quienes creyeron ciertamente, en que estos seres de fantasía, realmente existían.

Que justamente este escritor, quien dedicó gran parte de su vida al estudio de las hadas, llegando incluso a realizar un extenso y elaborado trabajo que clasificaba y explicaba el motivo de la existencia de estas criaturas. Conan Doyle, las agrupó según su tamaño, color, vestidos, lenguaje, etcétera. (artículo Las Hadas de Sir Arthur Conan Doyle)

Las fotografías

Pero volvamos a las fotografías, que desde siempre se consideraron las únicas pruebas de la existencia de estos seres.

A poco de ser publicadas estas causaron inmediatamente el escándalo en la sociedad británica, hecho que provocó que la propia empresa Kodak interviniera en un proceso para verificar la autenticidad de las citadas fotografías. La empresa le entregó a las niñas una cámara especial que decían imposibilitaría la falsificación de alguna fotografía, grande fue la sorpresa cuando las niñas entregaron luego fotografías de las hadas tomadas con esa cámara supuestamente “infalsificable”.

No fue sino 70 años después, para ser exactos, en 1983, cuando la revista Journal of Photography publicó una carta escrita por la propia Elsie, en donde señalaba que todas las fotos eran trucadas, menos una, la llamada, Nido de Hadas.

Por su parte, Frances negó hasta el día de su muerte que aquellas fotografías fueran falsas: “Nosotras realmente veíamos las hadas, y las fotos son auténticas…”, explicaría luego.

Descripción de las Hadas.

Lejos de lo que muchos piensan, son pocas las hadas que cuentan con alas, la mayoría de ellas son pequeños seres, generalmente bellas mujeres, que protegen la naturaleza. Algunas mitologías las tildan de hechiceras y magas, conocedoras además de brebajes naturales, capaces de mantener la juventud y la belleza.

Así mismo, las hadas se clasifican en cuatro campos: las que habitan en las cuevas, se llaman Lamias, la de la naturaleza, Ninfas, la de los bosques Dríades, y la de los mares, Sirenas.

En cuanto a las Lamias, no se tiene una descripción exacta de su figura, aunque muchos aseguran es femenina, y que posee pies de ave, cola de pescado o garras de algún tipo, además, tendría una larga cabellera a la que peina siempre con un cepillo de oro. Para la mitología griega, las Lamias tenían cuerpo de serpiente y los pechos y cabeza de mujer, y se decía que devoraba niños.

Las Ninfas, por su parte, eran las habitantes de la naturaleza, pues moraban en arboledas, montañas, ríos, arroyos, cañadas y grutas. Tenían según la mitología griega, nivel de divinidades pues eran hijas de Zeus, y su número se decía, era infinito. En cuanto a su carácter, se dice que son espíritus libres, cultivadoras de la música, la felicidad y el placer.

En cuanto a las Dríades, se decía que ellas nacían de un árbol, y que gozaban de una vida sobrenaturalmente larga, que solamente podía ser interrumpida, si su árbol de nacimiento moría.

Por último, están las Sirenas, que a pesar de haber sido representada por los griegos como seres híbridos entre una mujer y un ave, en tiempos posteriores esta visión varió por la de jóvenes mujeres con cola de pez e hipnotizante voz.

Pie Grande

Bigfoot es el nombre dado a una enorme criatura legendaria que supuestamente vive en las áreas salvajes de Estados Unidos (el noroeste pacífico, los Grandes Lagos, las Montañas Rocosas, los Bosques Meridionales, los Bosques del Noreste) y al sudoeste de Canadá. Un término alternativo con el que se le conoce es sasquatch, en idioma aborigen.

Junto con el monstruo del lago Ness y el yeti, el bigfoot es quizás la criatura más famosa de la criptozoología.

El fenómeno moderno del bigfoot («pie grande») comenzó en 1958 con informes de enormes huellas en el condado de Humboldt, California. Mientras que la mayoría de los supuestos encuentros con los bigfoot (incluyendo los más conocidos) son generalmente en el Noroeste Pacífico, ha habido aparentemente encuentros similares en toda Norteamérica con criaturas enormes, peludas y simiescas o de criaturas similares a hombres salvajes (o informes de inexplicables y enormes huellas humanas) en el Noroeste Pacífico, quizás desde finales del siglo XVII; algunos investigadores han argumentado que estos encuentros son consistentes con los recientes avistamientos de bigfoot. Como se indica más abajo, algunos de estos previos encuentros son de dudosa autenticidad, y los críticos han cuestionado la precisión de la interpretación de viejos informes a través de preconcepciones modernas.

La mayoría de los científicos piensan que las pruebas existentes no son lo suficientemente convincentes y generalmente las consideran como el resultado de mitología, folclore o identificación errónea. Muchos profesionales y académicos afirman que los estudios adicionales son una pérdida de tiempo, pero otros sostienen que la evidencia actual puede ser escasa y que debe ser evaluada objetivamente a medida que se vaya presentando. Otros, incluyendo una subcultura activa compuesta generalmente por aficionados, continúan investigando y consideran la existencia del sasquatch como una posibilidad.

En cuanto a las huellas, quizá únicas pruebas físicas de este ser, son de aproximadamente 38 a 45 centímetros de largo, tienen 5 dedos y un arco escasamente pronunciado.

Algunos criptozoólogos sostienen que su apariencia es similar a las descritas al Yeti, otro ser de apariencia simiesca que habitaría en las alturas gélidas del Tibet.

Lecturas relacionadas:
El Abominable Hombre de las Nieves
Pie Grande (Más información en Wikipedia)

El Abominable Hombre de las Nieves.

¿Quién no ha oído hablar alguna vez del Yeti, cuya presencia entre las nieblas de las alturas llenó de espanto a muchos exploradores que ascendían las heladas cumbres de Himalaya?.

Desde que tenemos uso de razón hemos oído mucho sobre este increíble «monstruo», incluso hemos podido verlo, eso sí, en alguna película de cine. Pero, ¿existe de verdad el «abominable hombre de las nieves?, ¿cómo es?. Si lees esta página hasta podrás ver 2 fotografías del «supuesto» Yeti. Tu decidirás si crees o no.

La historia de las dos fotos de abajo viene de cuando el fotógrafo Anthony Wooldridge se hallaba en una misión en el Himalaya. Estando allí localizó unas pisadas bastante extrañas, y acompañado de un compañero y su cámara se pusieron a seguir esas pisadas a ver donde les llevaba. Wooldridge había oído las leyendas sobre el Yeti, le atraía el tema, pero nunca llegó a pensar que lo vería tan de cerca. Tras unos minutos de camino, y justo antes de llegar a un espeso «bosque» de árboles pudo ver con total claridad (y gran sorpresa), una criatura que sólo podía ser una bestia mitológica. ¿Sería el abominable hombre de las nieves?. Mejor será que eches un vistazo a las dos fotografías de abajo y seas tú el que decidas.

Cuenta Wooldridge que: «medía casi 2 metros, su cabeza era grande y todo el cuerpo lo tenía cubierto de pelo oscuro». Ante esta oportunidad el fotógrafo tomó algunas fotos, entre ellas las de arriba, en la que se aprecia claramente la figura de… ¿de qué?. Las fotos fueron sometidas a un profundo estudio por parte de dos expertos en este tema. Ambos coincidieron en que las fotos no estaban trucadas y en que la criatura que en ellas aparecía era algo fuera de lo corriente, aunque diferían en lo que podía ser. Robert Martin señaló que podía ser un gran primate, sin documentar aún por los zoólogos. John Napier, experto en anatomía, y bastante escéptico, dejó atónitos a los presentes al afirmar que aquella criatura era humanoide, sin ser ni un oso ni un hombre.

¿Osos?, ¿Hombres?, ¿Monos?, ¿restos del famoso eslabón perdido en la cadena evolutiva?. Los Yetis siguen siendo una incógnita en la historia de hombre. Si son los únicos descendientes de nuestros antepasados primitivos, ¿por qué no evolucionaron ellos también, paralelamente, con la raza humana?. Si componen una especie de simios superiores, ¿por qué fueron marginados a los lugares más inaccesibles?.

Estas y otras muchas preguntas quedarán en el aire hasta que algún día estos seres -hombres o bestias- aparezcan en la vitrina de un museo o en un reportaje de televisión, y los científicos nos expliquen el porque.

Es el Yeti un primo cercano de Pie Grande?

Muchos suelen confundir al Yeti u Hombre de las nieves con el mítico Pie Grande norteamericano, sin embargo, los criptozólogos hacen hincapié en este error señalando que el Yeti y Bigfoot, no serían una misma criatura ubicada en lugares distintos, sino que estarían emparentados de una forma u otra.

No se sabe a ciencia cierta cómo se dio este parentesco, sin embargo muchos hablan de una misma especie que quizá por las diferencias climáticas en uno y otro lado, desarrollaron características completamente distintas fácilmente reconocibles y diferenciadas.