Malaquías fue un obispo irlandés del siglo XII. Nació en la ciudad de Armagh y fue bautizado con el nombre de Maelmhaedhocuno cuya traducción al latín sería «Malaquías».
Siendo todavía muy jóven, sintió la necesidad de convertirse en sacerdote y se puso bajo la dirección espiritual de un piadoso ermitaño llamado Ismar. El obispo de Armagh, impresionado por la santidad de su vida y de sus intenciones, le concedió el sacerdocio y desde entonces se dedicó a reformar los monasterios y a restablecer en ellos la disciplina.
La intensidad y eficacia de su labor hicieron que a los treinta años accediera al obispado. Unos años más tarde, se convirtió en arzobispo de Armagh y en primado de Irlanda, que era la más alta dignidad eclesiástica del país. Malaquías puso todo su empeño en vigilar las costumbres de su clerecía y en evangelizar las zonas rurales.
Una vez que creyó concluída su tarea, renunció a todos sus cargos y se retiró, por humildad, en la pequeña diócesis de Down.
A San Malaquías se le atribuyen muchos milagros e importantes profesías, como por ejemplo el vaticinio de su propia muerte el 2 de Noviembre de 1148.
En una de sus profesías San Malaquías hace referencia a los sucesos futuros de su tierra natal, Irlanda. En ella predice con gran precisión los sucesos que ocurrirán en Irlanda con cien años de anticipación.
Irlanda caerá en manos de los ingleses y sufrirá persecuciones y calamidades de todo tipo durante «una semana de siglos». Transcurrido este tiempo, será «liberada de sus opresores», quienes sufrirán toda clase de castigos terribles, y entonces Irlanda desempeñará un papel prioritario en la conversión de Inglaterra al catolicismo.
La profesía de los Papas
La intensión de ésta segunda profesía fue la de dar a conocer el número exacto de papas que habrían de sucederse hasta el fin del mundo. Esta profesía está compuesta de «lemas» para cada uno de 112 Papas, desde Celestino II, elegido en 1130, hasta el fin del mundo.
Tras los 111 primeros lemas proféticos atribuidos a San Malaquías, terminando con «de gloria olivae» (que se correspondería con el actual Papa Benedicto XVI), aparece en el «Lignum Vitae» un 112ª lema seguido de una coletilla de tonos apocalípticos:
«La gloria del olivo.
Durante la persecución final de la Santa Iglesia de Roma reinará.
Pedro el Romano, quien alimentará a su rebaño entre muchas tribulaciones; Tras lo cual, la ciudad de las siete colinas [Roma] será destruida y el Juez Terrible juzgará a su pueblo.»
El último texto que la Iglesia Católica declara oficialmente como inspirado por Dios es el Apocalipsis de San Juan. No obstante, numerosos santos católicos como San Malaquías han tenido visiones proféticas después de este escrito. La Iglesia Católica no ha afirmado ni ha apoyado la veracidad de estas profecías, pero no ha expresado ninguna prohibición pública a sus seguidores a la hora de creer en estas revelaciones o no.
Muchas veces hemos oido hablar sobre el final de los tiempos, el Armagedón o sencillamente el fin del mundo.
Numerosas fuentes de los más diversos medios de comunicación, entre los que podemos citar, libros, revistas, diarios, radio, televisión e internet, han generado polémica más de una vez en torno a ésta cuestión y la mayoría de las religiones y filosofías de todo el mundo poseen en su legado ideológico la hipótesis de que en algún momento, la humanidad, tal y como la conocemos llegará a su fin.
Y en ésta disputa por fijar la fecha de vencimiento del mundo, hemos escuchado, a lo largo de los años, una y otra fecha de caducidad posible. Esta vez, el día del Juicio final parecería ser el 21 de Diciembre del año 2012.
Pero antes de explicar detalladamente el porque se le atribuye ésta fecha al Apocalipsis moderno, realicemos un breve recorrido por antiguas, y no tan viejas predicciones que afortunadamente no se cumplieron.
Fin del mundo en la mitología
La guerra entre deidades, es un acontesimiento de la mitología Nórdica en la que todos los Dioses (malos y buenos) se reunían en el Olimpo y se libraba allí una batalla que terminaba con toda la humanidad en pos de la resurción de un mundo en donde no existiera el Mal. La mayoría de las mitologías tienen su final de los tiempos, generalmente asociados a cambios para mejorar la condición humana.
Las Religiones y el fin del mundo
El Cristianismo: El mensaje de Cristo suponía que la humanidad estaba a punto de acabar. Sermones como el de la Montaña invitaban a liquidar los bienes materiales, y eso es un poco contradictorio para alguien que piense en vivir. El cristianismo, dosmil años después de que se produjera su mayor acontecimiento; A saber, la encarnación de Cristo, se enfrenta a su mayor problema: Explicar por qué existe la humanidad tantos años después de aquel suceso.
Cristianos, musulmanes y judíos de todas las ramas coinciden en que un día, tras multitud de penalidades, vendrá Dios a dar por finalizado el mundo de una manera u otra.
Nostradamus y el fin del mundo
Uno de los profetas más conocidos de todos los tiempos fué Nostradamus (Michel de Notre-Dame, 1503-1566), quien nos legó su propia profesía sobre el fin del mundo. En su Centuria X, 72 que dice:
«El año mil novecientos noventa y nueve siete meses, Del cielo vendrá un gran Rey de terror: Resucitar el gran Rey de Angolmois,
Antes después de Marte reinar por dicha».
Muchos estudiosos del profeta creen que en ésta centuria, el profeta habla sobre el fin del mundo tal como lo conocemos, y que el acontecimiento tendría lugar en el año 1999, durante su séptimo mes.
El final del mundo en el 2000
Durante los años previos al nuevo milenio, se sucedieron una gran cantidad de vaticinios sobre el fin del mundo. Los augurios provenían de distintas religiones y sofismos. Asociados seguramente al advenimiento del nuevo milenio. Una gran ola de suicidios asociados a éstas creencias se desató en distintos lugares del planeta. Afortunadamente el año 2000 comenzó y el mundo, con sus cosas buenas y otras tantas malas, continuó existiendo!
El año 2010 y las profesías de Los Mayas
Poco se conoce de la cultura de Los mayas, sin embargo se sabe que poseían el calendario extremadamente exacto. Tal vez más exacto que el calendario actual. En asusta2, ya hemos hecho referencia a las 7 profesías de los mayas. Una de sus profesías dice que el fin del mundo vendrá el 21 de Diciembre del 2012. Tal vez no del modo en que otros vaticinaron, éste sería más bien el inicio de una nueva era.
El hombre ya ha trascendido a una nueva era en la que las costumbres han cambiado y la comodidad es moneda corriente. Los grandes avances tecnológicos nos permiten formar parte de situaciones que hasta hace muy pocas décadas atrás apenas algunos iluminados se atrevían a imaginar. La ciencia y la tecnología dan paso a nuevas experiencias y situaciones que antes no existían. Sin embargo en éste avence pareciera ser que existe cierta culpabilidad.
El cambio climático, con el conocido efecto invernadero, representa un grave peligro para el futuro del mundo tal y como o conocemos. El calor en la tierra va en aumento y hay quienes creen que si no se le da hoy la importancia necesaria, tendremos que lamentarlo en relativamente muy poco tiempo.
La Pandemia Viral: En apenas cien años, la cantidad de enfermedades virales ha crecido exponencialmente. Las últimas cuatro epidemias de gripe, el SIDA y el SARS, representan solo una pequeña porción de la importancia que ésto representa.
Una guerra nuclear
Si bien, la amenaza de que el hombre vuelva a cometer la equivocación de remediar conflictos librando una guerra mundial, es practicamente nula, dada la consiencia existente en relación a lo que eso significa. Las rescientes deciciones políticas de Estados Unidos, durante el mandato de Bush, y los continuos conflictos entre culturas Islámicas, sumado a que conocemos el avanzado desarrollo nuclear de algunos Paises, dejan abierta una posibilidad, aterradora, pero probabilísticamente posible de que algun día sea el hombre quien destuya el mundo con su fundamentalismo y sed de poder.
El impacto de un meteorito
Recientemente publicamos el artículo titulado: Apophis: Un asteroide que amenaza la tierra. Y existen numerosas investigaciones que se encargan de mantener un análisis constante para que un acontesimiento de ésta magnitud pueda ser previsto y evitado.
Según Donald Yeomans, director de la Oficina del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA: «por la ley de los grandes números, en el futuro lejaaaano, la probabilidad de morir como resultado del impacto de un objeto cercano a la Tierra es aproximadamente equivalente al riesgo de morir en un accidente de avión».
Alguien respondió de manera muy elocuente y sensata, dejándome un poco más tranquilo sobre ésta cuestión. Su respuesta fue la siguiente:
El mundo que conocemos se termina y se reinicia a cada instante. Cada día una especie se extingue, otra evoluciona, y descubrimos que aquella que creímos desaparecida vuelve a aparecer. Los continentes se alejan y aproximan entre sí, cambiando la forma del mapa mundi casi imperceptible pero pemanentemente todo el tiempo. Cada segundo muere alguien y nace alguien, y la humanidad continúa con su mandato divino de crecer y multiplicarse. Los muros caen, otros se levantan, el pensamiento evoluciona, la vida continúa generación tras generación, llamamos mundo a la epidermis de la tierra, pero el mundo es mucho más que lo que vemos. La vida es energía y la energía no se destruye solo se transforma. De semilla a árbol, de árbol a flor, de flor a fruto y de fruto nuevamente a semilla. El planeta tierra puede sufrir una explosión nuclear, una devastación de la ecología y de nuestra biodiversidad, o un choque de un meteorito, o que se apague nuestro sol, pero mientras Dios así lo permita, la inteligencia de la humanidad, encontrará alternativas de vida, siempre.
La idea de predecir el futuro puede parecer de los más descabellada para la mayoría de los científicos y en general, para el hombre, cuya percepción del mundo se manifiesta a través de la razón. El futuro, se presenta ante la mirada de los hombres como una suceción de sucesos inciertos y desconocidos, imposibles de preveer con aticipación; Sin embargo, existen datos históricos que parecen contradecir éste supuesto y que por la ley del contraejemplo nos demuestran que a menudo, aunque parezca increible, es posible Adivinar el Futuro
El Primer Viaje a la Luna
El escritor de novelas de ciencia ficción Lester del Rey, comenzó en 1954 una de ellas del siguiente modo: «La primera nave espacial aterrizó en la Luna y el comandante Armstrong salió de ella…» – Quince años después en 1969, el astronauta Neil A. Armstrong pisaba por primera vez la Luna.
Las Lunas de Marte
El escritor irlandés Jonathan Swift en (1667-1745) en su conocidísima obra Los viajes de Gulliver (1726), hacía mención de dos estrellas menores o satélites que giraban alrededor de Marte. Las dos lunas de Marte fueron descubiertas oficialmente en 1877, por el astrónomo estadounidense Asaph Hall (1829-1907) que las denominaría Fobos y Deimos. Jonathan Swift las describió en su libro con total precisión en cuanto a sus proporciones y sus órbitas.
Predijo el día de su muerte
David Janssen, el actor protagonista de la serie de televisión El fugitivo, que después protagonizaría Harrison Ford en el film del mismo nombre; se vio en uno de sus sueños dentro de un ataúd muerto de un ataque al corazón. Dos días después su sueño se cumplió.
Un Sueño Apocaliptico
Ed Sampson, redactor jefe del periódico estadounidense Boston Globe, soñó en agosto de 1883, que la isla indonesia de Pralape era devastada por la erupción de un volcán y que en el siniestro morían unas 36.000 personas. El sueño le pareció tan real que al día siguiente publicó la noticia. Tras comprobarse que tal isla no existía fue despedido. Sin embargo, un día después se conoció la noticia de que un volcán había destruido la isla de Krakatoa, con un número de víctimas muy parecido al que había dado Ed Sampson en su noticia. Investigaciones posteriores dieron como resultado, que Krakatoa se había llamado Pralape hasta el siglo XVII.
La víctima de su asesino
El 24 de septiembre de 1504, Bartolomé Coclés, médico y quiromántico boloñés, murió a manos de un hombre, al que había vaticinado que en esa misma fecha, cometería un crimen. Desgraciadamente fue una cruel coincidencia y una lástima, que su acierto no le llevara a ver que la víctima era él mismo.
El Diluvio
Johannes Stoeffler, astrólogo alemán y profesor de la Universidad de Tubingia, vaticinó un diluvio universal para el 20 de febrero de 1524. Sorprendentemente el día previsto se desató una gran tormenta en el valle de Rhin, que provocó multitud de víctimas, además de los consiguientes daños materiales.
Más adelante, Stoeffler volvió a hacer una predicción, vaticinando el fin del mundo para el año 1528, pero esta vez no tuvo tanta suerte y nada ocurrió, perdiendo pronto su credibilidad.
Un Sueño Premonitorio
En mayo de 1979, David Bocth, un oficinista de Cincinnati, Ohio, es atormentado por una pesadilla durante la cual asiste, impotente, a una catástrofe aérea en un gran aeropuerto del país.
El «ve» cómo un gran jet con los colores de los Estados Unidos levanta penosamente el vuelo, se inclina súbitamente y se estrella en la pista, estallando en una enorme explosión de fuego y humo negro. Cada vez el sueño es más preciso.
Después de consultar con su siquiatra, Booth decide advertir al aeropuerto de Cincinnati. Allí, los expertos tratan, sin éxito, de «adivinar», gracias a los detalles entregados, de qué aeropuerto se trata. Además, la compañía American Airlines refuerza las medidas de seguridad en sus grandes aviones. A pesar de todo, el 26 de mayo, en el aeropuerto de Chicago, un DC-10 de la American Airlines se estrella brutalmente al despegar, siguiendo el desarrollo exacto del drama soñado por David Booth. 237 personas encuentran la muerte
Desastre Predicho
Gales en 1966. El 21 de octubre de ese año, a raíz de un deslizamiento de tierra, la escuela de la pequeña aldea minera de Abergan es sepultada por medio millón de toneladas de polvo de carbón. El accidente provoca la muerte de 144 personas, entre ellas 122 niños. Un siquiatra, el Dr. Juan Barker, realiza una investigación con la ayuda de un amigo periodista y recoge sesenta relatos de personas que dicen haber presentido la catástrofe 24 de ellos son confirmados por testigos. El caso más emocionante es el de la pequeña Ery Mai jones, de diez años, una de las víctimas del terrible accidente. Dos días antes, la niña le dice inesperadamente a su madre que no tiene miedo de morir puesto que así «se reuniría con jesús», que todo se ve negro en torno a ella y que estará con sus compañeros Pedro y june. El día anterior, la niña le cuenta también a su madre que ha soñado que la escuela había desaparecido y que «algo negro se la había tragado». En el cementerio, la pequeña está efectivamente enterrada entre Pedro y june. La investigación del Dr. Barker muestra igualmente que muchos de los testimonios corroborados provienen de personas ajenas a la región.
Coincidencia Asombrosa con el Titanic
Morgan Robertson quien nacio en 1861 fue un escritor que se especializo en historias del mar, uno de sus libros, Futilidad, escrito en 1898, lejos de ser el mejor que escribiera, le ha valido, sin embargo, cierta fama póstuma.
Esta novela corta sobre la debilidad del hombre frente a la fuerza del destino relata el naufragio del «transatlántico más grande construido por el hombre, el Titán. Este se despanzurra contra un témpano y se hunde, llevando a la muerte a la mayoría de sus pasajeros por falta de suficientes botes salvavidas.
Pero las coincidencias no se detienen allí: el conjunto de concordancias es, en efecto, sorprendente. He aquí algunas de ellas, y entre paréntesis, los hechos equivalentes relacionados con el Titanic: travesía en el mes de abril (10 de abril de 1912), 70.000 toneladas de desplazamiento (60.000), eslora 800 pies (882,5), tres hélices (3 también), velocidad máxima 24 a 25 nudos (idéntica), capacidad máxima 3.000 pasajeros (la misma), 2.000 pasajeros a bordo (2.230), 24 botes salvavidas (20), 19 compartimentos estancos (15), tres motores (3 también), rotura del casco a estribor (idéntica).
Ahora bien, la novela Futílidad fue escrita nueve años antes de la construcción del Titanic.
Increible Coincidencia
Allen Falby un patrullero de carreteras, del Paso Texas perseguía un camión que iba a excesiva velocidad. El infortunado policía no se percato que el vehículo perdía velocidad y termino por estrellarse contra la parte trasera. En el accidente este hombre casi se cercenó la pierna. La sangre corría por la manga de pantalón. Alfred Smith un hombre de negocios acertó a pasar por el lugar y sin saber mucho de medicina se quitó la corbata y puso un torniquete en la pierna de Allen. Cuando llegaron los paramédicos al lugar de incidente le dijeron a Smith que el asunto era grave y que llevarían al patrullero al hospital. Dos días después el hombre de negocios, antes de salid de la ciudad, pregunto por el estado de salud del agente y la información fue: “Esta bien, pero de no haber sido por el torniquete habría muerto”.
Cinco años después, siendo Navidad, Falby recibió un llamado de sus jefes donde le ordenaban investigar un accidente grave donde un hombre se había estrellado contra un árbol. El policía llego antes que la ambulancia y despejando a los curiosos, se acerco al involucrado el cual estaba inconsciente. Aquel hombre se estaba muriendo, de su pierna manaba intensa cantidad de sangre.
Penso emplear su cincho, pero le resulto mejor su corbata para aplicar un torniquete. Así lo hizo y acomodo en un lugar hasta que llego la asistencia médica. Ellos lo llevaron al hospital y como era su deber lo acompaño para certificar lo ocurrido.
Al ingreso , como es natural fue indagada su identidad. Aquel infortunado se llamaba Alfred Smith ¡El mismo que hacia cinco años le había salvado la vida en iguales circunstancias!