Una de las definiciones sobre la Eutanasia es: La eutanasia tiene por finalidad evitar sufrimientos insoportables o la prolongación artificial de la vida a un enfermo. Para que la eutanasia sea considerada como tal, el enfermo ha de padecer, necesariamente, una enfermedad terminal o incurable, y en segundo lugar, el personal sanitario ha de contar expresamente con el consentimiento del enfermo.
Más allá de estos determinantes, en el futuro se emplearán sofisticadas técnicas de eliminación sin sufrimiento de todos los individuos que no sean útiles para la sociedad.
Parece terrible que esto pueda suceder, pero lo terrible es que tantas guerras y crímenes sucedan a diario porque se les perdona la vida a criminales reincidentes, o liberados por defectos: “tecnicismos” en los juicios-que les dicen-, donde bestias humanas terminan sin la eliminación-al menos- similar a la ocasionada.
Rebajas de pena de reclusión perpetua, por buena conducta, por el llamado dos por uno, o peor tres por uno. El campo akáshico demuestra que solo con vivir muchas vidas puede cambiar un karma nefasto. En la propia vida en que se cometen los crímenes, no hay un cambio real, de raíz, del comportamiento. No tiene sentido mantener bestias humanas de por vida o no aplicarles la ley del “Talión”. No sirve de nada, solo relaja las costumbres y pone a la sociedad indefensa ante los mayores ataques internos de la misma. Solo funcionando a pleno los “anticuerpos” el ser se salva. Todo lo demás es una fantasía sin sentido y la ciencia en poco tiempo más lo comprobará.
Una dirección del comportamiento se establece de tal suerte que aún, por circunstancias espacio-temporales puede parecer “adormecida”, pero basta cualquier signo de “utilidad” que el individuo volverá a generar un estropicio. (Esto se explica en un artículo anterior, donde las estructuras mentales se guardan para no tener que aprender las mismas cosas todos los días, por lo tanto los vicios y malas costumbres no terminan hasta por lo menos finalizar este capítulo al morir). Continuar leyendo «Recuerdos del Futuro»