Muchas veces me preguntan, como si fui seminarista hoy no creo en dios, o al menos en una religión.
Solo atino a contestar con preguntas:
¿Porqué las cosmogonías modernas no necesitan de un hacedor?
¿Porque nada razonable incluye la idea de la deidad?
¿Porqué en las relaciones causa y efecto, desaparece la noción del pecado?
¿Porque es raro encontrar un científico de fuste que en la privacidad se declare creyente?
¿Porqué las religiones en su mayoría, ni quieren oír hablar de terapias de vidas pasadas?
¿Porqué las iglesias están vacías?
¿Porqué a mayor ignorancia más fanatismo?
¿Porqué los servicios religiosos son casi totalmente escuchados por viejas matronas?
Hay un puñado más de preguntas, pero contestando estas, sabrán certeramente, porque saber nunca será creer.
Es así que el creacionismo está muriendo, el Islam es fenómeno de fanatismo y terrorismo y la Iglesia cristiana tiene en el actual Papa, a su último exponente, vaticinado por dos creyentes: San Malaquías y Nostradamus.
He hecho la regresión a las vidas pasadas, experiencia siquiátrica, científica y verificable en sus curaciones y en sus revelaciones, en tanto las vidas anteriores se hayan vivido en lugares muy civilizados, con registros diversos y construcciones, ropajes y objetos verificables.
En nuestro espacio-tiempo, nuestras acciones se desarrollan dentro de la férrea causa y efecto. No hay lugar para “premios y castigos” que relatan las religiones. Nuestro accionar es otra cosa, con todas las implicancias que esto conlleva.
La conexión con el llamado libro akáshico, permite expandir la mente a otras dimensiones, más allá de las frecuencias, y mucho de lo que se recoge, son revelaciones que al pasar el tiempo, van sucediendo. (Dentro siempre de la mayor o menor habilidad del humano que pregunta.).
Sin embargo, aquí tampoco hay un dios, ni esperamos que exista, porque no es necesario, porque de existir, no sería perfecto, nuestra existencia coarta la perfección de todo. La creación sería un acto de imperfección invalidante, en fin, se lo mire por donde se lo mire, la noción de dios, ya no tiene cabida.
En estos días se ha notado que vuelve a hablarse del Santo Grial, más, de que este se hallaría en la Argentina.
Existe una Fundación Delphos, que lleva a cabo viajes para encontrar la entrada a este Templo Templario, donde descansaría el Santo Grial, parte de la hasta ahora mítica Ciudad de los Césares que dinamizó realmente los esfuerzos españoles para encontrarla. (No solo se interesaban por las especies y el comercio en general, ellos deseaban conquistar este fabuloso lugar).
Transcribo una parte del reportaje que el blog REFORMA a hecho a su titular y que nos pondrá al corriente, antes de decir un pensamiento sobre el tema:
El Cáliz sagrado está en la meseta de Somuncurá, (hoy cerro fuerte) en el desierto patagónico, que es una inmensa planicie de 27 mil kilómetros cuadrados, define Fernando Fluguerto Martí.
«Está protegido por un inmenso escudo de roca basáltica y no se puede llegar a él ni con una bomba de hidrógeno», desafía.
¿Cómo excavaron la roca? .
El sitio cuenta con entradas naturales, respiraderos, fuentes de agua potable y hasta energía, como si fuera una ciudad subterránea, un enclave templario a mil metros de profundidad.
Fernando Flugerto Martí es un ingeniero Industrial porteño con posgrado en Sistemas en la Universidad de Michigan. A sus 65 años está casado, tiene cuatro hijos, nueve nietos y la certeza de sentirse poseedor de la respuesta ante uno de los mayores misterios de la cristiandad.
El director de la Fundación Delphos jura que tiene contacto con los custodios del Grial.
«Su búsqueda será mi deber hasta el último día de mi vida. Si no me dejan entrar, ojalá la muerte me encuentre buscando al Grial como a tantos caballeros medievales. Porque venerar el Santo Grial es adorar al Espíritu Santo y eso es adorar a Cristo», declama.
¿Cómo llegó el Cáliz a la Patagonia?
En la versión de la Fundación Delphos, la historia comienza con la crucifixión misma, cuando José Arimatea huye hacia Francia en compañía de María Magdalena, su hermano Lázaro y otros apóstoles, y lleva consigo el Santo Grial.
Luego sigue viaje hacia sus posesiones mineras en la Bretaña donde funda la primera Iglesia que será conocida como Glastonebury (ciudad de la copa de piedra).
Lejos de allí, 11 siglos después, en 1118 nueve caballeros crearon la Orden del Temple para, decían, proteger sitios del cristianismo en Jerusalén. .
El Rey Balduino les asignó el sagrado Templo de Salomón, que ellos abandonarían una década más tarde. La Orden se transforma en el mayor poder financiero, militar y político de Europa hasta que en 1307 el rey de Francia, Felipe IV, el Hermoso, y el Papa Clemente V deciden acabar ese poder con su ilegalización y ejecución de los templarios, algunos de los cuales llegan a la Patagonia Argentina, merced a planos que poseía el Templo del Rey Salomón.
Una historia muy interesante, pero aún para nada comprobada. Energía en la Ciudad subterránea? Longevidad extendida en los Templarios guardianes, con más años que el mítico Matusalén, en fin, creo que demasiadas suposiciones fantásticas.
Mis antepasados Wydler, actuaron en las dos últimas cruzadas, donde fueron nombrados Barones por el emperador del Santo Imperio Romano- Germánico, pero si bien el Duque de Boulogne y Rey de Jerusalén, Godofredo de Bouillón, Jefe de la primera Cruzada, fue un héroe muy recordado en los nombres familiares,- mi abuelo se llamaba Godofredo- nunca dejaron información alguna de este viaje del Santo Grial a tan lejanos lugares americanos.
Si hablaron sobre la posibilidad de un cáliz usado por el Cristo -el Santo Grial- y la rama Judía (Tribu de Benjamín) de la nobleza francesa y otros temas afines, pero no fue esto el tema que impulsó la venida de las familias de mis ancestros de Suiza a la Argentina.
Relato parte de esta historia en «Heráldica de la Familia Wydler y Musguettis», que se puede leer en Internet, entre ellos en mi blog Cultura Express, Agencia Comunas, etc.
Personalmente, no creo que los Templarios hayan desembarcado en Argentina.
En todos los petroglifos del mundo aparecen diseños que recién hoy podemos interpretar como visiones reproducidas de astronautas, sus naves, todo lo que los acompañaba, según la idea de tan antiguos artistas.
El ser humano primitivo, en todas partes del mundo han atribuido a los visitantes aliens, carácter divino. El cielo tenía preeminencia, ya que estos provenían del espacio.
Sus naves e implementos demostraban maravillas mágicas, años luz de las humildes experiencias del género homo primitivo.
Incluso los ayudaron con las construcciones monumentales, probadamente imposibles de realizar con el instrumental burdo de esa época y en los tiempos de obrador señalados.
Pero hicieron mucho más. En diferentes lugares plantearon las semillas de religiones, rudimentos de justicia y conocimientos varios, que con pequeños retoques, contribuyeron al nacimiento de las civilizaciones y la transformación de las hordas de los homos en personas mejores.
La historia se está re- escribiendo ante el rompecabezas cada vez más completo, gracias a los últimos descubrimientos al respecto.
En resumen, aún yendo atrás en el tiempo de las creencias y prácticas morales de las civilizaciones neolíticas, -temas en los que he recabado opiniones de muchos amigos, que espero que en próximos artículos dejen de ser solo anónimos-veremos como ciertas prácticas van sobreviviendo a los milenios y pasan de religiones a religiones. Por ejemplo: Las prácticas de exorcismos en Egipto son claros antecedentes de las confesiones católicas. Somera alusión a lo que llamaríamos jurisprudencia y legislación religiosa, pues son tiempos en los que se administra justicia como un mandato divino.
Y como quienes hablan y mandan son los sacerdotes, tenemos teocracias sacerdotales imponiendo las normas y los códigos de conducta. .
La religión se inventó como un medio de hacer más dócil al ser humano, que integraba hordas no muy diferentes al comportamiento de otros homínidos.
En estas épocas en lo que manda es lo sagrado, por inexistente que esto pueda ser.
Sin la inventada Alianza entre Yahveh y su pueblo hubiera sido imposible la historia del pueblo hebreo. Y como a otros les inventaron el Islam, aún tenemos a estas religiones disputándose un mismo territorio, con guerras “sagradas” incluidas, que dicen justificar el cotidiano y el cruento terrorismo que asuela nuestros días. .
Volvemos, por tanto, a no estar muy lejos del neolítico: religión como norma de conducta, pero como vemos hoy ya muy contraproducente.
Se denomina Neolítico precerámico, o Neolítico acerámico, a un período de la Prehistoria que se desarrolla en algunas regiones, no todas, del llamado Creciente Fértil y, muy posiblemente, en Grecia. El Creciente Fértil es una denominación utilizada por arqueólogos e historiadores para referirse a un área geográfica que abarcaría los territorios del Antiguo Egipto, el Levante mediterráneo, el sudeste de Anatolia, Mesopotamia y el noroeste de Persia, considerados por los investigadores como el más antiguo núcleo de desarrollo autóctono neolítico. En muchos yacimientos de esta zona se constata arqueológicamente que las principales características de la denominada revolución neolítica (agricultura, ganadería, sedentarismo, aparición de la piedra pulida y generalización de la cerámica) no se dieron de forma simultánea. Existe un período de tiempo, variable en cada región, durante el cual la cerámica aún no está presente en los asentamientos, pero sí se documentan las actividades de producción alimentaria que identifican como tal a una sociedad neolítica: la agricultura y la ganadería.
La religión, invento neolítico. Los Dioses y la ética.
Dicen que a los egipcios interesaron los aspectos morales, aunque sin sistematizarlos por escrito, pero es muy exagerado que tuvieran noción del bien y del mal a nivel cósmico, toda vez que se limitaron a cumplir con los innumerables ritos religiosos, con la naturaleza divinizada. .
El bien para los egipcios es lo que agradaba a sus dioses (Sus maestros aliens), y el mal lo que les desagradaba, o procedía de ellos, ya que muchos “ritos divinos” con el tiempo llegaron a ser nada edificantes. Pensaban en general que los dioses querían el bien, personificado en la diosa Maat, que encarnaba la verdad, la justicia, el derecho y el orden, y acompañaba al alma (ba) a su llegada al tribunal de Osiris (el Nilo) y Re (el Sol), para ser pesada por Thoth y Anubis. Maat era, por tanto, un atributo divino del universo y de la estructura social, pero no porque existiera, sino porque así lo inventaron. (Sabemos hoy que los tripulantes de la mayoría de las naves aliens, son mujeres: “Anatomía de los extraterrestres”). .
Era el faraón, como hijo de Re, el encargado de mantener la justicia gobernando con la verdad, impidiendo la anarquía, el desorden y la ilegalidad, y conservando las instituciones. Y que considerasen el universo como una monarquía divinamente constituida, en la que el faraón ocupaba la posición clave, personificando la vida justa (Maat), fue constituida la creencia. .
Al principio Maat era prerrogativa real, y después se democratizó cuando las aliens se retiraron, cuando se reconoció que todos podían entender la naturaleza del universo, y entablar relaciones armoniosas con él: pero la universalización fue con los años otra utopía, y además si la civilización egipcia no comprendió casi nada del universo, pues su religión es muy subjetiva, mal podían conocerlo los ignorantes súbditos. Pero esto no es importante-todo está escrito y para que todo se cumpla- las interacciones con “semillas” de pensamiento alien también fructificaron en otros lados y se mezclaron.
Volviendo a los egipcios:
Creían que el corazón era sede de las facultades cognoscitivas, intelectivas y afectivas, lo que llamamos mente, razón o consciencia, nociones que aún perduran en el diario decir .Ya en el reino Medio (2000-1780 a. C.) declararon que todo hombre está hecho igual que su semejante, pero pueden apreciar cómo no se cumplió este precepto. Atribuían las calamidades públicas a malos comportamientos para con los dioses, pero esto no es más que otro antecedente de la teocracia hebrea.
Egipto fue, pues, también teocracia, aunque no de dios único. La buena conducta consistía en vivir de acuerdo con Maat, lo que condujo a una resignación general que llamamos ética del hombre silencioso: paciente, sereno, obediente; una especie de taoismo egipcio, que ensalzaba la honradez, la veracidad, la justicia, la generosidad, la lealtad, la sumisión y la obediencia y condenaba principalmente el robo, el adulterio y la violencia. De todas formas, la vida familiar era todavía regida por los designios del macho dominante- como en casi todos los primates-, en donde el padre era dueño y señor de todo, talque podía matar a su descendencia; por ejemplo si nacía mujer y el necesitaba brazos en las tareas que realizaba, no dudaba en ahogar a la niña u ordenaba a la parturienta que lo hiciera. Continuar leyendo «Influencias en el nacimiento de las religiones»