El secreto mejor guardado por la NASA en medio siglo de carrera espacial
Al parecer, el día 20 de julio de 1969, los humanos no fuimos los únicos que presenciamos los primeros pasos del hombre en la Luna. Hubo otro testigo: una nave «semiesférica» extraterrestre.
El periodista y escritor boliviano Eduardo Ascarrunz, es autor de una novela histórica «El Salar de Maravilla» que contiene el relato del astronauta Edwin «Buzz» Aldrin sobre el supuesto encuentro con un ovni.
El autor del libro asegura que Aldrin se lo reveló hace 12 años, pero que esperó a publicarlo, con la aprobación del astronauta, hasta que «la opinión pública estuviera preparada».
Según la obra, los astronautas informaron al centro de control de la NASA en Houston, Estados Unidos, que una supuesta nave «semiesférica» los escoltaba al llegar a la Luna. De acuerdo con el testimonio del astronauta, se produjo luego el siguiente diálogo:
Armstrong: «Aquí estamos los tres… ellos están aquí, debajo de nuestra nave… hemos encontrado unos visitantes».
Houston pidió más precisiones.
Aldrin: «Te estoy diciendo que aquí afuera hay otra nave espacial. Ellos están al otro lado del cráter».
Houston: «¿Ustedes la han conseguido filmar?»
Aldrin: «Ningún filme por el momento, las cámaras están fotografiando otros objetivos. Ellos están ahí abajo, están acercándose a la Luna junto a nosotros, viéndonos».
Houston: «¿Qué los están viendo?»
Aldrin: «Sí, no estamos solos».
Si la revelación de Aldrin es cierta, entonces ese día tiene un significado más importante aún que el hecho de haber logrado que el hombre posase sus pies en la Luna: ese día, a la hora del descenso, Armstrong, Aldrin y Collins constataron que los seres humanos coexistimos con otras criaturas en el Universo!
El periodista agregó que la NASA probablemente impuso el secreto para evitar que el suceso «echara sombra al superobjetivo de la misión Apolo XI: llegar a la Luna antes que su gran contendiente en la carrera espacial, la entonces Unión Soviética».
Aldrin fue el segundo hombre que pisó la Luna el 20 de julio de 1969, minutos después de que lo hiciera Neil Armstrong, en la histórica y polémica misión Apolo XI