En 1949 (probablemente1952)el arqueólogo Alberto Ruz de L’huiller descubre en un templo, bajó una escalera de cuarenta y cinco escalones, un sello oculto que daba a una gran piedra triangular. Actualmente esta prohibida la entrada a ese lugar en Palenque Chiapas.
El astronauta maya
Pakal murió el 31 de agosto del 683 d.C., a los 80 años de edad. Ascendió al trono en el 615, a los 12 años, y gobernó sesenta y ocho. Durante su largo reinado convirtió a Palenque en la ciudad más importante de finales del Clásico (250-900 d.C.). Ya mayor, sintiendo cercana la muerte, inició la construcción de su templo funerario hacia el 675.
Pakal fue un rey maya y su lápida de piedra es otra de las piezas que se presentan como indicio de que seres extraterrestres deben haber visitado la Tierra en la antigüedad. La razón es que la posición de la imagen de Pakal en su lápida sugiere que se encuentra dentro de algún tipo de módulo espacial, con el cual ascenderá hacia el cielo.
La interpretación oficial es: La escena representada sobre la lápida que cubre el sarcófago representa el instante de la muerte de Pakal y su caída al Inframundo. Todo el evento está enmarcado por una franja celeste, con kin (día, sol) en la parte superior derecha o noreste y akbaal (noche, oscuridad) en el extremo izquierdo o noroeste. El paso de Pakal de la vida a la muerte es representado con el movimiento del sol de este a oeste. El fondo de la escena está lleno de signos —conchas, abalorios de jade y otros— que se encuentran sobre volutas de sangre.
La figura muestra de un hombre con atuendo maya, en una posición semiacostada en una especie de silla con cinturón de seguridad y con los pies apoyados en unos pedales y controles al frente y una gran cantidad de tornillos, resortes, caños, tableros y palancas de mando.
El científico soviético A. Katsantsev no tiene ninguna duda que se trata de un navío espacial y así lo ha atestiguado en diversas publicaciones e infinidad de conferencias. Es más, ha dibujado un cohete asimilándolo al relieve de la lápida y las coincidencias son sorprendentes. Continuar leyendo «La tumba del Rey Pakal»