La teoría de Darwin, en Jaque

Una de las ideas principales que sustenta toda la teoría de Darwin, es que a lo largo de los años solo han sobrevivido las especies más fuertes. Sin embargo, una reciente publicación de la revista Nature, cuestiona éste principio.

Un grupo de investigadores ingleses de las Universidades de Exeter y Bath, en conjunto con especialistas de la San Diego de los Estados Unidos, demostraron en éste trabajo que la biodiversidad puede evolucionar donde previamente se creía imposible.

El trabajo representa un nuevo enfoque al estudio de la evolución que eventualmente puede conducir a una mejor comprensión de la diversidad de bacterias que causan enfermedades humanas.

Hasta el momento, se cree fielmente que en cualquier hábitat determinado debe surgir una especie más fuerte que con el tiempo dominará para excluir a todas los demás. Este es el conocido principio de la supervivencia del más fuerte. Los ecólogos se refieren a menudo a la idea del «principio de exclusión competitiva» que predice que los entornos complejos son necesarios para apoyar a las poblaciones complejas y diversas.

Robert Beardmore, quien ejerce la profesión de profesor e investigador en la Universidad de Exeter, dice: «Los microbiólogos han puesto a prueba este principio mediante la construcción de ambientes muy simples en laboratorio para ver qué pasa después de que cientos de generaciones de evolución bacteriana, cerca de 3.000 años en términos humanos. Se pensaba que sólo el genoma de las bacterias más aptas permanecería, pero ese no fue el resultado. Los experimentos generaron una gran cantidad de diversidad genética inesperada».

Esta biodiversidad en un tubo de ensayo fue objeto de controversia cuando se observó por primera vez y fue explicado con afirmaciones de que la falta de tiempo había impedido ver surgir a una bacteria claramente ganadora. La nueva investigación muestra, sin embargo, que en los experimentos no se encontraron anomalías.

El profesor Laurence Hurst, de la Universidad de Bath, dijo: «La clave para el nuevo entendimiento es la comprensión de que la cantidad de energía que los organismos obtienen de su alimento depende de la cantidad de alimentos que tienen. Dadles comida abundante y la usarán ineficientemente. Cuando combinamos esto con la idea de que los organismos con diferentes estrategias de utilización de los alimentos también se ven afectados de diferentes maneras por las mutaciones genéticas, entonces descubrimos un nuevo principio, una en el que tanto ser fuerte como no serlo coexisten de forma indefinida».

El doctor Ivan Gudelj, también de la Universidad de Exeter, dijo: «Los fuertes usan bien el alimento pero no son resistentes a las mutaciones, mientras que los menos eficientes, los consumidores no aptos o menos fuertes, son mantenidos por su resistencia a la mutación Si hay una baja tasa de mutación la regla de la supervivencia funciona, pero si no es así, mucha de la diversidad puede mantenerse»

En cuanto a los experimentos enigmáticos sobre las bacterias, los investigadores concluyen que su tasa de mutación parece ser lo suficientemente alta para que organismos fuertes y menos en forma puedan manternerse.

Una especie extinta podría volver a la vida: El Mamut

Hemos leído en varias publicaciones que investigadores japoneses se encuentran trabajando para hacer la clonación del famoso “Mamut del Yukagir”, el cual es un animal prehistórico que vivió hasta hace algo más de 18 mil años en Siberia y que fuera una de las principales atracciones exóticas de la EXPO 2005 en Aichi, Japón.

«Prácticamente ya no quedan dificultades técnicas para clonar a ese animal», anunció el científico japonés Niochi Tsutsui durante una reunión con Alexandr Akímov, vicepresidente de la república rusa de Yakutia, donde los restos del mamífero prehistórico fueron hallados en el distrito de Yukagir, que le dio nombre.

«No obstante, vamos que sopesar cuidadosamente los «pros y los contras» antes de decidir la clonación del mamut, teniendo en cuenta las posibles consecuencias negativas que ello pueda acarrear para el mundo animal», subrayó el experto nipón.

Según informaba la agencia AFP, un grupo de científicos de Rusia y Japón anunciaron el hallazgo de células en los restos de un mamut aptas para clonar a este animal prehistórico. Piotr Lazarev, experto del Instituto de Ecología Aplicada del Norte, informó que una expedición ruso-japonesa encontró los restos del mamut (dos piernas gigantescas) el pasado verano boreal en el río Muksunuokha, una zona de congelación perpetua en la república de Yacutia, en Siberia oriental. El material mantiene intacto el ADN del animal. Según los investigadores, las células se preservaron en perfecto estado por diez mil años por ser Siberia una zona de hielos perpetuos.

Muestras de los restos del animal fueron investigados en el Centro de Virología y Biotecnología de la ciudad de Novosibirsk. Allí se detectaron células aptas para realizar una clonación. «El material que llegó es único en muchos aspectos, no sólo porque contiene intacto el ADN del mamut, sino porque las células se han preservado en perfecto estado por diez mil años”.

Se estima que los mamuts surgieron en Africa hace seis millones de años. Tres millones de años atrás migraron hacia Europa y Asia. Llegaron a América del Norte hace quinientos mil años, cruzando por el estrecho de Bering, donde se supone que para esa época los continentes asiático y americano estaban unidos por un puente de hielo.

Este animal fue importante para los hombres primitivos, ya que era una fuente de comida y abrigo. Se han encontrado numerosos refugios construidos con sus huesos y esculturas realizadas en el marfil de sus colmillos. Diversos estudios suponen que el hombre fue causa importante en la desaparición del mamut.

Se han venido encontrando ejemplares en Siberia desde 1979. En esta región, el suelo se congela a veces hasta los cuatrocientos metros de profundidad, lo que conserva los cadáveres, tanto de animales actuales como de mamíferos extinguidos al final de la glaciación.

Dado que el estado de conservación de los restos que se encuentran en estas zonas, en los últimos años se han venido multiplicado los intentos de hallar restos de tejido del que se pueda extraer el ADN y así poder clonarlos. Ya en 1999, un equipo internacional de paleontólogos recuperó un mamut momificado que vivió hace veintitrés mil años. El plan, que no pudo concretarse, era implantar un óvulo con núcleo reemplazado por uno de mamut, en una hembra de elefante asiática, que llevaría adelante su desarrollo y nacimiento.

Hasta el descubrimiento en Yakutia —realizado por científicos del Instituto de Ecología Aplicada del Norte, el Centro Científico Internacional de Moscú y el Centro Científico de la prefectura de Gifu, de Japón— no se había encontrado material genético en condiciones aptas para trabajar.

Será cuestión ahora de esperar el tan ansiado anuncio, de que pudo volverse a la vida una especie extinta. No cabe duda que esto marcará un antes y un después en la Biología y especialmente en la Ecología.

por Manlio E. Wydler

Un tunel del tiempo en la Antartida

Existe un misterioso remolino giratorio en la Antártida que permite penetrar en otros tiempos?.

La fantasía de los viajes en el Tiempo ha sido siempre un tema de discución complicado en el ámbito científico.

El relato que sigue a continuación fue relatado por una doctora en física llamada Mariann McLein. Se trata de un grupo de científicos estadounidenses y británicos que dirigieron investigaciones en la Antártida e hicieron un descubrimiento sensacional.

Durante una de las expediciones programadas del día 27 de enero de 2005, dicho equipo de exploradores notaron algo de niebla gris girando en el cielo sobre el polo, suceso que adjudicaron en principio a una tormenta de arena ordinaria. Sin embargo, la niebla gris no cambió en forma y no se movió en el curso del tiempo.

Los investigadores decidieron investigar el fenómeno y lanzaron un globo
meteorológico provisto de una soga para su retorno y un equipo capaz de registrar la velocidad del viento, la temperatura y la humedad del aire. Pero el globo meteorológico se elevó y desapareció inmediatamente. En poco tiempo, los investigadores trajeron el globo meteorológico de nuevo a tierra.

La gran sorpresa fue al descubrir en uno cronómetro colocado en el globo la fecha del 27 de enero de 1965, la misma fecha de aquel día aunque con cuarenta años de diferencia. El resto del equipo se encontraba en buen estado.

El experimento se volvió a repetir algunas veces más obteniendo en el cronómetro siempre un tiempo pasado. Dicho fenómeno fue bautizado por los científicos como «la puerta del tiempo» y se informó sobre lo ocurrido a la Casa Blanca.

Historias de viajeros del tiempo

El famoso científico ruso Nikolay Kozyrev dirigió un experimento intentando demostrar que era posible viajar del futuro al pasado. Kozyrev supuso que «el tiempo podría ejecutar trabajo y producir energía.»

Un teórico estadounidense de la física ha llegado a la conclusión de que el tiempo es lo que existió antes de la existencia del mundo.

Se sabe que cada uno de nosotros siente un curso diferente del tiempo bajo condiciones diferentes.

Una vez un relámpago golpeó a un escalador de montañas; el hombre dijo más adelante que vio el relámpago alcanzar su brazo, que se movió lentamente a lo largo de él, separó la piel de los tejidos y carbonizó sus células. Sintió como si hubiera miles de púas encerradas bajo de su piel.

El investigador ruso de fenómenos anómalos, filósofo y autor de numerosos libros, Gennady Belimov, publicó su artículo bajo el título de «Máquina del Tiempo: Primera velocidad conectada» en el periódico «Al Filo de lo Imposible». En su trabajo, describió experimentos únicos conducidos por un grupo de entusiastas dirigidos por Vadim Chernobrov – el hombre que comenzó la creación de máquinas del tiempo en 1987 –  que son dispositivos con bombeo electromagnético.

Hoy el grupo de entusiastas puede retrasar o acelerar el curso del tiempo utilizando un impacto especial del campo magnético. El retraso más grande del tiempo fue de un segundo y medio dentro de una hora de operación del equipo en laboratorios.

En agosto del año 2001, un nuevo modelo de máquina del tiempo creada para un ser humano se construyó en un bosque alejado en la región de Volgogrado de Rusia. Aunque la máquina sólo funcionaba con baterías de coche y tenía baja capacidad, todavía se las arreglaba para cambiar el tiempo un tres por ciento; el cambio se registraba con osciladores de cristales simétricos.

Al principio, los investigadores pasaron cinco, diez y veinte minutos en el funcionamiento de la máquina; la estancia más larga duró media hora. Vadim Chernobrov dijo que la gente sentía como si se trasladara a un mundo diferente; sentían vida aquí y «allí» al mismo tiempo como si se desplegara algún espacio. Continuar leyendo «Un tunel del tiempo en la Antartida»