EL lago de Kaindy está situado en un bosque de coníferas a 2.000 m sobre el nivel del mar y a una distancia de 129 kilómetros de la ciudad de Almaty en Kazakstán. La formación del mismo se produjo el siglo pasado, como consecuencia de un enorme deslizamiento de tierra. El agua inundó la cuenca resultante junto con todos los abetos que se encontraban en el lugar, lo que hace al lago muy joven en términos geológicos. Su longitud es 400 metros con una profundidad de 30 metros en algunas zonas.
Ya sea la visión desde arriba o por debajo de la superficie del agua, el lago produce un aspecto fantasmagórico, casi sobrenatural, ya que resulta extraño ver los abetos inundados, con los troncos secos y sus copas elevándose por encima del agua fría, como los mástiles de un barco hundido. Bajo el agua, la algas dan una sensación de arboles aun vivos, esperando que la inundación desaparezca, y no se pudran lentamente.
La localidad austríaca de Hallstatt no es famosa por los paisajes naturales de gran belleza sino por poseer un extraño osario en donde los cráneos se decoran de manera «original». En una casa, al oeste de Austria, en la región Salzburgo, encontramos una hermosa región que no escatima en belleza natural. En ese mismo lugar se encuentra la casa «Karner Beinhaus», o casa de los huesos.
La región junto a su imponente lago fueron declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco en el año 1997. No es para menos, tanto el lago como el pueblo son como extraídos de un cuento de hadas.
El osario se emplaza junto a la iglesia del pueblo, y en su interior se pueden visitar más de 1.000 cráneos apilados de forma tradicional, unas 600 calaveras pintadas de manera curiosa gracias a una peculiar costumbre austriaca que solo se mantiene aquí.
Segun la tradición de algunas zonas de Europa, hasta finales del siglo XVIII las tumbas eran alquiladas por un período de tiempo limitado; Generalmente unas décadas y cuando el contrato se vencía, los restos eran exhumados para volver a alquilar la tumba a otro «inquilino».
Los restos eran trasladados a las Karner Beinhaus, donde los cráneos eran limpiados y pintados con diversos motivos, flores, serpientes, etc, y donde se incluía además el nombre de la persona y el año de su muerte. De ésta manera, los cráneos se convertían en una especie de lápida que prevalecería indefinidamente en el tiempo.
Aunque ésta costumbre se fue perdiendo con el paso del tiempo, Hallstatt sigue conservando los cráneos debido a la falta de espacio en su cementerio y su Casa de los Huesos sigue en funcionamiento. Para poder lucir cráneo allí se debe ser natural del pueblo y dejarlo escrito en testamento. El último cráneo se colocó en 2004.
Durante años, un lago bloqueado por el hielo ha permanecido sellado bajo la capa helada de la Antártida, posiblemente escondiendo formas de vida desconocidas. Científicos rusos están a punto de llegar.
El lago Vostok es un lago subglacial localizado en la Antártida. Más precisamente por debajo de la base Vostok rusa, a una profundidad de 3.748 m bajo la superficie de la placa de hielo antártica central, totalmente aislado del exterior y protegido de la atmósfera.
Posee un tamaño similar al del lago Ontario, con una dimensiones de 250 km de largo por 50 km de ancho, y está dividido en dos profundas fosas por una cordillera. El agua líquida sobre la cordillera tiene una altura de 200 m, unos 400 m en la fosa norte y 800 m en la sur. El lago Vostok cubre un área de 15.690 km2 y tiene un volumen estimado de 5.400 km3 de agua dulce. En mayo de 2005 se halló una isla en el centro del lago.
Este lago permaneció desconocido hasta hace poco tiempo debido a su ubicación geográfica, y se cree que es una de la últimas zonas por explorar de nuestro planeta Tierra.
Científicos rusos y británicos descubrieron la existencia del lago en 1996 mediante la combinación de datos de diversas fuentes, incluyendo observaciones aéreas de radar y altimetría de radar desde el espacio. La existencia de agua líquida bajo la capa de hielo de varios kilómetros se ha confirmado y constituye el lago sin contaminar científicamente más prometedor de la Tierra. El agua que contiene es muy antigua, con un tiempo de residencia medio de 1 millón de años que contrasta con los 6 años del lago Ontario, lo típico para lagos de este tamaño.
MOSCÚ (Reuters) – «Sólo queda un poco más», dijo Alexei Turkeyev, jefe de la estación polar rusa Vostok, a Reuters vía teléfono satelital.