La reencarnación de Shanti Devi

En 1930, a la edad de 4 años, Shanti Devi de Delhi, India, le dijo a sus padres que había vivido antes en un lugar llamado Muttra (ahora conocido como Mathura), que había sido madre de tres hijos, que murió a causa del parto, y que su nombre anterior era Ludgi.

Sus padres naturalmente no creyeron a la niña y ella escapó de casa cuando tenía 6 años tratando de llegar a la Aldea, pero no pudo.

Debido a que la niña relataba continuamente la historia y conocía el dialecto de la aldea, el director de su escuela investigó y encontró un comerciante cuya esposa había muerto de complicaciones de parto, el nombre de la mujer era Ludgi Devi.

El caso incluso llamó la atención de Mahatma Ghandi, quien creó una comisión para que investigara el caso. Llevaron a Shanti a la aldea, donde ella comenzó a hablar el dialecto local y reconoció a su marido e hijos de una vida previa.

Incluso dio 24 precisas declaraciones que coincidieron con hechos sobre la vida de Ludgi. La comisión concluyó que Shanti Devi era realmente la reencarnación de Ludgi Devi.

El Misterio de Los Objetos malditos

Existen objetos que tienen tras de sí infranqueables maldiciones. Tal es el caso del Diamante de la Esperanza, del Zafiro Púrpura de Delhi y del coche de James Dean. Pero también hay otros objetos que son malditos en el sentido de traer malas energías: muñecos vudú, cráneos, símbolos satánicos, etc…

Un objeto maldito es algo que puede comprenderse de las siguientes formas: o bien como un objeto que simplemente atrae mala energía; o ya, en sentido estricto, como un objeto que atrae mala energía y está ligado a una maldición concreta.

Existen diversos criterios para clasificar a los objetos malditos. Uno de ellos es el carácter individual o el carácter genérico del objeto: de ese modo, el auto de James Dean pertenecería a la primera clase, mientras que las estatuillas de Satanás y los muñecos de vudú a la segunda clase.

Célebres Objetos Malditos

La Piedra Maldita de Carlisle

Desde hace unos cuantos años, al pueblo inglés de Carlisle le han caído inundaciones, fiebre aftosa, altos índices de desempleo, y una indiscutible decadencia en su equipo de fútbol. Para las autoridades locales y la mayoría de pobladores, la culpa la tiene la “Piedra Maldita”, una gran roca en la cual yace grabada una maldición escrita en el año 1525.

El origen de la Piedra Maldita se remonta al año 2001, cuando el artista Gordon Young, por encargo del ayuntamiento, grabó sobre una gran piedra la maldición que, en el año 1525 y en base a varios libros, el arzobispo de Glaslow creó “contra los que osaran saquear, destruir o robar en sus territorios ”. Una maldición compuesta de 1069 palabras, inicialmente destinadas a los “bárbaros del norte, que hacían incursiones en la región”. Continuar leyendo «El Misterio de Los Objetos malditos»

Azafata fantasma no quiere abandonar su avión

La historia de la azafata fantasma empieza cuando le diagnostican a una tripulante de cabina una enfermedad terminal, y se las ingenia para hacer la mayor cantidad de sus últimos vuelos en el avión por el que sentía un gran cariño, el Boeing 747 con matrícula LV-MLO, el segundo Jumbo incorporado por Aerolíneas Argentinas, en el año 1979, y el orgullo de la flota.

Su último vuelo lo hizo en ese avión, al que muchos conocen como «MALO» por cómo suena la lectura de las últimas tres letras de su matrícula. Horas después de ese vuelo, la azafata falleció y comenzó la leyenda.

Según revela el blog Asturias en el mundo, unas semanas después de su muerte, el avión debió ir al taller y dos mecánicos aseguraron haber visto una figura borrosa y transparente mientras trabajaban en la bodega trasera de carga. Se burlaron de ellos, pero tiempo después el espectro fue visto por el personal de limpieza en el pasillo del avión. Dicen que llevaba el uniforme de azafata de la empresa. Y en el 2000 fue visto mientras hacía escala en Barajas por dos mecánicos de Air Plus en la cabina de pasajeros.

Las historias continuaron, y lo que comenzó como burla se transformó en un problema a resolver. Quizás por eso, la empresa decidió dar de baja el avión antes de tiempo, a mediados de 2001 (cuando el otro Boeing del mismo año continuó en la flota por 10 años más). Fue estacionado en el aeropuerto de Ezeiza y sus partes se convirtieron en piezas para otros aviones de la compañía. Pero ni así pudieron liberarse del fantasma.

Mientras estaba estacionado, cinco técnicos aseguraron escuchar ruidos dentro de la bodega delantera mientras intentaban desmontar el motor para llevárselo a España. Se acercaron y revisaron, pero no encontraron nada. Cuando decidieron continuar con su trabajo, los ruidos volvieron. Esta vez los hombres se acercaron a la ventana del avión con una grúa y descubrieron a la azafata caminando por los pasillos.

Ya 12 años desde que el «MALO» dejó la flota y continúa abandonado. Se dice que fue retirado por «viejo», pero la verdad es que la compañía Air Plus decidió desmontar los motores de la nave y llevarlos a España para otro Jumbo, y otras partes también se usaron. A MALO todavía le faltaba para su jubilación.

Nadie quiso terminar de desguazarlo por temor a represalias de la azafata que no quiere abandonar su nave preferida. Los trabajadores de la empresa y los aficionados del mundo a los aviones conocen esta historia con detalle.

El último vuelo del Jumbo B747 – Aerolíneas Argentinas 01-02-12