La eterna juventud

Hace un tiempo escribí sobre la restricción calórica y la generación de ciertas proteínas fundamentales en la longevidad humana, pero esta información de ser seguida por más estudios y avances genéticos puede ser un complemento de vital importancia, tal vez fundamental.

Toda célula viva tiene fecha de caducidad. El conocido como límite de Hayflick determina cuantas veces se puede reproducir una célula antes de entrar en senescencia. Una forma de saber que una célula ha empezado a envejecer así, es detectar la presencia de la proteína p16Ink4a.

Un grupo de científicos de la Universidad de Pekín aseguró haber descubierto la fuente de la eterna juventud, pues han descubierto que el gen P16 es el principal responsable del envejecimiento de las células humanas y aseguran haber hallado un método para retrasar la degeneración celular a través de la inhibición de dicho gen, paso clave hacia la prolongación de la vida del ser humano.

Los doctores Tong Tangjun y Zhang Zongyu, jefes del equipo científico responsable del hallazgo, explicaron que el gen P16 controla la vida de las células al ejercer una función de “reloj biológico célula”, además, los expertos han demostrado que es posible prolongar la vida de una célula inhibiendo las funciones del gen, con lo que se retrasa la degeneración celular y, en consecuencia, también la del ser humano.

Este descubrimiento supone un gran avance en la investigación de los mecanismos del envejecimiento y ha abierto un nuevo camino para la comunidad científica a la hora de descifrar el secreto de la degeneración de las células humanas.

El doctor Darren Baker de la Clínica Mayo y su equipo se propusieron estudiar este tema. Modificaron genética-mente un ratón para que su proceso de envejecimiento fuese más rápido de lo normal.

Nuestro pobre ratón envejecía hasta que los doctores activaron otra de sus características especiales: de envejecer la de eliminar todas las células con la proteína p16. Y el ratón dejó de envejecer. Hasta el día que lo sacrificaron, el rátido mantuvo el mismo estado de salud que cuando le inocularon

Por lo tanto existe una vinculación directa entre el envejecimiento celular y ciertas enfermedades degenerativas como las cataratas o diabetes. Y además, es teóricamente posible frenar esas enfermedades eliminando las células senescientes del metabolismo. Un considerable aumento de calidad de vida, cuando menos.

De todas formas, los científicos son humildes con los resultados obtenidos, puesto que no podemos simplemente extrapolar lo que pasa en un ratón de laboratorio drogado y modificado genética-mente a una persona ordinaria. Por otro lado, la proteina p16 tiene su importancia, puesto que es un seguro natural que impide que las células se reproduzcan ilimitadamente.

Ahora bien, sería interesante que algunos vivieran para siempre y otros , por el tendal que dejan, mejor nunca hubieran nacido.

Recopilado por Manlio E. Wydler

El increible historia del Castillo de Corales

Todo en el Estado de Florida es asombroso, desde su clima casi todo el año paradisíaco hasta las cosas que el hombre moderno puede hacer con su trabajo y esfuerzo.

No me refiero a la hermosa ciudad de Miami, ni a Disneyword, ni a Cabo Cañaveral, de por si importantes pero muy conocidos, sino a la cantera de piedra de coral puro y lo que alguien pudo hacer con esos.

Hoy la vieja cantera de piedra caliza que proporcionó los materiales de construcción de la ciudad fue convertida en una piscina al estilo veneciano: Venetian Pool. La cantera era parte de una granja donde campesinos de la isla de Bermudas cultivaban naranjas.

Con su parcelación y la posterior edificación de la localidad de Coral Gables, su dueño se hizo multimillonario y benefactor: fundó la Universidad de Florida. No todos los bloques se usaron para edificar a esta primera ciudad.

Enormes bloques de este coral, fueron comprados también por un excéntrico ermitaño, que construyó el mayor monumento realizado por una sola persona en el mundo. Continuar leyendo «El increible historia del Castillo de Corales»

El ángel de la guarda o las presencias

Dos veces vi la muerte a mi lado, una en Catamarca cuando casi me despeño de un borde del camino, al que quería acceder. Otra en el mar, cuando una ola me revolcó y me hizo tragar agua por el lugar equivocado y no podía ya respirar.

En el primer caso sentí una voz que me decía que me agarrara de una mata de pasto del borde, pero que ejerciera presión con mi peso sobre ella a medida que trataba de poner una pierna por encima del borde, para que no se desenraizara por el esfuerzo. Cuando estuve seguro, cedió y la mata quedó en mi mano.

En el segundo caso, cuando ya me abandonaba a morir, sentí un fuerte golpe en la espalda y el tapón líquido en el bronquio se desplazó y comencé a respirar. En los dos casos, seguro que algo me ayudó para que hiciera lo que me faltaba por vivir (en aquellos días era soltero, hoy soy abuelo; esos seres que nacieron a posteriori, no serían si hubiese muerto).

Veo que mi experiencia no es rara, los cosmonautas son los que más veces relatan estos acontecimientos.

También hay sitios muy interesantes en Internet-como el relato del Sr. César P. Tudela: El caso de Lord Shackleton –enterrado en las Shetland del sur, Argentina) ha sido muy manipulado por los investigadores actuales, en busca de personajes para ilustrar el “liderazgo empresarial”, actualmente muy de moda. Shackleton es el ejemplo de líder, estudiándose sus decisiones y métodos para trasladarlos a los negocios.

Sea lo que fuere lo que vio, sintió o le pareció ver a Shackleton, que sin duda fue uno de los grandes personajes de la exploración polar, sé que en el alpinismo se han dado caos muy frecuentes en este sentido.

Recordaré la narración de Chris Bonington, el célebre alpinista inglés, relativa a la visión que mantuvo Nick Eastcourtt, uno de los miembros de su expedición al Everest de 1975. Nick había reemprendido la ascensión y había salido de uno de los campamentos de altura en la noche estrellada. Desde el momento en que empezó la ascensión le pareció que alguien le seguía. Se volvió repetidamente para saber quién era su acompañante, pero no lo consiguió, pensando que sería un sherpa de la expedición. Cuando llegó al campo V desde el que se distinguía toda la ruta miro insistentemente sin ver a nadie.

Estas visiones han sido muy frecuentes en la historia del alpinismo y del himalayismo. Hermann Buhl, el escalador que alcanzo en solitario la cima del Nanga Parbat escribió:

«Me voy adormeciendo…mis pies se entumecen. Sobre las cuatro de la madrugada la aurora se adivina y el frío se acentúa. Tengo la impresión…, la he tenido todo el día, de que alguien me seguía. Me he vuelto varias veces buscando a mi compañero y le he preguntado por mis guantes. Se han perdido, me dice… Cuando me vuelvo otra vez veo que sigo solo»

Serían innumerables los testimonios que podríamos recordar.

Y yo he de confesar que también he notado la existencia o la falta de ese compañero misterioso. Continuar leyendo «El ángel de la guarda o las presencias»