Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se preparan para documentar lo que sería un nuevo fenómeno arqueoastronómico, el cual sucede dos veces al año en el sitio piramidal conocido como “El Osario”, en Chichén Itzá.
El director de la zona arqueológica de Chichén Itzá, Marco Antonio Santos Ramírez, explicó que unos días previos al equinoccio de primavera de este año algunos de los especialistas que descubrieron este fenómeno de luz y sombra empezaron a difundir su existencia.
“Se descubrió que cuando el sol ingresa en el cenit, ilumina una gruta natural sobre la que está construida la estructura piramidal conocida como ‘El Osario’, uno de los pocos edificios precolombinos del Estado que tienen precisamente una alineación cenital”, confirmó el especialista, de acuerdo con un cable de Notimex.
También, recordó, se dice que el sol está en el cenit cuando el astro está justo sobre nuestras cabezas y los cuerpos verticales no generan sombras, es en ese momento cuando aquel ilumina buena parte de la gruta de “El Osario”, específicamente los días 23 de mayo y 19 de julio de cada año.
En ese sentido, Santos Ramírez comentó que en coordinación con la Universidad Nacional Autónoma de México los especialistas del INAH buscan documentar con tecnología de punta el fenómeno de “El Osario”.
Trabajo
“La idea es que el próximo 23 de mayo se puedan tener ya los primeros testimonios de este fenómeno de luz y sombra para estudiarlo mejor, pues hay que aclarar que se trata de una teoría algo especulativa, pues no se puede tener la certeza de que ‘El Osario’ no tuviera alguna estructura o techos que impidieran la entrada del sol, antes de que fuera descubierto”, aclaró.
Entre las teorías está que el hecho podría estar relacionado con el “inframundo”, entre los antiguos pobladores de la ciudad precolombina y su gran adoración al sol, ya que éste logra iluminar buena parte de la entrada a una gruta, la cual era considerada precisamente las puertas hacia el inframundo, dijo.
“Eso hace pensar que los mayas pudieron utilizar esa cavidad para rendir culto al inframundo y la pirámide representa el plano celeste, dentro del cosmograma maya”, añadió.
“El Osario” es una pirámide escalonada de unos 12 metros de altura y 24.54 m de largo en sus cuatro lados.
Cuenta con nueve cuerpos sobrepuestos de basamento y cuatro escalinatas de cerca de 3.36 metros de ancho en el centro de cada costado y es en ese sitio donde se encontró la gruta.
Los estudios realizados hasta ahora confirman que ese sitio está comunicado con la cueva que tiene entre 12 y 25 metros de profundidad, exactamente abajo del centro de El Osario.
Hasta hace poco, se sabía que los únicos edificios cenitales era el observatorio solar de Acanceh, del cual queda la estructura circular cuyo basamento fue construido en una pirámide, con una altura de dos metros, al cual le falta la parte superior.
Otro edificio cenital en Yucatán es el “Templo de las Siete Muñecas”, en donde cada primavera también se registra un fenómeno de luz y sombra, cuando el sol pasa justo en el centro de los grandes arcos que conforman la estructura, ubicada en el sitio arqueológico de Dzibilchaltún.