Develando el misterio de Stonehenge.

Stonehenge, es uno de los monumentos megalíticos más importantes del mundo. Está formado por cuatro círculos concéntricos de piedras enormes. Dicha construcción proveniente de la Edad del Bronce del neolítico y ha despertado entre arqueólogos, especialistas y curiosos visitantes, distintas sensaciones y apreciaciones sobre su formación y sobre la utilidad con la que fue construído por los pobladores de aquella región de la actual Amesbury en Gran Bretaña.

¿Quién construyó Stonehenge?

Esta pregunta, es sin dudas la más difícil de responder, fundamentalmente por la antiguedad de dicha estructura, que en su parte más antigua data aproximadamente de 3100 años a.c.Ninguno de los arqueólogos que ha estudiado metódicamente la extructura ha podido establecer certeramente quien o quienes la construyeron.

El famoso historiador del siglo XII, Geoffrey de Monmouth, quien aseguró que las piedras de esta estructura fueron llevadas desde Irlanda a Inglaterra nada más ni nada menos por el propio mago Merlín, el mítico personaje de la leyenda del Rey Arturo.

Evidentemente, ésta teoría fue descalificada, sin embargo, y tras una extensa lista de posibles constructores, entre los que podemos encontrar a los druidas (sacerdotes celtas), romanos y fenicios, entre otros, no se ha podido establecer, hasta el momento, una teoría convincente sobre sus creadores.

¿Qué es Stonehenge?

La verdadera utilidad de Stonehenge depende de las teorías construidas en relación a sus constructores. Quienes promueven la hipótesis de que estas piedras fueron construidas por sacerdotes, son consistentes en que eran utilizadas como una especie de templo o centro de culto al Sol. Algunos investigadores manifiestan que este centro habría sido una especie de aeropuerto alienígena.

¿Un Santuario Astronómico?

La teoría más aceptada en nuestros días, es que Stonehenge debió servir como una especie de santuario astronómico, es decir, que su estructura era útil para establecer el recorrido del sol señalando con ello el principio de las estaciones, las fases de la luna y los eclipses de sol.

Si uno se coloca en el centro del monumento y dirige la vista hacia una piedra denominada Heel Stone (Piedra del Talón), verá que la cima de esta piedra coincide con el horizonte, haciendo que el sol salga casi por encima de la piedra.

A inicios del 2007 un grupo de arqueólogos descubrieron un asentamiento del neolítico cercano a Stonehenge, de donde se presume provenían sus constructores.

El poblado, llamado de Durrington, estaría formado por viviendas construidas hace más de 2 mil años. Hasta el momento se han excavado una decena de ellas encontrando en sus suelos, cantidades de huesos de cerdo y ganado, con lo que los expertos la relacionan con determinadas ceremonias fúnebres y festejos, sobre todo, relacionados con el invierno.

Este poblado habría formado junto con Stonehenge un mismo complejo religioso. Durrinton para el invierno y Stonehenge para el verano.

Sin embargo, no todos los arqueólogos están de acuerdo con la teoría de Parker Pearson al considerarlas apresuradas, no obstante, la mayoría concuerda en que este descubrimiento, quizá con posteriores estudios y complementarios hallazgos, podrá develar de una vez por todas los misterios de Stonehenge, sobre todo aquellos relacionados con el origen de las piedras, la forma de construcción, la utilización del círculo como símbolo festivo y religioso y su influencia en otras regiones de la zona.

Más información sobre Stonehenge:

Felíz día del Padre

Mi niñez se presenta ante mis ojos como una borrosa nube de recuerdos en la que alcanzo a percibir la imagen de una vieja y frondosa higuera, en el fondo del patio de casa. Debajo de las hojas, un hombre sentado al refugio de su sombra, saboreando un mate y contemplando en silencio las travesuras de su niño. Pensativo, serio, tan sereno como los rayos de sol que se asoman a través de las nubes de un cielo eterno. Yo apenas soy un niño; Naturalmente inquieto, a veces molesto, pero muy atento a lo que ocurre a mi alrededor, sediento de aprender a manejarme solo por el mundo, descubriendo el rocío de las hojas del jardín, observándolo todo. Inocente.
Me arrimo a papá para jugar con él y como de costumbre, me entretiene con alguna canción de cuna, me convida una mandarina y me enseña a ponerle sal, para que la mezcla de éstos sabores me recuerde más adelante que a veces, en la vida, no todo es tan dulce. A veces hay tragos amargos que tomar. Al rato, comienza a contarme una historia de cuando él era soltero; De la casa de sus viejos, sus aventuras de joven; Noto en su mirada una extraña mezcla de dulzura y melancolía; pero yo solo soy un niño, y me conformo con estar a su lado, y escucharlo hablar. Quiero que después del almuerzo, me lleve a la plaza a andar en bicicleta. Debe ser fin de semana o feriado, porque papá trabaja desde temprano por la mañana hasta altas horas de la tarde y cuando regresa a casa yo ya estoy dormido. Por eso, debe ser sábado o domingo, días éstos en los que puedo estar con mi papá más tiempo, y disfrutar de sus juegos.
Papá se casó muy joven, al igual que mamá; Y juntos crecieron y aprendieron que madurar no significa ser mayor, solo adquirir más responsabilidades a los ojos de la sociedad. Y en dicho proceso de adquisición, se van colando algunos sueños.
Camino por los pasillos de mi memoria hasta llegar a mi adolescencia; Y vuelvo a encontrare con “mi viejo”, su pelo ya no es tan largo, y tiempo lo ha helado, dejándolo un poco más blanco, ya no trabaja tantas horas al día; Pero igual, sigue siendo mi ídolo. Disfruto de sus charlas, pero no comparto sus ideas, peleamos más seguido, pero ambos sabemos que el amor que nos une es inmenso.
Durante las tardes me ayuda a estudiar y cual si fuera un el mejor amante del mundo, me aconseja sobre como acercarme a la vecina de la vuelta. A enfrentar al matón de la escuela, a disfrutar de la lectura de un libro; Y como siempre y desde hace ya algunos años, los fines de semana jugamos al ping pong o un partido de ajedrez, cuando volvemos de la casa del abuelo.
Una vez más siento en sus ojos una inquietante combinación de angustia y alegría, pero comienzan a preocuparme otras cosas, y dejo que el tiempo pase y pase, sin intentar explicarme el porqué de aquella sensación.
Este domingo estuvimos juntos en casa, disfrutando en familia del calor que solo te transmite el primer hogar. Después de almorzar, salimos a fumar al patio y al sentarme cerca de donde solía estar la higuera, observe a mi niña corriendo hacia mí con sus brazos extendidos para abrazarme. Un instante después de sentir el calor de sus pequeños brazos comprendí lo que papá siente cuando yo o mis hermanos estamos cerca de él. Sentí los párpados húmedos e imaginé en mis ojos, la mirada extraña de papá. Comprendí que ser padre, es una mezcla inexplicable de sentimientos antagónicos. Ser padre es saber ser hombre y niño a la vez.

A padres e hijos, mis coordiales saludos.

Iván