Extraterrestres Fosilizados

En el año 2000, Eric Kaesberg, un buscador de oro y coleccionista de rocas recidente en California, encontró lo que él describe como un cementerio de extraterrestres, durante una exploración en el cañón de Kern River, en Bakersfield, California. Segun sus palabras, en dicho lugar se estrelló un OVNI y los restos de sus ocupantes.

Todo sucedió durante la víspera del año 2000. Kaesberg y Jim Ferguson, otro coleccionista de rocas, se fueron al río Kern, sugestionados con el tema del «fin del mundo» y cuando excavaban, Kaesberg vio en las rocas que estaba tamizando algunas que parecían unas pequeñas caras que lo miraban. Puso atención y encontró un total de 22 pequeñas piedras que tenían forma de cabezas de extraterrestres con todo y rostro. Con el tiempo ha ido encontrando otras más. Encontró otras cuatro piezas en el mismo sitio.

Algunos allegados a Kaesberg, cree que estas rocas son fósiles de extraterrestres que estuvieron en el Planeta Tierra hace millones de años y murieron aquí. Estas piedras se encontraron por debajo de una enorme roca de granito, lo que según él sugiere que los cuerpos fueron depositados en ese lugar para que no fuesen molestados.

A pesar de los intentos del descubridor por someter a un análisis riguroso los objetos encontrados, todavía no se ha proporcionado información científica oficial sobre éste suceso. Kaesberg quiere hacer un análisis de MRI (Magnetic Resonate Imaging), y actualmente está haciendo un CAT (Computed Axial Tomography) para saber cuándo estuvieron vivos estos extraterrestres.

El doctor John K. McCormack, gerente del Departamento de Ciencias Geológicas del Electrón Microbeam Laboratory, en MS 172 de la Mackay School of Mines, de la Universidad de Reno, en Nevada, estudió las rocas y dijo: «He examinado numerosos fragmentos de piedras, pedruscos y rocas que me trajo el señor Eric en una bolsa negra, utilizando un microscopio binocular. Las muestras están constituidas de materiales de grano fino, que son tanto de origen ígneo, metamórfico y sedimentario, y contienen primariamente cuarzo y micas. – Todas las muestras parecen ser normales y típicas del tipo de terreno de una Sierra. No puedo ni confirmar ni refutar que contengan la presencia de materiales o artefactos extraterrestres.

Una historia llena de Misterios

Hasta el 5 de diciembre de 2002, el señor Kaesberg había coleccionado más de 500 piedras de varios lugares y estaba planeando visitar un nuevo sitio que tuvo en una visión.

Kaesberg jura que los rostros en las rocas cambian con el tiempo y está convencido de que las rocas tienen un origen extraterrestre debido a una serie de eventos relacionados con ellas que hicieron que Kaesberg se ocultara de una agencia gubernamental de los Estados Unidos. Estos eventos incluyen amenazas de gente desconocida vía telefónica y por mail.

Kaesberg trató de investigar algunos de los números de donde recibía las llamadas y encontró que estaban restringidos, por lo que cree que pertenecen a una agencia gubernamental.

Ha sido perseguido mientras manejaba, por lo que ha tenido que tomar algunas acciones para evitar este espionaje. Algunos extraños, que se identifican como viejos amigos, se han acercado a sus familiares y amigos, pidiendo información de él. También en una ocasión fue asaltada su casa y lo único que robaron fueron algunas de sus piedras.

Una amiga lo contactó telefónicamente para decirle que «su esposa estaba en peligro y debía regresar lo que había encontrado». En este punto decidió «reubicarse» de forma secreta.

Luego envió algunas de sus piedras a una de las mayores universidades, y encontró que la opinión de los investigadores no se alejaba con la que él tenía. La universidad le pidió mantener las piedras por dos meses más, y encontró que lo que Kaesberg decía tenía algo de verdad, y que parecían no ser de esta Tierra. Los otros fósiles los tiene en un lugar oculto.

Un productor de un programa de televisión le ofreció pagar para que las pruebas se hicieran en un laboratorio.

Misterios del Pasado : Balas en la prehistoria

Existe una arqueología prohibida que nos muestra descubrimientos inquietantes que, de revelarse ciertos, obligarían a rescribir la historia del hombre tal y como la conocemos. Aunque muchos se resisten a aceptarlo, existen una serie de anomalías que nos muestran claramente que algo inquietante ocurrió en el pasado…

Caza de Bisontes prehistóricos con armas de fuego

A mediados de los años setenta, Erich Von Daniken en su libro «El mensaje de los Dioses» hacía referencia a los restos de un bisonte perteneciente al museo de Moscú. En efecto, en el Museo de Paleontología de Moscú se puede visitar el esqueleto de un bisonte que en su cráneo presenta un agujero perfectamente redondo y que se supone fue causado por el impacto de un proyectil lanzado a gran velocidad. Es decir que su aspecto es sospechosamente parecido al que dejaría una bala de moderno calibre. El componente atemporal de ésta historia es que éste animal es originario de Yakuzia, en la Siberia oriental, y vivió en aquellas latitudes hace más de 30.000 años.

Un cazador de Neanderthal.

En 1921, el Museo Británico recibió un cráneo humano encontrado bajo circunstancias curiosas. Sucede que en una remota mina de cinc localizada en Zambia, antiguamente llamada Rhodesia del Norte, los trabajadorse dedicaban a terraplenar una colina llamada Broken Hill, de una altura inferior a los 20 metros cuando sin querer encontraron una galería obstruida que desembocaba en una caverna. La cueva estaba abarrotada de restos humanos, y todo daba la impresión de que el lugar era una especie de cementerio prehistórico. Lamentablemente, no tuvieron el cuidado necesario con los huesos aunque entre los pocos que llegaron a manos de los paleontólogos, se contaba un cráneo humano de frente huidiza, grandes arcos superciliares y una estructura facial muy brutal y primitiva,de tipo neanderthal. Pese a que no se pudo establecer una estratigrafía precisa, la antigüedad de los restos óseos era evidente.

Los paleontólogos colocaron al hombre de Broken Hill u hombre de Rhodesia que por ambos nombres se le conoce, en la estirpe filogenética humana, y le llamaron el Neanderthal africano. Pero estudiando el cráneo observaron dos cosas, una de ellas aparentemente inexplicable: Aquel ser prehistórico, que había vivido probablemente hacía un millón de años, había sufrido una enfermedad mental. Y a ambos lados del cráneo presentaba dos orificios de igual diámetro, que dejaron perplejos a los expertos. A juicio del profesor Mair, de Berlín, parecían los orificios de entrada y salida que dejaría una bala moderna.

El enigma que esto planteaba parecía insoluble. Alguien aventuro una hipótesis en verdad peregrina: ¿Y si el hombre de Broken Hill hubiese sido un fósil superviviente, muerto de un disparo por un cazador moderno? Esto aparte de ser absurdo; no explicaba, su presencia en una caverna que llevaba cerrada, al parecer, miles de años. Y ante este hecho la Ciencia se encogió de hombros…

El cráneo de Moiá.

En Moya (Moia) en Barcelona – España, posee en su museo el cráneo de un hombre moderno: un ejemplar de la raza de Cro-Magnon, que vivió hace seis o siete mil años. Pertenece a un hombre de gran talla y edad avanzada para la época: aproximadamente 1 ,70 m de estatura y unos cincuenta años de edad. Procede, como el resto del esqueleto y otros esqueletos contemporáneos, de la cueva del Tolí, interesante cavidad subterránea recorrida por un curso de agua y que constituyó un albergue humano durante unos cinco mil años, desde los albores del Paleolítico hasta la Edad de Bronce. Los restos de animales (oso de las cavernas, tigre de dientes de sable, hienas e incluso huesos de rinoceronte lanudo) abundan en ella, junto con restos, humanos.

El esqueleto perfectamente conservado, cuyo hueso frontal presentaba una perforación perfectamente circular, que evocaba de inmediato la que produciría una bala moderna. El orificio era completamente circular, por lo que se descartaba que hubiera podido ser causado por una punta de lanza de sílex, que hubiera producido una fractura traumática irregular, estrellada. El ángulo de penetración del supuesto proyectil causante de la herida era de arriba hacia abajo y ligeramente de derecha a izquierda. El orificio se abría en el hueso frontal y daba directamente al seno frontal derecho en cuyo tabique del fondo no se apreciaba orificio de salida. Entonces el supuesto proyectil, por lo tanto, debió de quedar alojado en el seno frontal.

Críptidos : El Simio de Loys

En el año 1918, un grupo de exploradores, encabezados por el geólogo suizo François de Loys, realizaba el trazado del plano geológico de la remota región del Cuboen en Venezuela, un área cercana a la frontera colombiana. Mientras descansaban de las tareas del día a las orillas del Río Tarra, en el estado Zulia, fueron atacados por un grupo de animales salvajes que en principio creyeron que se trataba de osos. Sin embargo, pronto observaron que se trataba de criaturas del tamaño de un hombre, de mediana estatura y cubiertos completamente de pelo. Loys dió la órden de abrir fuego y los extraños animales consiguieron escapar, a excepción de uno que cayó abatido al piso.

La criatura tenía 32 dientes, media 1,57 metros y carecía de cola. Ninguno de los miembros del equipo, incluido Loys conocía éste tipo de animal. Después de comprobar cuidadosamente la defunción del críptido, decidieron dejar constancia de aquel encuentro. Sentaron al simio en un guacal vacío, sosteniendo su cabeza erguida con una rama le tomaron una fotografía. Luego desollaron al animal y finalmente emprendieron el camino de regreso con su piel y cráneo a cuestas.

El viaje de regreso fue más difícil de lo previsto. Perijá es una zona montañosa, caliente, húmeda y atacada por furiosas lluvias que pueden convertir un pequeño arroyo en un torrente iracundo en cuestión de segundos. Quizás por esto, en el camino, de Loys tuvo que sacrificar parte de la carga, entre ella, los restos de la criatura. Continuar leyendo «Críptidos : El Simio de Loys»