Alquimia: Elixir de la juventud y la Piedra Filosofal.

La alquimia se practicó desde el siglo IV a. C. y hasta el surgimiento de la química y las ciencias naturales, a comienzos del XVII y tuvo su mayor explendor en la Europa medieval.

A partir de la etapa final de la Edad Media se escribieron numerosos libros sobre el «Arte Hermético». La palabra alquimia, deriva del árabe «al-kimiya», cuyo significado es similar al de química actual, aunque con referencias a lo trascendental y espiritual.

Que es la piedra filosofal?

La piedra filosofal es una sustancia que según la alquimia tendría propiedades extraordinarias, como la capacidad de transmutar los metales vulgares en oro. Existen dos tipos de piedra: la roja, capaz de transmutar metales innobles en oro, y la blanca, cuyo uso transforma dichos metales innobles en plata. La roja se obtiene empleando la Vía Seca; la blanca a través de la Vía Húmeda; en ambos casos el elemento de partida es la pirita de hierro. Otra de las cualidades de ése singular elemento sería la propiedad de sanar enfermedades e incluso prolongar eternamente la vida.

La piedra filosofal y el elixir de la juventud eterna.

Entre los objetivos perseguidos por los alquimístas, se encontraban dos importantes cuestiones. La necesidad imperiosa del hombre por descubrir la fuente de la vida eterna, «el Elixir de la eterna juventud» y el de transformar los metales innobles, como el plomo y el cobre, en metales preciosos, como la Plata y el Oro.

Para lograr el primer objetivo, los alquimistas invirtieron en el proceso, algo más que tiempo. Sus propias vidas. Tal es así que una leyenda urbana, cuenta que el reconocido físico Isaac Newton, intentando obtener el elixir de la vida eterna, bebió un brebaje preparado por el mismo y encontró su propia muerte en vez de la inmortalidad.

En busca de la vida eterna.

En la Antigua China, intentaron encontrar el elixir con diversos resultados. En la Dinastía Qin, Qin Shi Huang, envió a un alquimista con 1000 personas, entre hombres y mujeres, a los mares del este para encontrar el elixir de la vida eterna, y ninguno regresó jamás.

En la Edad Moderna aparecieron un conjunto de personajes que probaron una serie de técnicas según ellos infalibles para regenerar el cuerpo y poder vivir más.

Así, el conde de Cagliostro, noble nacido en Palermo en 1743, ideó un sistema similar al de los capullos de seda: la persona que quería regenerarse debía desnudarse, tumbarse en una cama, envolverse en una manta y durante un mes alimentarse solamente de caldo de pollo. Cagliostro afirmaba que pasados unos días el individuo perdería el pelo y los dientes hasta debilitarse al máximo, pero a partir de ahí comenzaría un proceso regenerativo que le devolvería los dientes, el pelo y la juventud. Obviamente, la persona que se sometiese a este “tratamiento” cumpliría la primera parte por la acción del escorbuto al no tomar nada de vitamina C, pero jamás recuperaría los dientes, el pelo y aún menos la juventud.

La creencia de la vida eterna en la actualidad.

Actualmente en la India, existe la creencia de que los «orejones», mejor conocidos como albaricoques, ayudan a prolongar la vida y a combatir ciertas enfermedades. Es por ello que son considerados como un alimento sagrado y son consumidos a todas horas del día. Uno de los grupos más convencidos de ello son los monjes budistas.

Pero no hace falta acudir a las culturas orientales, para comprender que en pleno siglo XXI, la búsqueda del elixir de la juventud sigue siendo un tesoro preciado por muchos. Solo basta con observar los avances en cosmética y medicina, orientados a mejorar la calidad de vida e incluso, en cierta medida, prolongarla.

Historias de misterios: El Libro de Thot.

El Libro de Thot aparece citado por primera vez en el llamado “Papiro de Turis” que fue publicado en el siglo XVIII en una imprenta de París, el papiro relata un intento fallido de atentado contra un faraón, utilizando como medio una serie de conjuros sacados del Libro de Thot, tras este intento frustrado, el rey ordenaría supuestamente calcinar el Libro sagrado y asesinar a media corte, esposas secundarias incluidas, sospechosas de estar tras la conspiración. [Leer Artículo Completo]

Misterios del Universo: Agua en el sistema solar.

Hasta hace muy poco tiempo se desconocía la existencia de agua en otros planetas del sistema solar. Incluso, se creía que el único lugar posible para la existencia del líquido vital era solamente el planeta Tierra. Hoy, gracias al aporte de las ciencias espaciales, podemos asegurar que existe agua casi en todos los planetas del sistema solar, desde la Mercurio hasta Marte pasando por las lunas, Europa, Ganímedes, Calisto y Encelado. A continuación, una breve recopilación de datos extraídos de Internet.

Agua en Marte: Los Montes Centauri.

En el cráter de los Montes Centauro que se ven en la fotografía, se muestran los cambios que delatan la posibilidad de que en el período de tiempo considerado en la imagen haya fluido agua en estado líquido del interior del planeta rojo. Durante los seis años transcurridos entre estas dos fotos tomadas por la sonda Mars Global Surveyor algo ha ocurrido. Un nuevo depósito de sedimentos ha aparecido, indicando que hace poco tiempo e impulsado por la presión interior, un chorro de agua ha conseguido emerger y ha dejado una marca visible.

Líquido en el Satélite Europa.

La superficie de la luna Europa es una cáscara de hielo colosal. Las líneas que se aprecian en la imagen  sugiere que se han producido grietas por las que se ha filtrado el agua líquida debajo, que después se hay vuelto a congelar creando de nuevo las grietas. Bajo la corteza podría ocultarse un inmenso océano de agua en estado líquido de más de 100 km. de profundidad, que se mantendría en ese estado por  las fuerzas de la marea creadas por la gravedad de Júpiter.

El Tempel 1

El Tempel 1 es un cometa atípico. La NASA, envió una sonda llamada Deep Impact (Impacto Profundo), con el objetivo de lanzar sobre él un proyectil para crear un cráter y así poder estudiar su interior. Los cometas son conglomerados de hielo y roca, más o menos densos, que al acercarse al sol pierden una parte de su material por sublimación. Transportan tanta agua, que podría ser el origen de los reservorios de éste elemento, que adorna nuestro sistema solar.

La Luna: Atención sobre Aitken.

El polo sur de la luna cuenta con varios cráteres, como la depresión Aitken, permanentemente alejados de la luz solar (parte azul). Si en algún momento de la historia del cosmos cayó un cometa con agua en nuestro satélite natural, lo cual es muy probable, el agua habría desaparecido por completo, salvo que pudiese haber caído en zonas como éstas, en donde los rayos del sol nunca llegan. Las sondas han detectado rastros de hidrógeno (uno de los componentes del agua) en Aitken.