«Los obeliscos de la luna hablarán un día, y destrozarán la voz del hombre». (Benjamín Solari Parravicini – año 1972).
¿Leyenda o verdadero testimonio?
Los registros dicen que Alan Davis fue uno de los mayores cerebros convocados por la Nasa para realizar la entonces descabellada misión de llevar al hombre a la Luna. Davis era un experto ingeniero en telecomunicaciones, posición que le permitió obtener una de las más importantes misiones del Apolo XI: desde un centro de operaciones en la isla La Antigua, sería el primero en recibir las imágenes transmitidas desde el módulo lunar, y desde allí, retransmitirlas a Houston, en los Estados Unidos. Es decir, Davis fue el primer hombre, quien vio casi a tiempo real, el pequeño gran paso para el hombre pero el gran paso de la humanidad que dio Neil Armstrong esa noche. Pero eso no fue lo único que Davis vio.
La Luna de Alan Davis
En una de las pocas entrevistas que dio Alan Davis declaró: “Lo que podría ser, es una civilización, mucho antes de que han llegado ellos, que existía en la Luna. Porque había ruinas que no podían ser una cosa de roca… porque había huecos que podían ser ventanas o puertas o lo que sea. No fue un muro solo tenía varios portales.”
Aquellas imágenes nunca dieron la luz, al parecer esos diez segundos de diferencia entre la isla Antigua y la central de la Nasa fueron suficientes para acabar o esconder esas imágenes. Para el periodista español y amigo de Alan Davis, José Ortiz, es imposible que el científico pudiera haber mentido o padecer de alguna alucinación, y exponerse a la burla ya sea de sus colegas o del ruido mediático.
Cabe destacar, que hasta la fecha la Nasa ha negado todo vínculo laboral con este extraño personaje, Esto pese a los testimonios de su esposa Nieves C. Davis, y de otros miembros de la Nasa que han confirmado el cargo de Ingeniero en jefe que tuvo Davis en la Nasa.
Los testimonios de Ken Johnston y Richard Hoagland
Pero este no es el único testimonio, recientemente dos ex trabajadores de la Nasa, el director de la Sección de Conservación de Fotos del Laboratorio, Ken Johnston, y el asesor, Richard Hoagland, denunciaron en una conferencia de prensa que la Nasa posee fotografías que demostrarían la evidencia de vestigios arquitectónicas en la Luna captadas en el Apolo XI.
Según estos ex trabajadores, que participaron de manera directa con la misión lunar, los dos astronautas norteamericanos que por primera vez pisaron la Luna, Neil Armstrong y Edwin E. Aldrin, observaron y captaron imágenes de extrañas estructuras sobre la superficie del satélite terrestre.
Johnston asegura que una vez producido este hecho recibió órdenes directas de eliminar todo rastro de aquellas fotografías, no obstante, él las conservó secretamente evitando así perder tan importante y revelador documentos.
El ex director de la Sección de Conservación de Fotos de la NASA, aseguró además, que las fotos publicadas en la prensa, no son más que fotos tratadas y falsas que han sido editadas para borrar u ocultar las evidencias dejadas por las fotografías originales.
Por su parte, el ex asesor de la NASA en ese entonces, Richard Hoagland, señaló que los astronautas trajeron de allá algunos productos artificiales que hoy forman parte de la tecnología de países como Estados Unidos, Rusia, China, India y Japón, coincidentemente, países que en estos tiempos disputan una nueva carrera espacial para llegar a la Luna.
Para esta página, es imposible que existan o haya existido alguna ciudad y mucho menos una civilización pérdida en nuestro satélite, sin embargo, respetamos las opiniones de aquellos que, basándose en las fotografías que vamos a exponer a continuación, consideran como posible o como un hecho verdadero, estas series de especulaciones.
La ciudad en ruinas de la Luna.
Aquí están algunas de las imágenes más importantes (o por lo menos las más difíciles de explicar) en donde se demostraría irregulares estructuras difícilmente producibles por la naturaleza, es decir, la mayoría de estas imágenes muestran ángulos rectos, considerados solamente producibles por la mano del hombre y sombras rectas y largas, a manera de obeliscos, difícilmente reproducibles en una zona rocosa como lo es la Luna.
Artículo extraído de : Expediente Oculto