Los 13 experimentos más atroces de la historia

En otro artículo titulado Las atrocidades de la ciencia, vimos como doctores como Vladimir Demikhov o Sergei S. Bryukhonenko, experimentaban con animales para contribuir a la ciencia moderna, como si el fin justificara los medios. Hoy, realizaremos un breve recorrido por experimentos cuyas vítimas de ese «fin justificado» somos todos los seres humanos.

Y es que el Hombre en su eterno afán de parecerce a Dios, vuelve a cruzar la delgada línea que separa la razón, de la maravillosa y tan necesaria sensibilidad humana.

1 – El Proyecto MKULTRA

MK-Ultra fue el nombre en código de un estudio de la CIA sobre control de la mente en la década de 1950. El experimento consistió en administrar LSD y otras drogas, para estudiar su efecto, a diversos tipos de personas: Empleados de la CIA, personal militar, doctores, funcionarios, prostitutas, personas con problemas mentales e incluso gente del público en general. Este estudio se hizo sin el conocimiento ni consentimiento previo de los involucrados.

2 – Proyecto Aversión

En los tiempos del Apartheid en Sud Africa, los militares gays y lesbianas fueron obligados a someterse a electrochoques, castraciones químicas e incluso cambios forzados de sexo para erradicar la homosexualidad en el ejército. Se estima que se hicieron 900 cambios de sexo forzosos entre jóvenes reclutas de 16 a 24 años de edad.

3 – Proyecto 4.1

El proyecto 4.1 fue un estudio médico realizado a los habitantes de las islas Marshal, quienes fueron expuestos a radiación en uno de los tests nucleares que se hicieron en 1954. Como resultado de esa exposición, durante décadas continuaron los problemas de salud entre sus habitantes, asociados directamente con la exposición: Cáncer de tiroides y tumores en hasta en un tercio de la población.

4 – El Estudio Monster

El experimento Monster (Monstruo) se realizó con 22 niños huérfanos de Davenport, Iowa. Consistía en enseñar a pronunciar palabras correctamente a todos ellos, con la diferencia de que a la mitad se los trataba amablemente y a la otra mitad se les maltrataba e insultaba por cada error que cometían en la pronunciación. Naturalmente, como resultado de semejante atrocidad, muchos de los niños que sufrieron la terapia negativa en el experimento, tuvieron efectos negativos psicológicos y algunos de ellos tuvieron problemas de dicción durante toda su vida. Aunque el experimento sirvió para corroborar la teoría del profesor al cargo, se optó por mantener en secreto el estudio por temor a que se le asociara con los experimentos nazis similares. Continuar leyendo «Los 13 experimentos más atroces de la historia»

El proyecto secreto MK Ultra

La Operación MK Ultra fue un programa de investigación secreto de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), dedicado a encontrar métodos efectivos para controlar la mente humana. MK Ultra practicó durante más de 25 años distintas técnicas entre las que se encontraba la utilización de señales eléctricas o drogas específicas para cambiar el funcionamiento del cerebro, hasta que finalmente y durante la presidencia de Rockefeller en el año 1975, el programa se disolvió luego de darse a conocer los terroríficos detalles de su accionar.

El Candidato de Manchuria

A comienzos del año 1950, el por entonces director de la CIA, Alan Diur, autorizó un programa destinado a la «creación de asesinos con el cerebro lavado». El nombre clave del programa: MK-ultra. Este programa fue uno de los secretos mejor guardados en la historia de la CIA, hasta el día en que John Marks, un empleado del gobierno norteamericano, descubriera algunos documentos clasificados e hiciera pública la verdad en su libro; «La búsqueda del Candidato de Manchuria».

Ya desde finales de los 40′ existía cierta preocupación dentro del gobierno americano, sobre las posibilidades de ejercer cualquier especie de control sobre la mente del hombre. Posiblemente por la historia de un Cardenal Húngaro que compareció durante ese tiempo años en un juicio farsa en Budapest y el cual parecía estar bajo los efectos de alguna especie de hipnosis, como si fuese un robot controlado a distancia; «Una mente controlada». Sin lugar a dudas, la creencia de que en Rusia y China ya implementaban éste tipo influencias, en pleno auge de la guerra fría, la CIA temía que existiera alguna tecnología capáz de lavar el cerebro de las personas para que realizaran actos en contra de su voluntad.

Quienes estudian los acontecimientos de éste experimento, estiman que desde su creación en 1950, miles de ciudadanos americanos pueden haber sido utilizados de manera indirecta y otros tantos en forma directa en este programa secreto. El mega programa, incluia además otros 150 proyectos de diversa índole, cuyos objetivos de la mayoría de ellos nunca salieron a la luz y posiblemente nunca se conozcan sus verdaderos motivos.

Operación «5412». Objetivo: Eliminar al primer ministro del Congo

Aunque de los 150 experimentos que llevó a cabo? aún se desconocen muchos. Operación «5412». Objetivo: eliminar al primer ministro del Congo, Patrice Lumumba. ¿Motivo? Ser un «marxista peligroso». Caso «NOSENKO»: objetivo: desvelar la verdadera identidad del ex agente del KGB Yuri Nosenko. ¿Cómo?: inyectándole LSD.

Experimentos con LSD y Microondas

Un documento encontrado en 1955 daba indicios de las prácticas realizadas, ya que daba cuenta de un estudio con drogas que alteraban la conciencia, materiales que ayudaban a inducir rápidamente el estado de hipnosis y sustancias que mejoraban las capacidades de los individuos para soportar la privación sensorial. Algunos de los elementos usados en el MK Ultra eran la radiación y el LSD, aunque este último fue descartado porque sus efectos eran imprevisibles. También se usaron anfetaminas, un proceso que se eliminó porque la muerte del interrogado era muy frecuente, además del uso de otras drogas.

Entre las muertes más destacadas, se puede citar la de Frank Olson, un bioquímico del Ejército de EE UU. Durante el apogeo del MK Ultra se le administró LSD sin su consentimiento y éste se volvió psicótico. Después de una semana de haber sido administrada esta droga, se lanzó por la ventana de un hotel.

En el año 1964, se puso en práctica otra de las fases que formaban parte del MK Ultra, llamada «MK Search» y su objetivo era crear un «suero de la verdad», que administrado a los prisioneros de guerra, les permitieran obtener toda la información requerida. Las víctimas de ésta fase del experimento fueron en su mayoría espías rusos que capturaban.

Operación Clímax de medianoche

La llamada «Operación Midnight Climax” tuvo lugar durante el año 1955. La idea basicamente consistía en permitir a la CIA, experimentar con diversas técnicas de utilización de sexo combinado con estupefacientes con el objeto de que algún día podrían servir para extraer información secreta a funcionarios extranjeros. El Servicios Técnico (TSS) de la citada institución, reclutaba prostitutas que recorrían los bares en busca de clientes a los que seducir con ayuda de pequeñas cantidades de LSD introducidas disimuladamente en sus copas. Una vez en el departamento, el capitán George Hunter White, jefe de la operación, filmaba todo lo que sucedía a través de un falso espejo.

Estas «casas de citas» psicodélicas siguieron funcionando hasta 1963, cuando la operación fue suspendida por orden del entonces inspector general de la CIA, John Earman, un hombre de firmes convicciones religiosas que se sintió especialmente escandalizado por la falta de ética de sus colegas. Continuar leyendo «El proyecto secreto MK Ultra»

El enigma de los trépanos egipcios

Hace ya más de un siglo, que a petición del arqueólogo y egiptólogo William Matthew Flinders Petrie (1.835-1.942), el ingeniero de la Antigua presa de Asúan, especialista en herramientas industriales y petrografía, Benjamín Baker, elaboró el conocido como «Informe Baker».

Este informe aparece en la obra de W.M. Flinders Petrie, «Pyramids and Temples of Gizeh», y trata sobre la utilización de antiguas herramientas por parte de los canteros y artesanos egipcios. Las conclusiones a las que llegó B. Baker después de exhaustivos análisis y ensayos sobre el terreno fueron rotundas y sorprendentes, pudiéndose deducir de todo ello afirmaciones como la siguiente: «…si un ingeniero moderno fuera capaz de reproducir la herramienta antigua no solamente se haría millonario, sino que revolucionaría la industria moderna…». ¿Cuáles fueron las razones para que B. Baker llegara a esta increíble afirmación?.

En 1.883, W.M. Flinders Petrie (Ilustración Derecha), presentó en el Instituto Antropológico de Londres un estudio sobre los taladros efectuados sobre bloques de roca de gran dureza, tales como el granito y la diorita. Entre éstos, aparecían los trépanos que se pueden observar en dos bloques de granito rojo de unos 12 centímetros de diámetro, que se encuentran en la Gran Pirámide, el primero de ellos tirado en el suelo, a la izquierda de la entrada original, situada por encima de la utilizada actualmente para acceder a su interior, y que fue realizada por Abdullah Al Mamún a la búsqueda de los tesoros que diferentes leyendas señalaban en el interior de la Gran Pirámide, y el segundo de los bloques, en el Pozo de la Cámara del Caos, a una considerable distancia del primero.

Entre varios de los datos técnicos aportados por Petrie, se podía ver el de un trépano realizado sobre un bloque de granito con un diámetro de 5,6 centímetros, y en el que se apreciaba en su interior un surco en espiral de cinco vueltas, con una diferencia de una a otra de 2,3 milímetros, lo que viene a significar casi un metro de avance en un sólo intento de perforación. En el caso de los bloques de la Gran Pirámide, las cifras también eran desconcertantes, pues se apreciaba que en cada vuelta el trépano se introducía 2,5 milímetros en la roca de granito rojo, un dato inexplicable si tenemos en cuenta que con nuestra más moderna tecnología, los trépanos de diamante sintético solo logran un avance de 0,05 milímetros por vuelta, exactamente cincuenta veces menos que los supuestamente primitivos y rudimentarios trépanos egipcios.

En otro de los trépanos observados de 11,43 centímetros de diámetro, y realizado en un durísimo bloque de diorita, se podía apreciar que el surco en espiral alcanzaba las 17 vueltas, nada más y nada menos que 6 metros de una sola tirada. Entre la sorpresa y la incredulidad, siguieron apareciendo nuevos datos de trépanos de todo tipo de diámetro, desde los 70 centímetros a incluso los minúsculos de 1 centímetro de diámetro, pero no por ello con menos efectividad a la hora de penetrar en la dura roca. Continuar leyendo «El enigma de los trépanos egipcios»