Las situaciones musicales, que deben ser subrayadas, las zonas expectantes de las partituras los furibundos «tutti», ritmos y contra-ritmos necesitaron de este mastodóntico sonido «envolvente».
Junto a los contrabajos, chelos, fagots y tubas forman el conjunto de sonidos más graves en las orquestas comunes. (Hacemos abstracción del órgano, piano, arpa, etc.)
Los Timbales desde el prebarroco se abrieron camino en una labor imprescindible, primero como efectos especiales, rústicos sonidos sin afinación, simples parches para ocasiones colateralmente guerreras o rítmicas.
Si bien deriva de la palabra latina «tympanum», membrana que vibra, su origen se pierde en el oriente, en Babilonia acompañaba a los ejércitos, ya en la India, se los usaba en rituales y luego en la guerra, acompañando a las trompetas.
Las cruzadas las integran a Europa, -esto también es un dicho en la familia Wydler, los que intervinieron en las últimas- donde a poco se los usan en las bandas de los regimientos y en la música y van perdiendo su significado mágico y religioso. En el barroco, se comienzan a afinar, dejan solo de emitir ruidos, para ser más que un simple marcador rítmico y convertirse en un fuerte «motivador psicológico» en las rúbricas de las orquestaciones. Continuar leyendo «Historia y Religión: “Los Timbales y el Arca.”»