El gusano gigante del desierto de Gobi

Bajo las arenas del sur del desierto de Gobi en Mongolia, se esconde una de las creaturas más sensacionales del mundo… un gigantesco y gordo gusano de más de un metro de largo, de color rojo oscuro y con protuberancias en cada uno de sus extremos. Al menos eso es lo que describe el biólogo británico Karl Shuker en su libro “Una guía ilustrada de los misterios paranormales del mundo”.

No obstante el primer documento en describir a esta aterradora creatura, data de 1926, escrito por el paleontólogo Roy Chapman Andrews, que a pesar de no dar crédito a la existencia de este animal, se encargó de dejar constancia de las historias que sobre él circulaban por Mongolia.

Aunque pasa la mayor parte del tiempo escondido bajo las arenas del desierto, ha sido visto en más de una ocasión por los habitantes de la zona, los cuales evitan su encuentro a toda costa, pues según ellos, puede causar la muerte sea escupiendo un chorro de veneno capaz de corroer el metal, o bien a través de descargas eléctricas a distancia. De ahí que haya pasado a conocérsele cómo el gusano de la muerte, aunque paradójicamente los nativos se refieren a él como olgoi-khorkhoi, lo que viene a significar algo así como “enorme gusano intestinal”.

Tales afirmaciones sobre este fantástico animal, nos llevan a pensar que no se basan en evidencia sólida, sino en mitos e historias, que desde una perspectiva folklórica representan una muestra de cómo la leyenda de este gusano de la muerte, se ha propagado por la región a través de viajeros y comerciantes. De igual forma en que se han difundido historias sobre dragones, duendes, sirenas y otras creaturas fantásticas (presumiblemente inexistentes) no a través de experiencias directas, sino por tan sólo oír a otras personas hablar sobre ellas. Continuar leyendo «El gusano gigante del desierto de Gobi»

El regalo de Navidad que devastó un continente entero

Ocurrió en la Navidad de 1859 cuando el británico Thomas Austin, mediante la Victoria Acclimatisation Society, liberó setenta y dos perdices, cinco liebres y veinticuatro conejos en Australia como regalo para que los aburridos colonos de aquellas tierras pudieran disfrutar de su hobby favorito: la caza.

Austin sentía nostalgia de los placeres cinegéticos de su Inglaterra natal y pensó que sería buena idea liberar algunos ejemplares de conejo común (Oryctolagus cuniculus)… Terrible Error!

A pesar de la afición y de la puntería de los cazadores británicos de la época, los conejos liberados en Australia se encontraron en un paraiso con abundante vegetación y ningún depredador. Curiosamente, aquel británico aficionado a la caza llevaba una precisa contabilidad de las piezas abatidas y en sus libros podemos encontrar algo extraordinario. Tan solo siete años después, en 1866, en aquellas notas de caza el inglés, entre la arrogancia y la extrema meticulosidad, lucía con orgullo el haber cazado, nada más y nada menos, que 14.253 conejos.

Cincuenta años después las cifras empezaban a ser alarmantes: Más de 500 millones de conejos habían colonizado el 60% del territorio a una velocidad superior a 100 kilómetros por año. Nos encontrábamos ante uno de los peores desastres ecológicos en Australia. Continuar leyendo «El regalo de Navidad que devastó un continente entero»

Un misterioso gato verde asombró a la ciudad de Bulgaria

Durante muchas semanas, los habitantes de Varna creyeron que el «gato verde» que deambulaba por las  calles de la ciudad era en realidad una víctima de algunos desaprensivos que lo había teñido de ese color.

Probablemente todo el mundo habrá escuchado alguna vez la expresión «ser más raro que un perro verde». Hasta ahora nada se sabía sobre los gatos de ese color. Sin embargo, hace unas semanas los habitantes de un barrio de Varna, la tercera mayor ciudad de Bulgaria, descubrieron con sorpresa que uno de los gatos callejeros que transitan por el vecindario presentaba un pelaje de color verde intenso.

Tal y como cuenta el blog «Bored Panda», este insólito suceso despertó la curiosidad y el estupor de los vecinos, que creyeron que el felino había sido víctima de la cruel broma de un desaprensivo. Por ello, decidieron crear una página en Facebook para denunciar el suceso y tratar de identificar a los autores de la gamberrada y poder darles su merecido. La búsqueda fue infructuosa.

Descartada la teoría de la broma, algunas voces hablaban de una posible mutación genética que hubiese dotado al gato de un color tan peculiar. Los más fantasiosos, en cambio, especulaban con que fuera el resultado de algún tipo de experimento alienígena, ya que el gato había estado desaparecido durante varios días después de, aseguraban, haber sido abducido.

Sin embargo, la explicación resultó ser mucho más sencilla. Después de estudiar las costumbres del felino, descubrieron que el animal se había acostumbrado a dormir dentro de una lata de pintura en polvo guardada en un garaje abandonado. Esa costumbre no solo hizo que su pelo se tiñera de verde, sino que propició que el color se volviera cada vez más intenso.

De momento, se desconoce si la pintura puede afectar de forma negativa a la salud del animal, ya que debido a su carácter huraño los veterinarios no han podido examinarlo. Mientras no consigan capturarlo y darle un buen baño que lo libre de la capa de pintura, este curioso gato verde seguirá siendo una auténtica atracción para los vecinos de Varna. En cambio, al resto de felinos que pululan por el vecindario no parece importarles mucho el curioso color que ha adquirido el pelaje de su compañero.