La Piedra del destino es un elemento que segun la leyenda otorga increibles poderes mágicos a quien la posea. Un simple bloque de arenisca que recibe varios nombres como La Piedra del Destino, la Almohada de Jacob, Lia-Fail o la Piedra de Scone, fue usado por los monarcas de la Dalriada, monarcas escoceses, ingleses y británicos como una pieza de importante valor en las ceremonias de coronación durante los últimos 1000 años. Fue colocada en Moot Hill en el Palacio de Scone y existe una profecía que la acompaña.
Historia de la Piedra del Destino
Corría el año 1996 y más de doce mil personas se arremolinaban junto al castillo de Edimburgo para ver a a la comitiva formada por altos dignatarios políticos y religiosos. Las tropas militares que los acompañaban parecían escoltar un curioso tesoro. Durante la ceremonia el reverendo escocés John MacIndoe aceptaba formalmente el tesoro de manos de Michael Forsyth, secretario británico para la nación escocesa.
Aunque no se tratara de joyas onerosas ni de objetos de oro, la piedra en cuestión parecía tener un valor mucho más importante que esas trivialidades. Uno que superaba en creces cualquier fabuloso botín que pudiera anhelar un Emperador. Continuar leyendo «Misterios : La Piedra del Destino»
Existen numerosas historias de terror y leyendas urbanas a lo largo y ancho del País, que giran en torno a los medios de transporte, los que por su naturaleza móvil y por la extensión de sus recorridos, constituyen escenarios propicios para la construcción de éste tipo de relatos.
Muerta por Amor
Este mito tiene raíces en la historia del país. Cuenta la tradición que cuando la joven Felicitas Guerrero se casó en 1862 con Martín de Álzaga, un hombre mayor y acaudalado, era una de las mujeres más bellas de la sociedad porteña. Al año siguiente de la boda y tras perder a su único hijo, Felicitas quedó viuda con apenas 26 años. A su hermosura sumaba el hecho de ser una de las fortunas más grandes de la Ciudad de Buenos Aires, lo que la convirtió en objeto de admiración y requerimiento de muchos pretendientes. Entre ellos estaba el celoso Enrique Ocampo, a quien la viuda rechazó sin miramientos. Quiso el destino que el enamorado descubriera que la causa de tal rechazo era la preferencia de Felicitas por el estanciero Samuel Sáenz Valiente. Enfermo de rabia, Ocampo mató a la muchacha con un disparo en la espalda y al instante se suicidó. Los Guerrero mandaron construir, en homenaje a su hija, una capilla ubicada en la calle Isabel La Católica, entre Brandsen y Pinzón. Los vecinos del lugar sostienen que cada 30 de enero, fecha de la muerte de Felicitas, aparece su fantasma con el torso ensangrentado, vagando errante durante toda la noche hasta el amanecer. Es frecuente –agregan– que muchas mujeres se encomienden a ella para encontrar un gran amor o para conservar el que ya tienen.
La Criatura Acechante
Cuentan los vecinos de Ciudadela, Provincia de Buenos Aires, que cierta noche un colectivo de la –por entonces– línea 237 pasaba en su habitual recorrido por la Avenida Alvear. Al llegar a la altura del Cementerio Israelita, uno de los pocos pasajeros que viajaban a esas horas, vio una nube blanca que provenía del camposanto y que se acercaba hacia el vehículo. Cuanto más se aproximaba, se definían y perfilaban nítidamente sus rasgos de mujer. Durante un breve lapso, la extraña criatura acompañó el paso del transporte, flotando a la par, hasta que finalmente se desvaneció ni bien el colectivo abandonó la zona del cementerio.
El Accidente del Chofer
Cuenta el relato que una noche en Rosario, Provincia de Santa Fe, frente al cementerio «El Salvador», un chofer de colectivo de la línea 114 iba conduciendo el vehículo medio dormido, luego de una jornada de intensa labor. De pronto, una chica se le atravesó en la calle, cruzando de manera imprudente. El hombre intentó clavar los frenos, pero fue inútil: la muchacha fue arrollada. Asustado por lo sucedido y presa de la desesperación, el conductor decidió huir. Luego de varios minutos de escape a toda velocidad y sin detenerse en las paradas establecidas, vio por el gran espejo retrovisor que la víctima estaba sentada en el ultimo asiento del colectivo, mirándolo fijamente y llorando.
Los Fantasmas del Subte
Varias historias circulan en torno a los subterráneos de la ciudad de Buenos Aires, que tienen como escenario principal las estaciones de la línea A, la primera de la red inaugurada en 1913, que actualmente une Plaza de Mayo con Primera Junta. Una de ellas cuenta que un antiguo operario de la estación Sáenz Peña concurrió a los sanitarios en horas de servicio y encontró en ellos a un hombre degollado sobre un charco de sangre. De inmediato el atribulado empleado dio el alerta al personal de seguridad de la estación, quien acudió rápidamente a inspeccionar el lugar, encontrando el sitio en perfectas condiciones y sin ningún rastro de violencia. El veredicto fue unánime: se trataba de una alucinación.
Al día siguiente, volvió a repetirse la situación, aunque el protagonista fue esta vez otro empleado. Durante largo tiempo, muchos fueron los trabajadores que afirmaban haber visto al degollado en el baño de esa estación.
Otra historia de aparecidos tiene como escenario el tramo comprendido entre las estaciones Alberti y Pasco, aunque su figura central esta vez es una extraña mujer en traje de novia. Cuentan los dichos que se trata del fantasma de una joven a la que su prometido abandonó ante el altar, circunstancia por la cual la muchacha habría salido intempestivamente de la iglesia y se habría arrojado a las vías del tren. Otra versión, más romántica aún, señala que la ceremonia del casamiento se realizó pero al tratarse de una unión concertada por los padres de los novios, la muchacha prefirió suicidarse al salir de la iglesia antes de contrariar su propia voluntad.
El Hombre sin Ojos
Relatan algunos habitantes que hace tiempo solía verse a un hombre sin párpados deambular por los vagones de la línea de ferrocarril Mitre. Numerosos testimonios daban cuenta de que siempre subía o bajaba del tren en la Estación Coghlan. Sobre su aspecto circulaban distintas explicaciones. Según algunos, se trataba del alma de un muerto que se había suicidado arrojándose a las vías. Según otros, era un hombre de la zona que al momento de morir padecía una terrible infección ocular. Más allá de estas discrepancias, todavía muchos vecinos del lugar buscan en el andén los ojos del hombre sin párpados, a los que se le atribuyen poderes mágicos.
Transcurría el mes de febrero del año 1972 en Hexham, Inglaterra. Un chico de 11 años y su hermano pequeño arrancaban malas hierbas en el jardín de su hogar cuando se encontraron con dos cabezas de piedra grabadas, cada una ligeramente más pequeña que una pelota de tenis y muy pesadas. Una de ellas se parecía a una cabeza masculina, como un cráneo, y la otra a una cabeza femenina, de un tamaño un poco menor. Además ésta última parecía tener rasgos de «bruja».
Al tiempo de éste misterioso descubrimiento, algunos incidentes extraños comenzaron a sucederse en la casa. Las cabezas empezaron a moverse solas y algunos objetos de la casa se encontraban inexplicadamente rotos. Un día, la hermana de los chicos, encontró su cama llena de cristales. Sin embargo, fueron los vecinos de quienes experimentaron fenómenos más raros.
Unas noches después del descubrimiento de las cabezas, la mujer que vivía en la casa de al lado, Ellen Dodd, velaba a su hija que sufría un fuerte dolor de muelas. De repente, vieron a un individuo entrar en la habitación. Sorprendentemente éste ser misterioso era mitad hombre y mitad lobo. Aterradas, gritaron pidiendo ayuda y el padre llegó corriendo desde otra habitación a ver qué pasaba. En este mismo instante, el animal había huido.
Pasaron algunos días después de éste increible incidente, cuando Ann Ross, un doctor que había estudiado la cultura céltica y escrito varios libros sobre Hombres Lobos, tomó posesión de las cabezas de piedra para estudiarlas. Tenía en su posesión varias cabezas similares y estaba seguro que las cabezas de Hexham eran de origen céltico y tenían casi 2.000 años. El doctor, que vivía en Southampton, a cerca de 240 kilómetros de Hexham, no conocía las experiencias que habían vivido los propietarios de las cabezas.
El Dr.Ross se llevó las cabezas para estudiarlas. Las puso con el resto de las cabezas. El Dr. Ross se encontró también a la criatura misteriosa unas noches más tarde. Se despertó de frío y asustado despúes de un mal sueño y abriendo los ojos, se encontró frente a frente con un hombre-animal horrible idéntico al visto en Hexham. «Era de 1,80 m de altura, ligeramente encorvado, negro,… La parte superior era de un lobo y la parte inferior humana. Y diría también que estaba recubierto con una especia de piel muy sombría y negra. Lo vi claramente y luego desapareció.”
Después de este horroroso y terrorífico acontecimiento, el doctor y su familia se encontraron en varias ocasiones con el que ellos describen como una criatura enorme y negra, bastante semejante a un hombre lobo. Él aparecía en la escalera, saltaba luego por encima de la batayola para aterrizar en el vestíbulo de donde salía en velocidad enorme. Otras veces podíamos oírle andar por los alrededores sin verlo.
Según el doctor, «había una presencia diabólica en la casa» y por ello decidió finalmente que las cabezas de piedra eran la causa del problema y se deshizo de toda la colección. Ambas cabezas de Hexham pasaron luego en las manos de otros coleccionistas de quienes ninguno vivió aparentemente encuentros con un el hombre lobo. Actualmente, las cabezas están desaparecidas!