Una extraña criatura marina apareció encallada en una de las costas de la playa Folly, en Carolina del Sur, Estados Unidos, atrayendo la atención de curiosos visitantes y lugareños. Aunque comnzaron a circular rumores de que se trataba de una especie desconocida y algunos asociaron la aparición con una amenaza extraterrestre, un veterinario del acuario de Carolina de Sur certificó que se trata de un esturión gigante. La especie de la cual se obtiene el caviar. Se han encontrado esturión de hasta 4,5 metros de largo y de más de 350 Kg. de peso.
Animales en peligro de extinción
Aunque su apariencia asusta un poco, éste animal se encuentra en una larga lista de especies amenazadas, principalmente por el hombre, que en su afan de proporcionar el tan anhelado «alimento para ricos», terminará no solo con dichos gustos exóticos, sino además con todos los esturiones que todavía quedan. Fuente : Yahoo Noticias
Caddy, como se le ha llamado a éste supuesto monstruo marino, es un análogo del monstruo del Lago Ness en Alaska y se cree que vive en el noroeste del Pacífico.
El Cadborosaurio, como ha sido bautizado, ha sido avistado en el rio Fraser en la Columbia Británica, Canadá, durante el año pasado y también desde Alaska hasta California aunque sigue siendo todo un misterio. Uno de los testigos del monstruo marino dijo: «Verlo fue para mí un enorme Shock»
Lo curioso de ésta criatura es que su historia logró llegar hasta la pantalla de televisión a través de un documental de Discovery Channel en un programa especial llamado Monster Hunt Alaska: Testigo de Monstruos Marinos, en donde Kelly Nash, un pescador muestra a los hermanos Hillstrand la captura de lo que podría ser una serpiente marina. Continuar leyendo «Nueva aparición del Cadborosaurio en Alaska»
Dieciseis días antes de la llegada del hombre a la luna, ocurrió en Colombia uno de los casos Ovnis más sorprendentes de la historia, en donde un hombre murió poco después de tener contacto con una luz que bajo del cielo.
Los hechos transcurrieron durante la noche del 4 de julio de 1969 en la zona rural de una pequeña población conocida como Anolaima. Hoy, una finca que produce plantas aromáticas. En aquel entonces, era un lugar de recreo y árboles frutales. Su dueño se llamaba Arcesio Bermúdez, un hombre de 53 años a quien muchos recuerdan como saludable y amable.
Esa noche los sobrinos de Arcesio estaban disfrutando de unos días de descanso en el lugar. Tenían entre 14 y 16 años. Salieron de la casa y subieron a una pequeña loma ubicada detrás de la misma para mirar el cielo. Llevaban linternas porque entonces la región no contaba con servicio de energía eléctrica. Mauricio Gnecco, quien vive hoy en Perú, era uno de ellos. Él recuerda que mirando al cielo vieron una pequeña luz en el horizonte que les llamó la atención, «esa noche en dirección sur-occidental, 4 primos que habíamos salido a mirar estrellas fugaces, vimos una lucecita que estaba muy lejana en el horizonte, no alta, pero estaba justo en el horizonte. No le dimos mayor importancia en un principio porque era una simple estrella, aparentemente. Luego de unos minutos esta estrella empezó a cambiar de tamaño. Yo la vi y la vio otro de mis primos y pensó lo mismo, que seguramente cambió la atmósfera, alguna cosa así y por eso parecía más grande. Después de unos minutos la estrellita ya cambió sustancialmente de tamaño y dijimos no, eso ya es un avión, porque cambiar tan rápidamente de tamaño, pues es un avión, se está moviendo y efectivamente a la distancia veíamos que se movía, pero por lo menos yo recuerdo haberme quedado esperando el sonido del avión, sonido que no llegó y sin embargo si se veía un cierto desplazamiento de esta luz que era un tono amarillo – ámbar. Luego empezó a cruzar justo en frente».
La luz también la vio Marleny Suárez, niña de 8 años para entonces y quien luego se convirtiera en dirigente comunal de aquella vereda, «Una luz grande y penetrante pasaba muy bajo por la finca, pasaba por el borde de los árboles y allí había bastantes muchachos y empezaron a alumbrarlo con linternas y a gritar un ovni, un ovni».
El primero en apuntar su linterna hacia el objeto fue Mauricio Gnecco, quien hizo señales en clave morse. Entonces, según dice, la luz se detuvo y empezó a desplazarse hacia ellos de manera rápida. O por lo menos era la sensación para los jóvenes que la veían. Continuar leyendo «La misteriosa muerte de Arcesio Bermúdez»