El Misterio de la Atlántida

Durante siglos, la historia de un reino sumergido ha sido motivo de interés y estudios por gentes de todas las razas y épocas. La realidad se vio envuelta de un halo de misterios y leyendas tales que las teorías propuestas son incapaces de determinar qué parte de lo que se cuenta es ficción y cuál no lo es. El origen de la Atlántida, su cultura y sobre todo su localización, ha sufrido toda clase de propuestas, extravagantes algunas de ellas, que han llevado a sus gentes desde ser una sociedad avanzada tecnológicamente, incluso hasta por delante de nuestros tiempos, hasta ser una sociedad infinitamente rica, e incluso llegados de otro planeta. Sea como fuere, en algún punto de la tierra, desde las profundidades del mar, siglos de historia nos contemplan, ocultos donde nadie puede encontrarlos.

Fue Platón, hacia el 347 a.C. el primero y único que dejó por escrito la existencia del reino de la Atlántida en sus diálogos de Timeo y Critias, cuando hizo una descripción de ella como una isla extensa y llana en cuyo centro había una colina, que a su vez estaba rodeada de tres anillos concéntricos de mar. En la cima de la colina había un templo dedicado a Poseidón y Cleito rodeado por un muro enteramente de oro. A su lado, otro templo de Poseidón estaba hecho de plata. Dos fuentes manaban constantemente agua, una fría y la otra cálida.

En el anillo más cercano vivían los más ricos y de alto status de su sociedad, y en el siguiente anillo los plebeyos. Más allá una extensa pradera repleta de aromáticas sustancias, hasta completar una isla “más grande aún que Asia menor y Libia juntas”

Como vemos, una descripción demasiado idílica como para resultar creíble, más aún cuando la descripción que hacía Platón la basaba en las historias de un ateniense, Solón, que decía haberlo escuchado de un sacerdote al que a su vez se lo había contado otro.

Similares propuestas se hicieron para su desaparición, ya que según aquellos escritos, su sociedad se perdió en su propia decadencia y corrupción. Sus gobernantes quisieron expandirse y comenzaron una época de invasiones a las tierras cercanas, e incluso se contó que llegaron a dominar todo el norte de Africa, hasta Egipto. Tal ambición fue castigada por sus dioses con una explosión volcánica que arrojó ceniza y arrasó su civilización, para posteriormente ser destruida por un maremoto que la hundió en apenas 24 horas.

Platón situó aquella tragedia alrededor del 9600 a.C. en un lugar que estaba “más allá de las columnas de Hércules”, muy cerca de las islas Canarias, una vez atravesado el estrecho de Gibraltar.

Todas aquellas historia míticas tenían por fuerza que levantar las aspiraciones de muchos historiadores y estudiosos dispuestos a llevarse la gloria de ser quienes descubrieran los restos de aquella magnífica civilización.

Ciertamente su descubrimiento sería un hito en la historia; sin duda alguna, el mayor descubrimiento que pudiera hacerse, aunque desgraciadamente también sería el final de tantos siglos de leyendas. Son tantas esas teorías lanzadas, en cuanto a su localización, que a la Altántida se la ha situado desde el estrecho de Gibraltar, hasta en las cercanías de Islandia, o en las Azores, o como se dicen en las últimas teorías, las más aceptadas, en los alrededores de las Islas Cícladas.

El Misterio del Area 51

El Área 51 es el nombre que recibe una base militar que se encuentra en una porción sureña del estado de Nevada, al oeste de Estados Unidos, a unos 170 km de la ciudad de Las Vegas. Situada en el centro, en la orilla sur de Groom Lake, es un vasto aeródromo militar secreto, naturalmente de acceso restringido a cualquier visitante común.

La principal finalidad de la base es el de apoyar el desarrollo de sistemas de armas y llevar a cabo pruebas con aeronaves experimentales. Es un territorio restringido del Departamento de defensa. Se guardan allí algunos estudios considerados de confidenciales y según se dice el precio por llegar a conocer alguno de ellos, es la vida misma.

Sin embargo el Gobierno de los Estados Unidos, en muchas oportunidades ha negado la existencia de la base y posteriormente afirmó que se trata de una base militar como cualquier otra.

La captura de google maps muestra claramente las pistas de aterrizaje de inconmensurable longitud  – ¿para que se necesitan pistas tan grandes de aterrizajes?  – No hay aviones de ese inmenso tamaño, al menos conocidos para el común de la gente.

  • El Área 51 tiene la pista de aterrizaje más grande del mundo, donde podría aterrizar naves similares a las que vemos en las películas del espacio exterior, que naves puede llegar allí?
  • No aparece en los mapas oficiales de los Estados Unidos.
  • Muchas personas ligadas a los secretos guardados en la base, han desaparecido misteriosamente.

Teoría del fenómeno OVNI

Para algunos estudiosos del fenómeno OVNI, esta base sirve para analizar y estudiar científicamente la tecnología y vida extraterrestre. Se afirma que tienen en su poder algunas naves extraterrestres de misiones alienigenas que fracasaron cayendo a tierra, como los restos de una nave recuperados en Roswell.

Los más entusiastas apoyadores de esta teoría afirman que tiene seres de otros planetas con vida y los mantienen ocultos para estudiarlos y lograr obtener la mayor cantidad de información sobre el espacio exterior.
Algunos vídeos sobre alienigenas han sido difundidos como prueba fehaciente de la existencia de vida extraterrestre.

Teoría la conspiración contra la URSS

Según la teoría del espionaje, este lugar es donde se preparan vuelos espías hasta la URSS con la finalidad de obtener información importante para Estados Unidos.

Algunas afirmaciones apuntan que en ese lugar se tienen varios modelos de naves de origen soviético, para ser estudiadas y conocer la tecnología que desarrollan.

Pese a la negación y el hermetismo por parte del Gobierno, el Área 51 es una realidad, las imágenes satelitales lo demuestran. ¿Qué se esconde al mundo en esta base militar?, ¿acaso serían ciertas las teorías respecto al Área 51?

El primer hombre criogenizado cumple 50 años congelado

Su entrada en un estado que no era exactamente la muerte, el 12 de enero de 1967 es, quizás, la fuente de la leyenda sobre la actualidad de Walt Disney. Tiene sentido: fue hace 50 años que James Bedford se transformó en la primera persona en ser criopreservada, es decir, congelada en un criostato usando un proceso que, en teoría, preserva sus órganos y tejidos, con la idea de que en un futuro se lo descongelara para curarlo del cáncer terminal de páncreas que había hecho metástasis en sus pulmones hace medio siglo. Pero ese momento no ha llegado todavía. Sigue congelado después de 5 décadas.

El proceso al que fue sometido es similar al que se aplica hoy para congelar óvulos y esperma, que pueden descongelarse para usarse varios años después de haber sido recolectados. Y es una técnica que se inspira en ranas y algunos tipos de virus capaces de sobrevivir a un congelamiento, un proceso que normalmente es destructivo porque el hielo que se forma en el interior del cuerpo destruye las paredes celulares.

En el caso de Bedford, entregó su cuerpo a la Life Extension Society (hoy Alcor Life Extension Foundation), que inyectó su cuerpo con dimetilsulfóxido, un compuesto que ya no se usa solo y que, dicen los expertos, probablemente dañó su cerebro más allá de toda posibilidad de reparación; desde la década del 1980 se usan otras técnicas, como la vitrificación, usada para preservar óvulos y embriones en los tratamientos de fertilidad.

Hoy el dimetilsulfóxido se combina con sacarosa y etilenglicol para reemplazar la sangre de la persona que será criopreservada.

En Argentina, el experto local es el Dr Rodolfo Goya, investigador del Conicet y firme creyente en la criogenización: tiene todo listo para ser criopreservado en EE.UU. cuando muera.

«El hombre viene deseando la inmortalidad desde que el mundo es mundo. Los religiosos la visualizan como la resurrección en el otro mundo. Y los crionicistas creemos en la especie humana, en nosotros mismos, en definitiva. Que la especie humana, mediante la ciencia y la tecnología, va a lograr vencer la muerte», explica Goya.