El manuscrito Voynich es un misterioso libro ilustrado de contenidos desconocidos, escrito hace unos 500 años por un autor anónimo en un alfabeto no identificado y un
A lo largo de su existencia constatada, el manuscrito ha sido objeto de intensos estudios por numerosos criptógrafos profesionales y aficionados, incluyendo destacados especialistas estadounidenses y británicos en descifrados de la Segunda Guerra Mundial. Ninguno consiguió descifrar una sola palabra. Esta sucesión de fracasos ha convertido al manuscrito en el Santo Grial de la criptografía histórica; pero ha alimentado también la teoría de que el libro no es más que un elaborado engaño, una secuencia de símbolos al azar sin sentido alguno. Fuente [Wikipedia]
El asesino del Zodiaco.
El Zodiaco, como él mismo se denominaba, asesinó a cinco víctimas conocidas en Benicia, Vallejo, Lake Berryessa, y San Francisco entre diciembre de 1968 y octubre de 1969. Atacando a cuatro hombres y tres mujeres entre las edades de 16 y 29 años los cuales fueron los elegidos.
La identidad del asesino sigue siendo una incógnita. El Departamento de Policía de San Francisco declaró la investigación «inactiva» en abril de 2004 y reabrió el caso en marzo de 2007. Fuente [Wikipedia]
Licantropos – La Leyenda del Hombre Lobo
Artículo extraído de : Mundo Paranormal: Licantropos
Son muy abundantes las historias de personas que afirman ser hombres-lobo, y que se comportan de modo salvaje y bestial, conservando sin embargo su aspecto humano. Este tipo de locura se da todavía hoy en día. ¿O se trata de una raza diferente?
Los que no están muy familiarizados con la cuestión, tienden también a comparar los hombres-lobo con los licántropos, y hablan de ellos como si se tratase de una misma cosa. Sin embargo no lo son.
Un licántropo es un enfermo mental que cree haber asumido el aspecto, voz y comportamiento de un lobo, a pesar de que realmente no haya sufrido ninguna transformación física. En los siglos XV y XVI se creía que el pelo del lobo crecía debajo de la piel, por lo que muchos licántropos dieron esta explicación cuando se les preguntaba por qué, si efectivamente eran lobos, tenían todavía el mismo aspecto de una persona.
Cuando Peter Stump, un famoso «hombre-lobo» alemán que sufrió una terrible muerte cerca de Colonia en 1589, confesó que poseía poderes mágicos de autotransformación, podríamos inclinarnos a considerarle tan fanático como crédulos a sus jueces. Sin embargo, puesto que mató, mutiló y devoró a centenares de víctimas humanas y animales (a pesar de que él admitió haber asesinado únicamente a 16 personas) mientras estaba absolutamente convencido de ser un lobo, no podemos dudar de que sufría la enfermedad denominada licantropía.
«Licantropía» y «licántropo» derivan directamente de las palabras griegas lykos, que significa «lobo», y anthropos, que significa «hombre». A pesar de que la licantropía se refiriese originalmente al antiguo fenómeno de un hombre capaz de sufrir una metamorfosis animal (un fenómeno en el que creían fervorosamente médicos griegos tales como Cribasios y Aetios), gradualmente llegó a ser un término que se aplicaba exclusivamente a los hombres que imaginaban haberse transformado en bestias. Por este motivo, los psiquiatras consideran la licantropía fundamentalmente como un engaño, una ilusión.
En cuanto al hombre-lobo propiamente dicho, se decía que había dos cualidades humanas que permanecían cuando un hombre se transformaba en lobo: su voz y sus ojos. Sin embargo, en todo lo demás la metamorfosis en hombre-lobo venía totalmente determinada por rasgos animales: tenían la piel peluda y las garras de un lobo salvaje.
Sin embargo, en su forma humana, varias características físicas distinguían un hombre-lobo de un hombre normal. Se decía que sus cejas se encontraban en el punto medio del puente de la nariz, y que sus largas uñas en forma de almendra eran de un repugnante color rojo sangre; el tercer dedo, en particular, era siempre muy largo. Otros rasgos distintivos eran las orejas, situadas bastante bajas y hacia atrás de la cabeza, y la abundancia de pelo en las manos y en los pies.