El misterio de los ataudes deslizantes de Barbados

La bahía de Oistin, en la costa sur de la isla de Barbados, en las Antillas Menores, es un lugar muy turístico. Sin embargo, su fama no se debe a las arenas coralinas de playas paradisíacas ni a cálidas palmeras tropicales, sino a una increible historia que no ha podido esclarecerce hasta nuestros días. Aquí, en el cementerio de la Iglesia de Cristo, (Christ Chursh) se encuentra uno de los grandes enigmas del siglo pasado.

Se trata de una cripta abandonada a la cual nadie se atreve a entrar. por motivos que relataremos a continuación:

La Historia de la Cripta del Panteon Chase

La tumba es una cripta de gran tamaño, construida en parte sobre la superficie y en parte bajo tierra y aunque en los registros de la iglesia se hace referencia a la tumba como la cripta Chase, en ella fueron sepultadas otras personas que no pertenecían a ésta familia.

Se construyó hacia el año 1742 por indicación de la familia Walrond, aunque ellos nunca llegaron a utilizarla y algunos años más tarde fue vendida a otra familia de apellido Elliot, pero al poco tiempo fue vendido por los Elliot a la familia Chase; Que era considerada por muchos vecinos del lugar como una familia agresiva y violenta. En el año 1807, el mausoleo recibió su primer ocupante; Los restos de una mujer de llamada Thomasina Goddard fueron depositados en la parte superior de la Cripta.

Al año siguiente, fue enterrada una pequeña de dos años cuyo nombre era Mary Anne Chase. El 6 de julio de 1812, llegó Dorcas, una hermana mayor de Mary Anne, cuya muerte dio origen a algunas murmuraciones. Algunos comentarios indicaban que el tiránico padre de la chica la había atormentado hasta la desesperación, y que ella se había quitado la vida rehusando todo alimento. Pese a éste rumor, su funeral se efectuó sin incidente.

Los ataudes del Panteon de los Chase

Cuatro semanas después la tumba tuvo que abrirse otra vez para recibir el cuerpo del jefe de la familia Chase, el honorable Thomas Chase, quien era, según la opinión general, uno de los hombres más odiados de la isla. Y conforme la luz de la lámpara fue iluminando la cámara, se hizo claro que algo extraño había ocurrido en el lugar. Los cajones no se encontraban en sus posiciones originales. El de la infante Chase había sido arrojado, con la cabeza hacia abajo, a la esquina opuesta, en tanto que el de la señora Goddard se encontraba sobre un costado, contra la pared. Continuar leyendo «El misterio de los ataudes deslizantes de Barbados»

Misterios: El bebé Corán

Los padres de este bebé de 9 meses aseguran que sobre la tersa piel de su bebé afloran máximas del Corán perfectamente caligrafiadas.

«Yo soy testigo: no hay más Dios que Alá»
«Sé agradecido con Alá»
«Alá es creador de todo lo existente»

Son algunas de las inscripciones que aparecen y desparecen de la piel del Bebé de tan solo nueve meses, al que la prensa islámica ha denominado como «El bebé Corán».

Alí Yakubov es un bebé daguestaní que ha movilizado a miles de creyentes que llegan cargados de regalos al poblado de Kizlyar, en la república de Dagestán, Rusia. Los peregrinos viajan para conocer al bebé que según su madre fue enviado como un regalo por Alá. Convirtiéndoles al Islan a ella y a su marido, quienes aseguran que no eran creyentes antes de descubrir las escrituras que aparecen como por arte de magia en la piel de su hijo. Cada lunes y viernes aparecen y permanecen legibles dutante tres días. Después desaparecen tan misteriosamente como aparecieron.

La madre asegura que ha tenido una visión que le dice que las inscripciones desaparecerán cuando a su hijo le salga el tercer diente. Mientras tanto el niño y los padres seguirán recibiendo regalos de los peregrinos quienes reclaman botones y otras prendas del niño como recuerdo de su viaje para conocer a esta pequeña divinidad. Los regalos no son únicamente recibidos por el niño, el padre ha sido obsequiado con un Lada Priora, un coche, por el jefe de la región.

¿Fraude, Oportunismo o Misterio?

Muchos expertos aseguran que el misterio podría deberse a un tipo de urticaria que sufre el 5% de la población, el dermografismo o escritura en la piel y que consiste en la inflamación aguda de la epidermis con tan sólo frotarla o pasar un objeto sobre ella. Hay quien sugiere que los mismos padres podrían escribir los textos con ayuda de aceites u óleos etéricos. Hipotesis que no es en absoluto descabellada teniendo en cuenta que los padres quienes supuestamente no eran religiosos llamarón a su hijo Alí, tienen visiones que les marcan el momento exacto en el que su hijo dejará de «sufrir» las inscripciones que siempre aparecen los mismos días de la semana y aceptan regalos de cuantos deseen ayudar a su hijo marcado por el mismísimo Alá.

Inscripciones como la de la fotografía aparecen y desaparecen de la piel de un bebé de nueve meses en Rusia

Algunos lugareños piensan que el milagro es bendecido desde las altas esferas del gobierno local para fomentar la unión vía religiosa de esta república étnicamente heterogénea presa del azote de la violencia islamista.

La maldición de Amon-Ra

La Princesa de Amon-Ra, tambien conocida como la Sacerdotisa de Amon-Ra, vivió hace más de tres mil años en Egipto. Al morir, su cuerpo embalsamado fue depositado en un bello sarcófago de madera y éste enterrado en una cripta de Luxor, junto a la ribera del Nilo. A finales del año 1890, cuatro jóvenes adinerados de Inglaterra visitaron las excavaciones arqueológicas del lugar el día preciso en que la cámara mortuoria había sido descubierta y tuvieron la posibilidad de contemplar el sarcófago de la princesa, recién extraído de su lugar de descanso eterno. Pero no se conformaron con observarlo y participaron de una subasta para adquirir dicho tesoro. Uno de ellos, fijo una suma convenientemente alta y pidió ayuda a unos nativos para trasladar el sarcófago hasta el hotel en donde se hospedaba. Algunas horas más tarde, el flamante propietario del sarcófago se internó solo en las arenas del desierto y no volvió a ser visto jamás. Al día siguiente, uno de sus tres compañeros perdió un brazo tras ser herido accidentalmente por el disparo de uno de sus criados egipcios. La maldición atacó a los dos amigos restantes cuando volvieron a Inglaterra; Uno de ellos descubrió que se encontraba en bancarrota y el otro fue afectado por una extraña enfermedad que lo dejó paralítico.

Algún tiempo después, y tras la misteriosa racha de infortunios, el sarcófago llegó a Inglaterra dejando un rastro de desgracias. Su nuevo dueño, un empresario del lugar, sería una nueva víctima de la cadena de extraños incidentes; Un accidente fatal de tres de sus familiares y el incendio repentino de su propiedad. Como éste último caballero era muy supersticioso e inmediatamente le atribuyó las descgracias a la posesion adquirida, se deciso del sarcófago, donándolo al Museo Británico. La supuesta maldición, afectó tambien al vehiculo que lo transportaba, ya que el camión se puso en marcha de forma inesperada y atropelló a un peatón que nada tenía que ver con el asunto. Además, uno de los operarios que lo llevaba se rompió una pierna y otro murió a los pocos días aquejado por una enfermedad desconocida. Los problemas se agravaron cuando el precioso ataúd se colocó en la sala egipcia del museo: los vigilantes escuchaban golpes y sollozos que venían del interior del sarcófago; Otras piezas del museo se movían sin causa aparente; Se encontró a un guardián muerto durante la ronda y los otros dejaron el trabajo; Las limpiadoras se negaban a trabajar cerca de la momia. Finalmente decidieron trasladar la pieza al sótano para evitar problemas, pero ésta solución no surtió efecto, ya que uno de los conservadores murió y su ayudante cayó muy enfermo.

La prensa no tardó en enterarse de la situación y comenzaron a trascender versiones sobre la maldición de Amon-Ra. Un reportero hizo una fotografía del sarcófago y Cuando la reveló se encontró con un rostro horrible y macabro en lugar de la pacífica expresión que tiene pintada el sarcófago de madera. Se dice que, tras contemplar la imagen durante un rato, el fotógrafo se fue a casa y se pegó un tiro. Finalmente, el Museo Británico decidió desprenderse de la «Princesa». Un coleccionista la compró y, tras la clásica cadena de muertes y desgracias, la encerró en el desván y buscó ayuda.

El «asustado» caballero acudió a nada más y nada menos que Madame Helena Blavatski, quien en ese momento era toda una autoridad en lo que se conocía como “ocultismo” de principios del siglo XX (hoy fenómeno paranormal). Al entrar en la casa sintió una presencia maligna emanar del desván. Descartó la idea del exorcismo y suplicó a su propietario que se deshiciera de ella con urgencia. ¿Pero quién, en toda Inglaterra, iba a querer comprar una momia maldita? Nadie. Afortunadamente, fuera del país surgió un comprador: un arqueólogo americano que adjudicó las desgracias a una cadena de casualidades. Se preparó el envío a Nueva York. La noche del 10 de abril de 1912, el propietario encargó los restos mortales de la princesa de Amon-Ra en un barco que se disponía a atravesar el Atlántico con dos mil doscientos veinticuatro pasajeros: el trasatlántico clase Olympic R.M.S. Titanic.