El Misterio de Los Objetos malditos

Existen objetos que tienen tras de sí infranqueables maldiciones. Tal es el caso del Diamante de la Esperanza, del Zafiro Púrpura de Delhi y del coche de James Dean. Pero también hay otros objetos que son malditos en el sentido de traer malas energías: muñecos vudú, cráneos, símbolos satánicos, etc…

Un objeto maldito es algo que puede comprenderse de las siguientes formas: o bien como un objeto que simplemente atrae mala energía; o ya, en sentido estricto, como un objeto que atrae mala energía y está ligado a una maldición concreta.

Existen diversos criterios para clasificar a los objetos malditos. Uno de ellos es el carácter individual o el carácter genérico del objeto: de ese modo, el auto de James Dean pertenecería a la primera clase, mientras que las estatuillas de Satanás y los muñecos de vudú a la segunda clase.

Célebres Objetos Malditos

La Piedra Maldita de Carlisle

Desde hace unos cuantos años, al pueblo inglés de Carlisle le han caído inundaciones, fiebre aftosa, altos índices de desempleo, y una indiscutible decadencia en su equipo de fútbol. Para las autoridades locales y la mayoría de pobladores, la culpa la tiene la “Piedra Maldita”, una gran roca en la cual yace grabada una maldición escrita en el año 1525.

El origen de la Piedra Maldita se remonta al año 2001, cuando el artista Gordon Young, por encargo del ayuntamiento, grabó sobre una gran piedra la maldición que, en el año 1525 y en base a varios libros, el arzobispo de Glaslow creó “contra los que osaran saquear, destruir o robar en sus territorios ”. Una maldición compuesta de 1069 palabras, inicialmente destinadas a los “bárbaros del norte, que hacían incursiones en la región”. Continuar leyendo «El Misterio de Los Objetos malditos»

Azafata fantasma no quiere abandonar su avión

La historia de la azafata fantasma empieza cuando le diagnostican a una tripulante de cabina una enfermedad terminal, y se las ingenia para hacer la mayor cantidad de sus últimos vuelos en el avión por el que sentía un gran cariño, el Boeing 747 con matrícula LV-MLO, el segundo Jumbo incorporado por Aerolíneas Argentinas, en el año 1979, y el orgullo de la flota.

Su último vuelo lo hizo en ese avión, al que muchos conocen como «MALO» por cómo suena la lectura de las últimas tres letras de su matrícula. Horas después de ese vuelo, la azafata falleció y comenzó la leyenda.

Según revela el blog Asturias en el mundo, unas semanas después de su muerte, el avión debió ir al taller y dos mecánicos aseguraron haber visto una figura borrosa y transparente mientras trabajaban en la bodega trasera de carga. Se burlaron de ellos, pero tiempo después el espectro fue visto por el personal de limpieza en el pasillo del avión. Dicen que llevaba el uniforme de azafata de la empresa. Y en el 2000 fue visto mientras hacía escala en Barajas por dos mecánicos de Air Plus en la cabina de pasajeros.

Las historias continuaron, y lo que comenzó como burla se transformó en un problema a resolver. Quizás por eso, la empresa decidió dar de baja el avión antes de tiempo, a mediados de 2001 (cuando el otro Boeing del mismo año continuó en la flota por 10 años más). Fue estacionado en el aeropuerto de Ezeiza y sus partes se convirtieron en piezas para otros aviones de la compañía. Pero ni así pudieron liberarse del fantasma.

Mientras estaba estacionado, cinco técnicos aseguraron escuchar ruidos dentro de la bodega delantera mientras intentaban desmontar el motor para llevárselo a España. Se acercaron y revisaron, pero no encontraron nada. Cuando decidieron continuar con su trabajo, los ruidos volvieron. Esta vez los hombres se acercaron a la ventana del avión con una grúa y descubrieron a la azafata caminando por los pasillos.

Ya 12 años desde que el «MALO» dejó la flota y continúa abandonado. Se dice que fue retirado por «viejo», pero la verdad es que la compañía Air Plus decidió desmontar los motores de la nave y llevarlos a España para otro Jumbo, y otras partes también se usaron. A MALO todavía le faltaba para su jubilación.

Nadie quiso terminar de desguazarlo por temor a represalias de la azafata que no quiere abandonar su nave preferida. Los trabajadores de la empresa y los aficionados del mundo a los aviones conocen esta historia con detalle.

El último vuelo del Jumbo B747 – Aerolíneas Argentinas 01-02-12

Existen los Poderes Psíquicos?

El siglo XIX, su ímpetu innovador, descubridor de nuevas del saber, creó a mediados del siglo la época de la metapsíquica, que constituyó el embrión de la parapsicología moderna. Esta última se considera que comenzó a principios de los años 30 con las experiencias del laboratorio sobre percepción extrasensorial, en la Universidad de Duke.

Unos años más tarde, comenzaría la investigación; también con el método estadístico, de otro fenómeno denominado psicoquinesis o acción de la mente sobre la materia.

Así llegamos al punto en que nos preguntamos ¿qué es la parapsicología?. La definimos como la ciencia que estudia los fenómenos paranormales. Pero…. ¿qué son estos fenómenos? Son aquellos fenómenos producidos por la mente humana que se consideran al margen de las facultades calificadas como normales por la ciencia de hoy.

Clasificación de los fenómenos parapsicológicos

Los fenómenos parapsicológicos, se encuadran dentro de dos grandes clasificaciones:

  • Fenómenos psigamma – o de conocimientos de percepción extrasensorial (Pg)
  • Fenómenos psi-kappa – o de acción de la mente sobre la materia (P.K)

A su vez, los fenómenos psigamma comprenden la telepatía o conocimiento del pensamiento de otras personas, la clarividencia o conocimiento de objetos y hechos a distancia y la precognición (conocimiento de hechos futuros). Naturalmente este conocimiento no es realizado mediante los medios sensoriales conocidos.

Y los fenómenos psi-kappa, por su parte, pueden ser clasificados en: psicoquinesia, que, a su vez, comprende en su sentido más amplio diversas manifestaciones de como la fotografía psíquica, los poltergeist y los encantamientos.

En ambos casos se trata de una acción mental directa sobre la materia, distinta de la que realizamos habitualmente con nuestros órganos periféricos. Dicho de otra manera, la mente, por medios desconocidos, podría alterar la materia e influir sobre su posición, estructura, etc; unas veces consciente y otras inconscientemente. Es importante esta última distinción, ya que el sujeto no siempre conoce el objetivo sobre el que tiene que influir y sin embargo, lo logra.